[04] Días diferentes

14 5 0
                                    

All too well–Taylor Swift

Angie.  Años atrás.

Abrí mis ojos de golpe y la oscuridad de mi habitación me recibió fríamente. Me duele. Todo se destruyó tan rápido y me afecto en todos los aspectos de mi vida.

Mi reloj marcaba las 4 de la mañana. Decidí acomodarme de nuevo en mi cama y miré el techo en espera que mi alarma sonara.

Cuando ese pasó, me levanté para hacer mi rutina y cuando salí de mi casa para caminar en dirección a la escuela, me replanteé mi existencia completa, como siempre que hacia este mismo recorrido todas las mañanas.

¿Por qué tenía que seguir yendo a un lugar donde me sentía de todo menos cómoda? No necesito ver cientos de caras que ahora no reconozco. No quería hacerlo. Odiaba sentirme así a diario.

Por más que intentaba, siempre termino recordando esa especifica noche donde todo mi mundo, el que tanto me había tardado en construir perfectamente... Se derrumbó en miles de cientos de pedacitos. Y jamás pude volver a recuperarlo. Nunca pude reconstruirlo.

Y desde ese día, me jure a mí misma no volver a creer en las primeras impresiones de la gente. Tendría que analizarlo bien de ahora en adelante. Odiaba eso. Me fastidiaba tener que subir mi guardia ante personas que un tiempo atrás consiguieron derribar esas mismas barreras que yo había puesto por exactamente ese miedo.

Odio tener que dudar sobre cada pequeño aspecto de la gente que se adentrara en mi círculo social de ahora en adelante, porque esta cadena de sucesos realmente marco un antes y después en mi vida.

Presente.

Mi alarma sonó, haciéndome saber que era la hora de levantarme. Estire mi cuerpo y me separe de mi cama para hacer mi rutina para antes de clases. Tomar un vaso de agua, desayunar e incluso escribir un poco en mi diario. No tengo ni la menor idea de porque justo hoy quise retomar ese hábito.

Al fin tenía mi auto de regreso, y ese pequeño detalle hizo que mi mente viajara directa a Sam. No había ido a la cafetería como el sugirió la última vez que hablamos.

Estaba por salir de casa cuando recordé que esta mañana en particular hacia mucho frio, así que regresé hacia mi habitación para buscar mi suéter morado, pero tras una búsqueda sin nada de éxito, hice memoria y lo había olvidado en el auto de Samuel. Y sería imposible que me contactara porque no tiene mi numero o mis redes sociales. No tuve otra opción más que escoger otro suéter, aunque no combinara demasiado con la ropa que traía puesta.

Cuando llegue a la escuela, mis amigas ya habían llegado y estaban esperándome, así que camine directamente al comedor, donde siempre nos reunimos por las mañanas antes de clases.

Con tan solo verme caminar hacia ellas, sonrieron de oreja a oreja contagiándome su alegría.

-Hola amores.

- ¡Hola crayola! - Susana y yo reímos a la par cuando escuchamos uno de los tantos saludos que Noé siempre nos da por la mañana.

-Un pajarito me conto que llegaste a casa en un carro desconocido el otro día...- Susana es conocida por saber absolutamente todo de cada persona que alguna vez haya pisado nuestra escuela, ¿Cómo lo hace? No tengo ni idea, y al ser amiga de ella, no me salvaba.

Intente esconderme entre mis propios brazos, pero ambas de mis amigas me lo impidieron, reclamando oír todos los detalles.

-Solo me ayudo a llegar para el recital de Morgan y también se ofreció para llevarnos de regreso. – Las miradas que me dedicaron fueron claramente incrédulas, y con lo bien que me conocen, sabían que me estaba guardando algo.

Serendipia (SAGA METANOIA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora