¿𝗦𝗵𝗶𝗻𝗼𝗯𝗶? ¿𝗛𝗮𝗿𝗲𝗺? | 𝖭𝖺𝗋𝗎𝗍𝗈 ✓

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Me encontraba tras un árbol, estábamos en una de las tantas misiones que se nos había dado desde que somos el equipo 7, si, rescatabamos al gato que durante todo el anime, nunca hizo más que escaparse.

Los demás indicaban sus puntos, A, B, C y yo era el D.

—¿Umiko?, ¿Estas en tu posición?—suspiré, esto no era divertido, ahora entendía a Naruto.

—Si, estoy en el punto D—respondí la pregunta de Kakashi.

—Bien, el objetivo ya está en el punto, vayan tras él.

Y así fué como volvimos a atrapar al gato que acababa de arañar a Naruto del rostro.

—Dámelo—. Lo tomé entre brazos y comencé a darle caricias hasta que cayó dormido, lo llevamos a la torre Hokage, dónde de nuevo, la dueña de dicha mascota lo tomó agresivamente, mientras el animal pataleaba por librarse, suspiré, de nuevo una vida monótona, con misiones iguales, sin ningún tipo de riesgos, Naruto haz tu magia.

—¡Quiero una misión de verdad! No me convertí en ninja para nada, soy un ninja, y quiero una misión ninja.

Y de nuevo, Sarutobi comenzó a relatar las clasificación de las misiones, sacudí mi cabello frustrada, y el Uchiha notó mi acción.

—Solo díganos viejo, ¿Nos dará una mision ninja o seguiremos rescatando gatos rebeldes?—cuestioné, mi paciencia se había agotado.

—¡Umiko, respeta!—bufé, patee un rollo que se le había caído a uno de los shinobis que yacían sentados en la mesa, provocando que le pegara en la nariz. Iruka sensei observo dicha acción y me mandó hacia afuera.

—¡Bien! Me tienen harta sus misiones sencillas y su estúpida mala organización—sali del salón, chocando con el constructor de puentes.

—Fijate por donde vas, niña idiota.

«Ahora si, ese fue mi termino.»

—Niña idiota mis ovarios, usted vejete borracho, cállese y váyase por dónde vino, maldito mentiroso imbécil.

—Tú eres la imbécil, ofendes a un mayor, ¿Qué no te han enseñado a respetar a tus mayores?—me golpeó el hombro con su botella de cerveza.

—Me han enseñado a respetar a quien me respeta, no a quien se siente dios por cualquier cosa.

—Niña idiota—eso si que termino por molestarme.

—¡Ahora sí lo mato!—pero antes de que pudiera darle un golpe, me agarraron por el cuello de mi blusa, me llevaron cargada así hasta que estuve de nuevo junto a mi equipo y el viejo Sarutobi.

—¡Suéltame!, ¡Ese anciano me va a escuchar!, ¡Soy una ninja y el un maldito viejo!—mis compañeros me veían extrañados, era muy raro que perdiera la cordura.