•Capítulo 30•

72 6 0
                                    

Karol Sevilla

-

Ya paso un mes desde que volví a Milán y aun sigo con los preparativos para el festival de verano que se realizará en unas semanas. Teníamos muy pocos días para terminar y ya teníamos casi todo listo para el festival. Organizamos un festival-pasarela en donde podrán admirar a las modelos y luego disfrutar de bebidas, comida y un maravilloso DJ que nos brindará música para bailar y pasar una buena noche. Con un código de vestimenta veraniego, ya que este se haría en la playa. Estuve organizando y preparando los vestuarios para las chicas, convinando colores y prendas, haciendo llamadas importantes, viendo los preparativos de la fiesta. Estaba tan ocupada de día que de noche era donde mi propia mente me atacaba a mi misma. Ya al caer el sol y dejar salir la luna con ese brillo tan hipnotizante, era el momento en el cual mi mente empezaba a divagar.

- Como estará Ruggero? - susurre inconscientemente, solo para mi.

- Dijo algo señorita Sevilla? - hablo Carla, (mi traductora de italiano) haciendo que salga de mis pensamientos.

- Eh, no, nada. Solo estaba hablando para mi misma - dije, cerrando la carpeta, donde se hallaba toda la organización del festival - de que debería invitar a un amigo para no estar tan sola, ya que tu te tienes que ir en unos días, no?

- Si - bajo la mirada y se quito los lentes para volver a dirigir su mirada en mi - lamento tener que dejarla sola y sin ninguna traductora. Créame que si conociera a alguien más que hablara italiano se la recomendaría de inmediato, pero todos hablan inglés y usted es mucho mejor hablándole que ellos - dijo esto en un tono burlón a sus compañeros, haciendo me reír y contagiarla a ella, riendo las dos.

- No te preocupes, acá también hablan inglés. Algunos, pero ya encontrere a alguien que me ayude - observe el reloj que estaba colgado en la pared y me sorprendí al ver la hora. Ya era demasiado tarde - ya es muy tarde, deberías de ir a tu habitación a descansar Carli - así la llamaba yo con amor - yo me encargo de guardar todo.

- Segura? No quiere que la ayude y después me retiro? - negué con la cabeza y empecé a juntar todas las cosas esparcidas por la mesa - esta bien, buenas noches señorita Sevilla - toma su bolso y planta un beso en mi mejilla como saludo - descanse.

Y sin más, escucho como ae cierra la puerta, confirmándome de que Carla ya no estaba en la habitación. Termine de acomodar todo y me dispuse a colocarme el pijama para ir a dormir. Aunque entre nos, no estaba durmiendo del todo bien. Estuve días sin dormir. Me quedaba despierta hasta las tres de la mañana y a los minutos me dormía, para luego despertar a las seis y media. Teniendo solo tres horas de sueño y mucho trabajo por delante. Me pare en frente del espejo, que se encontraba en el baño, y pude observar las inmensas ojeras que rodeaban mis preciosos ojos verdes.

- Estoy horrible.

Dije para mi misma en un susurro casi inaudible. Apague todas las luces y tome mi celular, para tirarme a la cama y observar nuestros chats viejos. Y ahí el problema de mis desvelos. El cuál tenía nombre y apellido. Hace una semana dejo de contestar mis mensajes. Lo último que le mande fue un "Te quiero y espero que duermas bien", por lo cual, lo único que resivi de él fue visto. Quise enviarle un mensaje, pero no me atrevía después de eso. De su visto. Además, él siempre era el primero en mandarme un mensaje y de la nada dejo de hacerlo. Me gustaría saber el por que. O mejor dicho, se el porque, pero no quiero admitirlo.

- Te odio.

Le dije al chat y apague el secular, dejándolo cargar de mala gana en la mesita de luz que se encontraba al lado de mi cama. Me cubrí con las sábanas de mi cama y trate de dormir. Al principio fue complicado, pero de apoco mis ojos se fueron cerrando, cayendo en un sueño totalmente profundo. Estaba descansando tan plácidamente en mi cama cuando escucho ruidos en mi ventana. Al principio los ignore, pensando que era algún especie de animal, u hoja, o rama que golpeó esta, pero no. Era un ruido en particular. Podía oír como la ventana se abría con cuidado, haciendo que eso me resultará raro. Me despabile rápidamente de mi sueño y trata de pensar bien lo que estaba a punto de hacer. Me levante con cuidado de la cama, tomando un palo de hockey que era mío de cuando era joven y decidí practicar ese deporte. Lo tomé con fuerza y me acerque a la ventana, la cual estaba algo lejos de mi cama. Me puse atrás del paredón que evitaba ver mi persona y traté de ver disimuladamente hacia el pasillo para ver quien era. Al ver que una sombra se acercaba hasta donde estaba yo, me asusté y sin pensarlo dos veces empecé a pegarle con el palo, sin esperar nada a cambio. Hasta que escuche sus familiares quejidos.

- Karol, para! - esa voz me resultaba familiar, pero no podía parar de pegarle - ¡DIJE QUE PARES!¡MIERDA! - y tomó el palo con fuerza, quitándome lo de las manos. Levante mi mirada y pude ver que era él - No pensé que ibas a reaccionar tan mal - dijo, frotando su cabeza por aquel golpe tan fuerte que le brinde - y tampoco sabía que jugabas hockey - levantando el palo y observándolo con detenimiento.

Agite mi cabeza, saliendo del trance en el cual me encontraba y tome una de mis almohadas, para empezar a golpearlo con ella. Todo el miedo había abandonado mi cuerpo, para ser remplazado por el enojo. Había pasado una semana. Una puta y maldita semana en la cual él sin vergüenza no me contestaba. Y ahora se aparece acá sin avisar. Es un hijo de perra.

- Ey! Ey! - trato de quitarme la almohada, pero no pudo - qué hice ahora?

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

🤔😏

Los amo, Ceresita 🍒❤

Te Quiero Lejos De Mi ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora