[29] ¿Despedida?

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So long, London- Taylor Swift.

- ¡¿Amigos!? ¿Te has vuelto loca mujer? - Morgan me miraba desde el otro lado de la pantalla con los ojos muy abiertos. Clavé mi tenedor en el pequeño recipiente donde tenía mi ensalada.

-Cálmate, Morgan. Estoy bien. Es mejor ser su amiga que no saber nada de él, ¿Cierto? - Mi hermana me mira, ladeando la cabeza. Seguramente piensa que soy una idiota. Yo también lo hago.

Después de acordar ser amigos con Sam, volvimos dentro de la discoteca y charlamos por bastante tiempo. Me contó sobre Fenna, esa chica neerlandesa que era su vecina y que es la razón principal por la que ha venido a Nueva York, y como agradecimiento, también la trajo. No tengo porque sentirme mal, ¿verdad? Es solo una chica. Aunque yo también fui solo una chica en la vida de Sam antes de todo este caos.

Cuando se hizo muy tarde, Sam nos acompañó hasta el departamento que comparto con mis amigas, aunque traté de insistir que no lo hiciera ya que no era necesario, pero fue muy terco. Él y yo continuamos hablando un poco más en la acera, hasta que noté lo realmente cansado que estaba y prácticamente lo obligué a irse. Sabía que el aire entre nosotros ahora era incómodo, pero ambos decidimos ignorarlo.

-De hecho, quedamos en vernos hoy. Iremos al Central Park. - Por la pequeña pantalla veo que Morgan alza una ceja.

- ¿Cómo amigos? - Yo suelto una corta risa algo nerviosa mientras asiento, si lo decía en voz alta no sonaba nada real. - Bien. Ten mucho cuidado, Angie. No quiero verte mal de nuevo.

-Lo sé y créeme que yo tampoco. Te amo, Morgan. - Hago un movimiento con mis labios lanzándole un beso, y ella me lo devuelve antes de colgar nuestra llamada semanal.

Miré mi reflejo en el espejo una vez más antes de salir por la puerta. Mi blusa corta de color blanco contrastaba a la perfección con la falda que me llegaba hasta un poco antes de los tobillos de color verde con florecitas dibujadas que compré hace poco. Como no se peinarme tanto, solamente recogí mi cabello en una media cola con una pinza que se camuflaba con mi pelo marrón. Mis labios tenían un color rosa claro y brillaban, gracias al humectante que me había puesto. Mis ojos solo tenían un poco de rímel.

No quise maquillarme demasiado. Al fin y al cabo, esto solo era una salida de amigos. No una cita. Debía tener eso muy claro.

Tomé el metro que me llevaba hacia el lugar de mi encuentro con Sam. Y en todo el camino me repetí a mí misma que no podía mostrar como realmente se sentía mi corazón hacía él. Habíamos decidido esto por el bien de los dos, aunque desde el primer segundo se sintió como una muy mala idea. No sé si seré capaz de fingir que lo quiero como un amigo cuando realmente lo amo como loca.

Tengo que ser capaz. Es esto o nada.

Cuando llegué, Sam ya me estaba esperando, aunque no se desde hace cuánto tiempo. Traía puesto una camiseta de manga corta color azul oscuro, que hacían resaltar demasiado sus ojos verdes. Su pantalón era blanco y llevaba una gorra negra. Trague saliva, demasiado obvia, porque Sam enarcó una ceja, mientras me daba una de esas sonrisas ladeadas tan típicas de él que tanto extrañaba. Solo amigos.

-Angie, te presento a Fenna. Fenna, maak kennis met Angie.

¿Por qué pone las cosas tan difíciles? Escucharlo hablar neerlandés lo hacía aún más atractivo de lo que ya era. Tenía que controlarme o nuestra amistad terminaría incluso antes de comenzar correctamente

Fue entonces cuando repasé sus palabras y mis ojos cayeron sobre Fenna.

Era una chica que desde lejos se veía era menor que nosotros por al menos unos dos años, suponiendo que tiene alrededor de diecisiete, con cabellera rubia y los ojos azules. Muy cliché. Llevaba una chaqueta de cuero negra cerrada, y unos pantalones de mezclilla junto a unos zapatos blancos. No traía nada de maquillaje puesto, supongo que siendo así de linda no lo necesitaba.

Serendipia (SAGA METANOIA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora