𝖯𝗈𝖻𝗋𝖾𝗓𝖺.

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El cielo se pintaba de anaranjado, dando paso al atardecer que demostraba comenzaba a llegar

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El cielo se pintaba de anaranjado, dando paso al atardecer que demostraba comenzaba a llegar.

Mientras que la oji-jade acompañaba al constructor de puentes a comprar para cenar, dos chicos se enfrentaban el uno al otro para ver quien seria el ganador.

Y por otro lado una niña de cabellos azabache, despertaba de su siesta de más de 4 horas, su cabello desordenado y el pequeño rastro de saliva que salía de la comisura de sus labios lo evidenciaba.

—Ah, Kakashi sensei, ¿Donde estan los demas?—La duda surgía de sus labios, sentía que había dormido más de cuatro días, que gran siesta.

—Oh, hola Umiko ¿Como te sientes?—Sonreía su sensei, esta vez sin máscara, provocando un sonrojo en el rostro de la oji-azul.

«Por Hashirama, es más hermoso de lo que pude imaginar.»

—Yo, yo, me-me siento bi-bien.—El sonrojo en su rostro era más que notorio, vaya que su sensei estaba para comérselo.

«Cálmate, tienes 13 años, recuérdalo. Finge tu edad.»

—Que bien, los demás no se encuentran, Naruto y Sasuke entrenando y Sakura paso el entrenamiento.—Eso sorprendió a la Shimizu, ¿Entrenamiento? Alto ¿Sera el del chakra? Oh, bueno, eso por suerte ya se dominarlo.

- ¿Quiere que vaya a ver como están Sasuke y Naruto? - La pequeña solo podía mirar al suelo, vaya que ver de frente a su maestro sin ese tapabocas y que fuera más guapo de lo que creía que era.

Y para el sensei, eso no pasó desapercibido.

- Si, me harias un gran favor. - Agradeció sutilmente su maestro, la azabache asintió y corrió hacia la planta superior, se limpió el rostro y cepillo su cabello.

Al bajar sin siquiera ver a su maestro se despidió.

- ¡Adiós sensei, regreso en un rato! - Salió apurada y enrojecida al haber imaginado tantas cosas pero su cuerpo no parecía el de una chica de 29 años, la cual era su edad real.

Caminaba por el sendero que suponía era el que la llevaría con sus compañeros de equipo, podía notar los colores rojizos que adornaban el cielo y sonrió, esta nueva vida le agradaba.

Solo esperaba que su conocimiento sobre los movimientos de Haku y Zabuza la ayudaran, no quería arriesgar a Sasuke o a Naruto, mucho menos a sabiendas de que Naruto podría despertar al kyubi.

De pronto escucho una risa muy icónica, sonrió, claro, esa sonrisa era reconocible; Naruto Uzumaki.

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¿𝗦𝗵𝗶𝗻𝗼𝗯𝗶? ¿𝗛𝗮𝗿𝗲𝗺? | 𝖭𝖺𝗋𝗎𝗍𝗈 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora