•Capítulo 15•

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Karol Sevilla

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- Mike... pensó que... seria buena idea... correr...

Pronuncia entre jadeos, tratando de terminar su frase, pero es incapaz. Sólo tenía que esperar a que vuelva su aliento. Que aburrimiento. Ya esperaba a que me contará su mañana de pasión con Ronda, pero para mi mala suerte el bruto solo quiso ejercitar con Valu. Pobre criatura. Quien la viera haciendo ejercicio a las ocho de la mañana. Corriendo por todo el parque, con un sexy modelo de músculos realmente impresionantes, en vez de estar en su cama toqueteandose. La verdad me impresiona. Solo un ser con la suficiente fuerza en el mundo podría hacer levantar a esta rubia de la cama y hacerla correr hasta que le salga el alma. Y ese es ni nada más ni nada menos que Michael Ronda. Que Dios se apiada de él cuando consiga su aliento y lo deje en abstinencia por un mes. A pesar de su dulzura y su hermosa carita de ángel, esta mujer puede convertirse en el mismísimo demonio en persona. Más si se trata de venganza.

- Te juro, voy a dejarlo en abstinencia por un mes a ese maldito.

Din din din!! Bingo!! Acerté. Puede que sus movimientos sean imprevistos, pero no para mi. La conozco de pies a cabeza a mi rubia favorita. Por otro lado, pobre de Mike, le tocara quedarse con las ganas o masturbarse. Sea cual sea la opción, no será lo suficiente como para complacerlo así mismo. Estar lejos de esta mujer, es difícil. Más sabiendo la cantidad de hombres que estuvieron rogándole por una simple cita, hasta suplicarle que no los deje en abstinencia. Valu, es bastante drástica y sabe de que forma hacer que los demás sufran por ella.

- Tan malo fue? - me levanto de mi asiento y me acerco a ella para pasarle una de mis toallas, para quitarse el sudor de la cara que aún tenía.

- Si! - dice, entre dientes - el muy hijo de puta me hizo correr ocho vueltas por casi todo el parque - quitándose el sudor de su cara con la toalla - y le doy gracias a Dios que fue "ligero". El estúpido se levanta a las siete de la mañana y trota por tooooodo el parque. Hijo de perra!! - grita esto último para que solo nosotras dos escuchemos.

- Esta loco este hombre. Pero, le dijiste que no sos de hacer ejercicio muy seguido?

- No. Pensé que iba a ser un par de vueltas. Dos, tres, máximo. No pensé que iban a ser ocho y casi por todo el parque. Encima, el tiene un maldito recorrido por el cual corre. Es un psicópata del ejercicio - río por esto último que dijo. Si supiera los ejercicios que realizo cada mañana. También sería una psicópata del ejercicio. Solo esta exagerando. Es hasta que se acostumbre a su nueva forma de vivir con él - ahora entiendo porque es tan jodidamente sexy el imbecil.

- Valu, solo estas exagerando. No estas acostumbrada a esto. Pero ya le vas a tomar el ritmo y te va a gustar.

- Eso dices tu, que te la pasas haciendo ejercicio por la noche - toma agua de su botella.

- Me hiciste recordar que debo pagar mi inscripción de vuelta al gimnasio. Extraño a Max - Max era mi personal treiner. Es como mi mejor amigo, aunque hubieron momentos que me hicieron dudar de su amistad. Tal vez ahora las cosas sean diferentes entre él y yo - tal vez, de seguro ya ni trabaja ahí, pero para hacer algo por la noche es bueno.

- Estas loca mujer.

Vuelve a tomar de su botella, cuando la puerta de mi oficina se abre, mostrando la imagen de Ronda. Este estaba usando unas bermudas negras y una remera gris pegada a su cuerpo, remarcando sus abdominales y sus fuertes brazos. Valen lo volteo a ver y esta casi escupe el agua al verlo tan bien. No estaba sudado, ni agitado y sus piernas estaban más que firmes pisando el suelo de azulejos blancos que había en el cuarto.

- Mi amor, te estaba buscando - se acerca a ella y besa su frente - estas bien? Estas algo agitada aun? - Valu le sonríe falsamente, tratando de manejar su ira. Me voltea a ver y devuelve su mirada a su pareja. Pobrecito, ya está condenado. Rezó por ti Ronda. Rezó por ti. Y por tu amigito que traes entre las piernas.

- Si mi amor, estoy estupenda - toma su mano con delicadeza y se levanta del sofá - que tal si vamos a casa, necesito hablar contigo.

Se lo llevo, casi arrastrándolo fuera de mi oficina. Mike me miró suplicando que no se lo lleve a la casa, pero que podía hacer? No puedo estar en contra de mi mejor amiga-hermana. No quiero arriesgar mi vida. Suficiente que ya lo va a matar. No quiero ser otro cuerpo muerto en la lista de Valu. Pero pobre hombre. Seguiré rezando por él.

Estaba apunto de cerrar la puerta, cuando esta se abrió de golpe, haciendome retroceder del susto. No era nada más ni nada menos que Alejandro. Ya la verdad me sorprendía que no me estuviera molestando desde ayer. Pero todo sueño tiene su final. Mala suerte la mía encontrarme con este. Hubiese preferido encontrarme con Leandro. Tal vez no hubiera sido tan terrible o tan desagradable como Alejandro.

- Hola muñequita - se apoya en el marco de la puerta - me extrañaste?

- Sabes algo?, no, sinceramente no te eh extrañado - volteo los ojos irritada y camino hacia mi escritorio, buscando entre mis cajones las llaves de esa maldita puerta. Me canse de que entren sin mi consentimiento a mi oficina.

- Qué buscas preciosa? - siento sus pisadas cada vez acercándose más a mi - un regalo para mi? - río irónica por su chistecito.

- No, busco las llaves de la puerta. Detesto que entres a mi oficina - por fin, las había encontrado en el último cajón. Las tome y volví a reincorporarme - ahora que ya las encontré, te pido amablemente que salgas - señaló la puerta con mi dedo.

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Los amo, Ceresita 🍒❤

Te Quiero Lejos De Mi ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora