ELEVEN

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Se ha comentado que esta tarde un cierto lord demonio ha sido visto en la casa de la ciudad de sus padres. Como raramente está ahí, uno se pregunta
de qué se trató la visita. ¿Podría haber una reconciliación a la vista? Abundan los rumores. Estad atentos, lectores.

>>De The Classige Morning News, columna On-Dit

Filmore House, residencia de Sir de Blinkford en Classige, Pruluce

Solo treinta minutos. Jungkook echó un vistazo al repleto salón de baile y tuvo que recordarse que sólo tenía media hora.

Acababan de ser anunciados y a su lado, Juyeon se puso de puntillas, intentando observar por encima de la multitud.

Su progenitor se colocó detrás de ambos y apoyó sus manos en la parte inferior de sus espaldas.
⸺¿A quién estás buscando, cariño? — Chang Wook se alzaba sobre la mayoría de los otros hombres en el salón. Era delgado, con el cabello incluso más rojo brillante que el de Juyeon. No era un hombre fácil de pasar por alto, y de manera predecible, varios brazos se alzaron a través de la habitación, señalándole.

⸺¿Ves al Príncipe Baekho? ⸺Preguntó Jungkook. Ya le estaba irritando el impulso de echar un vistazo a su reloj de bolsillo.

Juyeon sacudió la cabeza.⸺Nop, pero ahí está Hoseok. —Dejó de estar de puntillas y se lanzó al mar de cuerpos. Hombre valiente.

Jungkook prefería apuñalarse en el ojo con un atizador caliente que mezclarse en este enamoramiento. Por desgracia aparentemente no había atizadores de chimenea para ser utilizados, ni asientos. Sólo se estaba de pie en la habitación. Incluso las sillas y divanes, típicamente encontrados en el borde del salón de baile para carabinas y los feos del baile, habían sido quitados para hacer espacio.

Su progenitor hizo una señal con la mano a alguien y también se marchó, dejando a Jungkook de pie en el interior de la habitación.

⸺Pasa un buen rato, hijo. — Chag Wook que había estado detrás de ellos todo el tiempo, le dio una palmada en la espalda, le sonrió y luego también se
marchó.

Jungkook observó con una sensación de alivio mientras su familia le abandonaba. Todo este asunto clandestino sería más fácil de lo que había pensado. Había temido que tuviese que poner excusas para perderles, ¿pero en esta multitud? Su ausencia pasaría completamente desapercibida y ya había dejado claro que estaba intentando localizar a Baekho, de manera que cuando no pudieran encontrarle, buscarían a Baekho. Asumiendo que Baekho no les encontrase primero… Sacó su reloj de bolsillo de su chaleco. ¿Sólo habían pasado seis minutos? ¡Guh! Apestaba. Lo había sentido como al menos quince minutos, pero no, aún tenía veinticuatro minutos y treinta y dos segundos hasta que se encontrase con Taehyung en la sala de música y Baekho informase a su padre que se había ido con una migraña.

Alguien se aclaró la garganta detrás de Jungkook.

Oh, por favor, no permitas que sea alguien de quien me sea difícil escapar. No podía quedar atrapado en una conversación esta noche. Mordiéndose el labio, se dio la vuelta lentamente, pegando una aburrida mirada en su rostro.

La razón del desastroso estado actual de su vida le fulminó con la mirada desde detrás de unas enjoyadas gafas. Una vez más, Woo Young estaba equipado con volantes; esta vez eran lilas, debajo de un abrigo verde azulado.

El accesorio para los ojos de aspecto ridículo era nuevo. Sin duda para mañana estaría de moda.

Jungkook consideró echarle en cara todas sus explicaciones a Woo Young, pero desafortunadamente no era algo que pudiese hacer sobre mando. Una pena porque eso se habría añadido a su historia de estar enfermo.

DIPLOMATIC RELATIONS  ⌱  TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora