¿𝗦𝗵𝗶𝗻𝗼𝗯𝗶? ¿𝗛𝗮𝗿𝗲𝗺? | 𝖭𝖺𝗋𝗎𝗍𝗈 ✓

¿𝖪𝖾𝗄𝗄𝖾𝗂 𝖦𝖾𝗇𝗄𝖺𝗂?

El nombramiento de Tsunade se había dado, pero me encontraba en su oficina al haber sido llamada por mi incidente de haberme vuelto una bebe.

«Creo que seguro le baje la blusa y le vi la bubi.»

El sonrojo en mis mejillas apareció hasta mis orejas, observe hacia abajo ante las miradas de los ninjas que pasarán a lado mio, en un punto choque con el pecho de alguien, lleve mi mirada hacia la persona que choco conmigo.

Shikamaru. — Oh, yo, lo siento. — Se hizo hacia atrás y me observó de pies a cabeza, no llevaba mi vestimenta ninja, en realidad llevaba un vestido de flores color crema junto a un pequeño suéter celeste junto a unas zapatos sencillos.

Mi cabello suelto llegaba a mi trasero pero mis pechos se marcaban debido a que el vestido se ceñía a mi cuerpo, ante la mirada que me daba solo trague algo fuerte. — ¿Tengo algo en mi rostro?

Volvió en si negando lentamente con un suspiro, me dio una pequeña sonrisa y se acercó dejando tras mi oreja un pequeño mechón rebelde.

— Te ves muy linda, ¿vienes con la hokage? — Asentí nerviosa. — Asi que tu eres a la que me pidieron llevar. — Solo lo observe confundida. — Me dijeron que venia una chica a hablar con la hokage por pedido de la misma.

— Oh, bueno yo... — En eso solo me tomo de la mano y comenzó a llevarme bajo la atenta mirada de quien pasaba por mi lado. — Pero ni siquiera sabes si soy yo o es alguien más.

— Entonces aceptaré mi regaño pero te llevare sana y salva. Dije que me iba esforzar en recuperarte ¿No? Los pequeños gestos me ayudaran.

— Solo quieres recuperarme para ya no sentir culpa. — Me solté de su agarre, definitivamente eso me bajó los ánimos. — Puedo ir yo sola, con permiso. — Tomé mi bolso con algo de fuerza y comencé a caminar hacia la oficina pero fui detenida abruptamente.

— Bien, no me dejas otra opción. — Tras de nosotros convenientemente había una especie de bodega que se abrió fácilmente, al entrar todo estaba oscuro pero la mano de Shikamaru no me soltaba.

Al cerrar la puerta el miedo me inundo, no quiero recordar eso, no de nuevo. — ¿Me, me harás daño?

Solo pude divisar una mirada seria en su rostro. — Jamás te haría daño, al menos ahora puedo asegurar que incluso daría mi vida por ti.

Se acerco y tomo mi mano con la suya y colocó su mano derecha en mi mejilla. — Umiko, creo que aun no queda claro.

>> Me sigues gustando y es horrible, es fastidioso sentir esto por alguien a quien yo dañe, lo siento, en serio no sabes cuanto lamento haberte dañado.

>> Te quiero Umiko, y quiero que aceptes mis gestos de amor contigo, no es para borrar la culpa, es para recuperar tu amor aunque sé que jamás podrías odiarme.