15. La verdad.

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Birds of a feather- Billie eilish

Sam. Horas antes.

Maldita sea. Había escuchado todos y cada uno de los mensajes provenientes de Angie. Y. estaba completamente seguro de que la quería. A ella. Su presencia. Su forma de ser. Absolutamente todo lo que viniera de ella y estuviera dispuesta a darme.

Aunque me había tomado unos días para pensar en cómo actuar, decidí improvisar y solo hablar con ella.

Recuerdo que en alguna de nuestras pláticas ella había mencionado a cuál escuela asistía, así que manejé tan rápido como pude hacia allá, con las palabras de su último mensaje todavía rondando repetidamente por mi mente.

«Si realmente me quieres y si realmente deseas estar conmigo, entonces me vas a buscar. Yo voy a esperar, pero no para siempre, Samuel. Tengo un límite. Si ya no quieres saber de mí, entonces toma esto como una despedida. Pero, si quieres seguir viéndome, tienes que decidir ya.»

Claro que la quería seguir viendo. Estaría condenado a muerte si no la quisiera.

Mis pasos son acelerados y mi mente está en blanco, no hay ningún rastro de personas fuera, lo que significa que Angie estaba en clases.

-Eh, Collins, ¿No me digas que también vienes a ver a la zorra barata de Angelina?

Esa puta voz. Me giré sobre mis pies para observar a Ryan, parado a unos metros de distancia con ese aire arrogante que tanto caracterizaba a su persona. Tuve que cerrar mis manos fuertemente hasta que mis uñas se clavaran en mi piel para no ir y plantarle varios puñetazos en el estómago. Un comentario más acerca de ella y lo haría sin dudar de nada.

- ¿Cómo la llamaste? - Caminé despacio, con cautela. Él soltó una carcajada, causando que una pequeña vena en mi frente saliera a la luz.

-Zorra bar...- Las palabras dejaron su boca de una manera tan lenta que me dio el tiempo suficiente para poder acercarme a él y plantarle dicho puñetazo con todas mis fuerzas. Y otro. Y otro. Y otro. Y uno más. Tuve que detenerme cuando mis nudillos me lo suplicaban y noté que estaban llenos de su estúpida sangre. Los miré un segundo, haciendo que Ryan aprovechara ese instante para tumbarme al piso y posicionarse arriba de mí.

No sé cuánto tiempo forcejeamos, pero cuando por fin lo pude empujar hacia un lado para pararme, mi cuerpo ardía ante la pérdida de tanta sangre que ahora se encontraba derramada en el césped tan bien cuidado de las instalaciones.

- ¿Quién diría que el debilucho Samuel Collins sabía pelear? - Se estaba acomodando las mangas de su camiseta mientras decía eso. Mi respiración estaba tan agitada que mi pecho no dejaba de subir y bajar con rapidez.

-Cállate. - El esbozo una sonrisa que solo pude interpretar como divertido, y eso me hizo enfurecer aún más. - ¿Sabes a la gran persona que te perdiste? ¿Sabes cuánto la dañaste? - Mientras las palabras salían de mi boca no pude evitar recordar las contadas veces que Angie se había mostrado frágil en mi presencia, lo débil y pequeña que se hacía, encogiendo mi corazón.

- ¿Crees que algunas de esas cosas me importan? - Pensé que iba a contenerme. Pensé que podría controlar mis ganas de golpearlo hasta que quedara inconsciente. Pero al parecer no pude hacerlo.

Sam.

Presente.

Angie se encontraba al otro lado de las barras. Su mirada gritaba preocupación y furia al mismo tiempo. Era algo que jamás había visto en ella.

Serendipia (SAGA METANOIA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora