Vladimir

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Acompaño a la hermana de la reina, Lumila, sin realmente prestar mucha atención mientras mi cabeza da vueltas, había entrado en la habitación y estado a punto de matar al rey creyendolo un intruso.

Ni siquiera sabía que las habitaciones estaban conectadas (lo que teniendo en cuenta que soy el jefe de seguridad, no me havia quedar muy bien parado) pero luego de todo el drama que había sucedio...y cuando el rey esruvo frente a mi, solo unos minutos antes...

Me siento responsable por el asunto.

Sin embargo, no puedo sacar la imagen de la reina de mi mente, la mujer tenía un cuerpo para morirse,  y el saree empapado no habia hecho nada para ocultarlo,  por el contrario, habian resaltado cada una de sus curvas y...

– Gracias por entrar a defenderme — la voz suave y ronca de Lumila me sobresalta, y noto entonces que ma mujer ha estado balbuceando todo el camino, me limito a asentir, realmente  me senria mal por la mujer, ir por tu esposo a atra ciudad y querer darle la noticia de que estás embarazada solo para encontrarlo teniendo sexo con otro hombre... bueno, auch.

— Es mi deber — ofrezco cuando ella sigue mirandome, esperando por una respuesta. Es una mujer menuda y algo más delgada que la reina, su cabello es largo y con ondas menos pronunciadas que las de Radha, a pesar de que se parecen físicamente,  los ojos de Lumila son verdes en lugar de marrones, su nariz es más pequeña y es más alta que Radha.

— Sé que lo hiciste porque creiste que era mi hermana — asegura mirando sus pies descalsos, junto a mis botas, se veian diminutos — Pero lo aprecio de todas formas.

— ¿El rey te...lastimó? — pregunto, curioso, si bien la situación había sido bizarra, no quisiera estar en los zapatos del rey ahora mismo, incluso si fue un accidente, la mujer debía sentirse terriblemente.

Lumila me mira, entrecerrado lígeramente los ojos en mi dirección y luego dejando escapar un suspiro pesado mientras camina hacia el balcón.

— ¿Qué tiene ella que no tenga yo? — Pregunta abrazandose a si misma y recostandose contra uno de los pilares, observando el amplio jardín central — ¿Sabias que mi ex esposo pidió primero la mano de Madha y luego la de Radha?

Me remuevo inquieto en mi posición,  sin saber realmente qué decir o como actuar, ella me mira, esperando por una respuesta,  y cuando no llega, aparta la mirada

— Siempre son las favoritas de los hombres — dice con amargura — Incluso Jasne,  nuestra otra hermana ha tenido suerte...su esposo la lleva con ella a sus viajes, le compra joyas y la trata como se merece.

— ¿Así que eso es lo que buscan?¿Joyas y viajes? — pregunto, levantando una ceja, ella se encoge de hombros.

— Eso parece ser suficiente para que sean felices  — admite — nuestros padres nunca nos permitieron salir de casa...Radha tuvo suerte de casarse con el rey, y a Madha dudo que le importe demasiado  — murmura reclinandose contra el balcón y disfrutando de la brisa fresca de la madrugada.

— ¿Y tu? — pregunto, frunciendo el ceño y dejandome llevar por la curiosidad. Lumila deja descansar una mano sobre su vientre.

—  Fue más divertido el viaje que el destino — Dice finalmente — Radha ha sido buena conmigo, incluso si fui una hermana terrible — Añade antes de mirarme — Ella te gusta ¿No es así? A nuestro antiguo guardia, Raahosh también le gustaba... Y él trató de matar a Harold por ello.

— ¿Me crees capaz de hacerlo? — pregunto,  levantando una ceja y notando cierto desafío en su mirada.

— No lo sé — Admite cruzandose de brazos  — Espero que no — añade suspirando y alejandose del balcón y cruzandose de brazos  — Pero si quieres un consejo...Alejate de mi hermana. 

Maldito Compromiso  - A Hoffman StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora