[28] ¿Amor?

3 1 0
                                    

The one that got away- Katy Perry

Angie.

- ¿Por qué regresaste? - Sam me mira con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, balanceándose de enfrente hacia atrás. Está nervioso. Mis brazos están cruzados en mi pecho, ya que siendo la hora que es, empezó a crearse un aire frío.

- ¿Realmente importa? Estoy aquí. Y contigo, Angie. Hay que disfrutarlo mientras podamos.

- ¿Mientras podamos? ¿Te irás de nuevo? - Sam no me mira, así que no tengo otra opción que acercarme un poco más a él. - Samuel.

Su cara se contrae al hacer una mueca, y aunque no me habló con palabras, fue la respuesta más clara que alguna vez me ha dado. Y también la más dolorosa. Mis ojos empiezan a arder y muevo la cara al cielo para evitar que las lágrimas salgan corriendo.

- ¿Entonces para qué carajos me vienes a buscar si te irás de nuevo? No es justo Samuel. No es nada justo que tenga que pasar meses separada de ti por una razón estúpida, pensando que estarás haciendo y como estarás viviendo, solo para que aparezcas de nuevo en mi vida cuando por fin estoy tratando de salir adelante con mi futuro y como si no fuera poco me dices que volverás a irte. No es justo. Yo quería que volvieras por mi cuando estuvieras listo. No cuando tomes otra de tus estúpidas decisiones espontáneas y arruines todo lo que alguna vez pudimos llegar a tener.

Solté un suspiro grande, agarrándome la cabeza, tratando de no llorar por el coraje que sentía dentro de mí. Tantas veces soñando con poder estar de nuevo con el amor de mi vida, pero nunca me imaginé que sería así... Nunca me imaginé que por una fracción de segundo lo consideré lo peor que me ha pasado.

La desesperación se apodera aún más de mí cuando Sam se queda callado, sin siquiera intentar explicarse. Decido perder la poca paciencia que me quedaba.

- ¡Explícate! ¡Hazlo! ¡No te quedes parado como un idiota y explícame porque vuelves a mi vida si no te quedaras! ¡Explícate car...!

- ¡NO TIENES NI IDEA! ¡PUEDES MANDARME A LA MIERDA CUANTAS VECES QUIERAS, PERO SABES QUE MI AMOR POR TI NO CAMBIARÁ!

Sus gritos me hicieron quedar estática, su pecho subía y bajaba gracias a la adrenalina de haber subido su tono de voz; El mío lo hacía por el enojo.

Mire directo en sus ojos, y como de costumbre, sus pupilas tapaban el verde esmeralda, pero ahora su mirada no expresaba amor. De sus ojos solo salía algún tipo de rabia que seguramente tenía contenida desde hace mucho tiempo. No pude hablar.

-No tienes una maldita idea de lo que fue vivir en un país donde ni siquiera hablan mi idioma natal. No tienes ni idea de todas las noches que lloraba porque no pude ser el hombre que necesitabas, ni de las muchas veces que pensaba volver por ti y largarnos juntos, pero no podía. No podía y... Maldita sea, Angie. Estuve bajo literal tortura por semanas. Todo por querer ir contigo a construir un futuro.

Ahí sí que no pude evitar soltar un bufido incrédulo. ¿Cómo se le ocurre echarme la culpa sobre algo que no tenía conocimiento? Moví uno de mis brazos, señalando primero a él y luego a mí misma.

- ¿Así que ahora es mi culpa? ¡Yo no te pedí que lo hicieras! Si tan solo me hubieras dicho las cosas antes nada de esto hubiera pasado y yo te podría seguir amando. - Creo que mis palabras tuvieron un efecto secundario en él, porque se quedó con la boca abierta, pero las palabras no salían. Se tambaleo un poco hacia atrás, pero por inercia y mera costumbre, me acerqué a él.

- ¿Ya no me amas? - Baje mi cabeza, y fije mi mirada en mis zapatos. No sé muy bien porqué, pero fui incapaz de mirarlo a la cara mientras decía mis próximas palabras.

-Claro que lo hago, Sam. Nuestra historia no se olvida en tan poco tiempo. Pero creo que te conozco lo suficiente para saber que en tu conciencia está el pensamiento de que esto estuvo mal. Si sabias que no te vas a quedar, ¿Por qué volver? ¿Por qué dañarme más?

Él se quedó en silencio por al menos quince segundos, haciendo que levantara mi cabeza. ¿Qué está pensando tanto? Cuando por fin sus ojos conectaron con los míos, ya no había rastro de rabia, en cambio, emanaba algo en concreto, pero por la poca iluminación que había, era difícil entender que era.

-Cásate conmigo. - Seguramente escuche mal, pero aun así mis ojos se abrieron demasiado. Tanto, que sentía el aire de la noche colarse dentro de ellos.

- ¿Qué? - Fue la única cosa que pude formular.

-Cásate conmigo. - Esta vez sí lo escuche claramente. No podía estar pidiendo esto aquí y ahora, ¿Cierto? Es una tontería. De seguro solo quiere asustarme.

-Sam. Yo... No... No... -El negaba con su cabeza repetidamente, acercándose más a mí, hasta que mis manos estuvieron en contacto con las suyas. Como si nada de tiempo hubiera pasado, Sam dejó suaves caricias en mis nudillos.

-Si puedes. Confía en mí.

-No es falta de confianza, Sam. No puedo hacer esto. No ahora.

- ¿Por qué esperar? Vamos, Angie. Tú me amas y yo te amo, hagámoslo. - En definitiva, vivir en donde sea que haya vivido le afectó el cerebro. ¿Por qué hacía las cosas tan difíciles? Acaba de decir que se irá de nuevo, ¿Por qué me está pidiendo esto? Como siempre, tantas preguntas y pocas respuestas. Aleje mis manos de las suyas, y descifre la confusión en su rostro.

-Tu... Estas... ¡LOCO! ¿Cómo diablos se te ocurre hacer esto? Sé que ser espontáneo es tu especialidad, pero no aplica para nada en estos casos, Sam. No voy a casarme contigo porque estás tratando de arreglar seis meses de ausencia. ¿Cómo se te ocurre hacer semejante pregunta?

<<No voy a casarme contigo>> Nunca pensé que le diría esas palabras. En mi mente, cada vez que volvía, en cada escenario posible, la respuesta siempre era un sí. Pero de verdad estas circunstancias son tan descabelladas que es lo último que me importa. Lo que me hizo pasar no tiene justificación. No pienso vivir con la incertidumbre si de un día a otro volverá a irse. No quiero vivir pensando en que hacer para que se quede un rato más a mi lado.

Quiero creer que empezó a ver la decisión en mis ojos, porque alzo su mentón con la boca apretada, para luego asentir una sola vez. Está dolido. ¿Realmente pensó que le diría un sí? A quién engaño. yo misma lo pensaba hace unas semanas.

-Entiendo.

Antes de que diera un paso atrás, me acerqué corriendo a sus brazos. El ni siquiera dudó en devolverme el agarre.

-No pienses que hago esto por algún tipo de falta de amor hacia ti, porque sabes perfectamente que todo mi corazón tiene marcado tu nombre en mayúsculas, pero también sabes que lo que me hiciste pasar no es sano. Yo sé que tú tampoco lo pasaste bien, y lo entiendo, pero no es excusa para querer perjudicar nuestros futuros con algo tan grande como el matrimonio, Sam.

-Lo sé, Angie. Aunque una pequeña parte de mi quería aparentar que todo estaba bien, sé que es todo lo contrario.- Nos separamos, quedando uno frente al otro.

-Este no tiene por qué ser nuestro final, ¿Sabes? Podemos tener una amistad.

Él soltó una pequeña risa, y como siempre, me contagió el gesto.

-Supongo que sí. Entonces... Angie Williams, ¿Quieres ser mi amiga?

Serendipia (SAGA METANOIA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora