[11] Seguir adelante

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It'll be okay- Shawn Mendez

A lo lejos podía oír el sonido de las sirenas que componen a una ambulancia. Ryan fue astuto por primera vez en su vida y se escabulló cuando se dio cuenta de lo que le había hecho a Sam.

Creo que algunas personas que habían pasado por donde había pasado la caótica escena me preguntaban si estaba bien, pero no pude responderles. Supe que alguien entre esa gente fue quien llamo a la ambulancia, pero mi mente seguía reproduciendo la imagen de Sam tirado en el suelo sin respirar.

Si tan solo hubiera ignorado a Ryan y seguido con mi camino como tenía planeado nada de esto no hubiera pasado. Pero él hubiera no existe y tengo que asumir las consecuencias de mis estúpidos actos.

-Angelina, ¿Así te llamas? – Hice mi mayor esfuerzo para asentir con la cabeza aun siendo presa del shock, y segundos después alguien me agarró del brazo para intentar pararme.

-Tenemos que llevar a tu amigo y a ti al hospital, ¿puedes decirnos cómo se llama? - La voz era femenina, y sonaba tranquila, pero yo me encontraba del otro lado, completamente hecha un desastre.

-Sam.

-Voy a ocupar un apellido, Angelina. – Ante la mención de mi nombre, me estremecí debajo del agarre de quien sea que me estaba sosteniendo parada.

-Angie. Dígame Angie.

-Bien Angie, ocupo que nos des el apellido de tu amigo para poder atenderlos mejor a ambos. - Rebusqué en mi mente esa información, tardándome unos ocho o nueve segundos en encontrarla.

-Samuel Collins. - Escuché como anotaba en un papel y por un momento la idea de ver a Sam cruzo por mi revuelta mente, aunque al notar por el rabillo de mi ojo que estaba tumbado en una camilla me arrepentí y por poco salgo corriendo en su dirección a abrazarlo y pedirle perdón por causarle todo esto, pero el dolor agonizante que sentía recorrer todo mi cuerpo tanto física como mentalmente, me lo impedía.

En el camino hacia el hospital solo podía mirar por la pequeña ventana que tenía la ambulancia, viendo todos los arboles de la ciudad pasar a gran velocidad. Aún no estaba completamente en mis cinco sentidos, así que todo el recorrido hasta la habitación donde nos metieron fue en automático, con mi cuerpo presente pero mi mente yendo a mil por hora pensando únicamente en Sam.

Había pasado una hora, aunque parecía más como una eternidad. Me habían revisado y simplemente cubrieron la pequeña herida que tenía con una venda para evitar infecciones.

 Estaba sentada en uno de los silloncitos con el control remoto en mano mientras pasaba canal tras canal insatisfecha por no poder encontrar nada para pasar el rato en lo que Sam despertaba, ya que según el doctor que lo atendió, tardaría un poco. Pero al cabo de unos minutos, un ruido proveniente de la dirección donde Sam estaba acostado en una camilla típica de hospital me distrajo.

El verde esmeralda de sus ojos se iba haciendo más visible al paso de los segundos, pero cuando noté que en realidad los estaba abriendo de una manera demasiado lenta para mi gusto, llegué a pensar en pararme y abrírselos con mis propias manos.

- ¿Angie? - Su voz estaba algo rasposa ya que no había pronunciado ninguna palabra en un largo lapso de tiempo, y sentí como mis ojos amenazaron con arder, pero no lo permití.

- ¿Sam? - La desesperación en mi voz se notó, pero no le di importancia y me levanté lo más rápido posible para llegar hacia su lado. - ¿Cómo estás? Bueno es obvio que mal, pero me refería a ¿te duele algo? obvio que te duele todo ¿ocupas algo? claro que ocupas algo, ¿Qué quieres? Tú dime y yo te lo traigo. Solo ocupo encontrar mi abrigo porque afuera hace frío, ¿Dónde diablos está?

Serendipia (SAGA METANOIA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora