—Han visto a Emily?
La voz de Lion avanzando por los pasillos preguntando sobre mi paradero a cada persona que veía provocó que saliera de mi habitación, encontrándome de frente con él, quedando a solo unos pocos centímetros de distancia.
—Aquí estoy— dije elevando mi cabeza para poder ver su rostro.
—si, aquí estás— susurró él con un leve color rosado tiñendo sus mejillas, el cual de seguro se debía a que había estado corriendo, ante lo cual aclaró su garganta y dio un paso atrás, dejando más espacio entre ambos— Aquí estás.
—Eso ya lo dijiste— recalqué cruzándome de brazos— ¿Para que me buscabas?.
—Ah, eso— tomó mi muñeca entre sus dedos y comenzó a tirar de mi hacia el comedor— Debes ver esto.
—¿Qué cosa?— cuestioné sin comprender a que se refería, aún siendo guiada por el pelinaranja.
—Solo sígueme— indicó sin detenerse, al menos hasta que nos encontramos dentro del comedor, al mismo tiempo en el que Katniss y Gale también ingresaban y se detenían al igual que nosotros con la vista fija en la pantalla que estaba allí.
—Eso es lo que encontramos tan sorprendente, que esta chica era adorada en el Capitolio— la voz de Caesar Flickerman inundó la habitación, al mismo tiempo que la cámara apuntaba a Peeta, quién sostenía una rosa blanca con sus huesudas manos— Y supongo que para ti Peeta será particularmente doloroso
—Cielos— tapé mi boca con ambas manos debido a la sorpresa de aquella imagen.
—Quisiera darte esta rosa Katniss— susurró el chico.
—Cuanto ha cambiado, que le están haciendo— se lamentó Katniss a mi lado.
Y es que era cierto, Peeta estaba visiblemente deteriorado, los huesos de su rostro se marcaban más que la última vez que lo habían mostrado, el traje negro resaltaba la falta de color, además de sus oscuras ojeras. Todo él se veía frágil.
—Un gesto muy tierno para una chica que ha inspirado tanta violencia— habló nuevamente el presentador-— Debes amarla mucho para poder perdonarla.
—Está temblando— susurró la chica a mi lado.
—Yo no podría hacerlo— puntualizó el hombre— Ha menos Peeta que pienses que la están forzando a decir cosas que ni siquiera entiende.
Se hizo el silencio por unos segundo y la cámara regresó al chico.
—Si, es exactamente lo que pienso— sentenció.
—Incluso su voz suena distinta— hablé, logrando que Katniss asintiera.
—Creo que la están usando para alborotar a los rebeldes, dudo que sepa lo que está pasando, y lo que está en juego.
—Peeta, dudo que los rebeldes la dejen ver esto, pero si lo ve, ¿que le dirías a Katniss Everdeen?, a aquella dulce Katniss Everdeen, ¿que le dirías?.
—Yo l-le diría q-que pensara por si misma— la respiración de Peeta comenzó a acelerarse notablemente.
—Si
Peeta miró fijamente a cámara con aquellos ojos perdidos abiertos por completo y derramando lágrimas silenciosas.
—No seas tonta Katniss, yo sé que nunca quisiste la rebelión, las cosas que hiciste en Los Juegos no fueron con la intención de que todo esto pasara, los rebeldes te han convertido en algo que no eres, algo que podría destruirnos a todos— para ese punto sus mejillas estaban colmadas de lágrimas— Así que si tienes influencia alguna en lo que hacen o en como te usan, te suplico, pídeles que acaben con esta guerra antes de que sea muy tarde, y pregúntate ¿puedes confiar en la gente con la que estás?, ¿sabes lo que quieren realmente? .
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Los Juegos del Hambre: Siguiendo al Sinsajo
Fiksi PenggemarEscuché por ahí que Resistir es lo único que nos queda cuando Nada nos queda, pues a Emily ya casi que no le queda nada, incluso la persona a la que más amaba fue arrebatada de su lado. Frente a esto, ¿Qué es lo que podría lograr que ella decidiera...