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Katniss me observó extrañada antes de seguir mi mirada hacia el punto del comedor en el que había quedado clavada.

—¿Effie?.

La chica en llamas avanzó hacia la que hasta hace poco era la Escolta de los Tributos del Distrito 12, y sin pensarlo dejó la bandejas sobre la mesa y abrazó a la mujer.

Pero, mi vista seguía fija en la persona que la acompañaba, quién se encontraba a un lado de ella, poniéndose de pie sin despegar sus ojos de mi.

Aquellos ojos que alguna vez se encontraron delineados a la perfección ahora se hallaban completamente limpios y sin rastro de maquillaje al igual que sus labios. Sus trajes brillantes habían sido reemplazados por un overol gris oscuro sin vida igual al de los demás habitantes del 13. 

Lo único que se mantenía igual era el color rubio fantasía de su cabello y sus uñas perfectamente pintadas de color morado, el mismo color que tenía la última vez que lo había visto.

—Lirrel—  susurré al verlo avanzar hacia mi con los ojos repletos de lágrimas y los brazos extendidos en mi dirección.

—Emily—  al estar frente a mi hizo algo que nunca creí que haría, me abrazó— Estás bien.

Sin saber muy bien que hacer, le devolví el gesto, completamente extrañada, debido a que no era algo que hiciera a menudo, al menos no con Lirrel.

—Y tú estás aquí— dije contra su pecho— Creí que era la única a la que habían sacado de allí.

Lirrel se separó unos centímetros y me sonrío, dejando a la vista su perfecta y blanca dentadura.

—Ninguno dejaría nunca que estuvieras sola. 

Sabía a lo que se refería, claro que lo sabía.

Ni Seeder, ni Chaff, ni él me dejarían sola, nunca lo habían hecho, y nunca lo harían, incluso si solo se tratara de Lirrel, él no rompería esa especie de pacto silencioso que tenía con los demás adultos.

—Déjame observarte, anda—limpió sus lágrimas, me miró de pies a cabeza y acabó haciendo una mueca— Estás en lo huesos niña, anda, vamos a comer, oí que comenzarán a buscar una forma de rescatar a quienes se quedaron allá, y no puedo permitirme el dejar que Seeder o tu novio te vean tan delgada y con esas ojeras debajo de tus ojos.

Rodé los ojos mientras me dejaba guiar hacia la mesa, en la que ya se encontraban ubicados Katniss, Effie y el tal Gale.

Las dos primeras platicaban cómodamente, mientras que el último solo escuchaba en silencio.

—Añoro mucho el café— la oí decir una vez que me senté.

Al oír aquello Lirrel asintió con vehemencia al mismo tiempo que pasaba un poco de comida desde su bandeja a la mía.

 —No imaginé que podrían ser tan estrictos— la mujer dejó el vaso de agua en la mesa— Caramba, creí que quizás en los altos rangos podría haber alguna acción— colocó una mano en el turbante que adornaba su cabeza— Necesito mis pelucas.

—¿Solo las pelucas?— habló Lirrel— Casi no puedo reconocerte a cara lavada querida, oh no, ¿que es eso, una arruga?— dijo risueño señalando el rostro de la mujer y ganándose un golpe en el brazo como respuesta, ante lo cual rio.

—Por suerte recordé que esto estaba de moda cuando yo era pequeña— señaló su turbante al tiempo que ignoraba a Lirrel— Todo lo viejo puede volver a ser nuevo. . . Como la democracia—  hizo una mueca—  Lo que me lleva a esto—  tomó una carpeta negra que tenía frente a ella y la depositó delante de Katniss, abriéndola y dejando a la vista varios bocetos de vestidos, recortes de tela y plumas. Además del emblema de un Sinsajo.

—Cinna—  dijo la castaña— Está muerto, ¿no?.

La mirada que Effie le dedicó bastó como respuesta.

Recordé a Cinna de mi primera vez en los Juegos, cuando solo era un aprendiz de Mavery, y de haberlo cruzado por los pasillos alguna que otra vez durante los años siguientes. Se notaba que era un buen hombre.

Katniss observó nuevamente el cuaderno.

—Le pidió a Plutarch que no te enseñara esto hasta que decidieras ser el sinsajo por ti misma, conocía los riesgos, igual que nosotros. Creía en esta revolución, él creía en ti.

—Son muy hermosos— dijo ella sin despegar su mirada de las páginas.

—Ellos lo tienen— le indicó la mujer.

— Ellos tienen el traje del sinsajo— puntualizó Lirrel.

—No tienen un gran equipo de preparación aquí, pero, nosotros — se señaló a ella y a mi escolta— te haremos la rebelde mejor vestida de la historia.

—Volverás a tener la atención puesta en ti— intervino Lirrel emocionado.

Katniss asintió, no muy convencida, al menos hasta que su vista se fijó en mi.

— Lo haré solo si tú estás conmigo—  me señaló.

Al oír aquello comencé a ahogarme con el pedazo de comida que estaba masticando, por lo que Lirrel tuvo que golpear mi espalda con cuidado y darme agua.

—¿Qué?— pregunté sintiendo aún mi garganta arder.

 —Lo que oíste— se encogió de hombros.

—¿Y por que?.

—Cuando estaba estudiando a los Vencedores que habían sido seleccionados para el Vasallaje vi el final de tus Juegos— dijo sin despegar su mirada de la mía— Realmente no le presté mucha atención a nada en particular, ya sabes, no me apetecía ver las muertes, ni saber quienes eran los demás y todo eso, al menos hasta que llegué a cuando solo estabas tú— me señaló— Se lo que hiciste allí, aunque ellos lo cortaran; estoy segura de que de haberlo logrado o de haber sido transmitido, tú serías quien se encontraría en mi lugar hoy.

 —Si, pero tu misma lo dijiste Katniss— la interrumpí— No lo fui, y esa no era mi intención—  llevé mi vista hacia mi plato.

—Estar aquí tampoco fue la mía— aquello me obligó a regresar mis ojos a ella, recordándome a la discusión que había tenido con Seeder y Chaff tiempo atrás— Y se que varias personas lo saben, pero tú eres la única que lo entiende Emily, y por eso te necesito a mi lado.

Observé a Lirrel en busca de ayuda, y este solo se limitó a asentir con seriedad.

Suspiré sonoramente y negué con la cabeza.

— Está bien, estaré junto a ti— me rendí—  Pero no pienso salir en ninguna cámara o dar algún discurso, eso es más lo tuyo.

Katniss sonrió victoriosa antes de asentir y comenzar a comer completamente satisfecha. 

No estaba segura de lo que acababa de aceptar, sin embargo, las palabras de la chica resonaban en mi cabeza.

Si ese día la transmisión se hubiese cortado luego de que cortara mi brazo y callera inconsciente, puede que yo estuviera ocupando el lugar de Katniss, tal vez sería yo a quien Snow perseguiría, tal vez ya no se habrían hecho más Juegos, tal vez el Vasallaje hubiera tenido lugar mucho antes, evitando así que más niños murieran, entre ellos Tresh y Rue, tal vez Katniss hubiese terminado su adolescencia en paz junto a su madre y hermana. Tal vez aún existiría el Distrito Doce.

Tal vez debería dejar de pensar en las posibilidades y las cosas que podrían haber sido diferentes.

Lirrel llamó mi atención y me señaló la comida, evitando así que mi mente continuara un camino sin retorno. 

Los Juegos del Hambre: Siguiendo al SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora