•Capítulo 18•

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Karol Sevilla

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Estaba caminando por los pasillos del edificio, hablando con mi padre para verificar si había llegado bien a su destino. Luego de que me dijera que había llegado bien pude seguir con lo mío. A último momento me habían avisado que mi madre también lo acompañaría. Seguramente van a aprovechar los días que no tengan que hacer nada para pasar tiempo juntos. Es tierno. Desde que ellos se comprometieron nunca tuvieron tiempo solas. Es lindo saber que aún se quieren con la misma intensidad que antes. Sin más camine hacia la oficina de mi padre para buscar la dichosa lista para organizar la fiesta. Como no estaba Yosy me dispuse a buscarla por mi propia cuenta. Al entrar jadeo impresionada por lo que veo. No era más ni nada menos que don perfecto, sin camisa, con su torso al descubierto. Si mi mandíbula no estuviera pegada a mi rostro, esta ya estaría tocando el suelo. Su abdomen estaba bien marcado. A veces pienso que el gimnasio hace maravilla con los hombres, pero no pensé que tanto. Podía sentir el calor recorrer todo mi cuerpo, en especial mi zona íntima, sintiendo nuevamente ese cosquilleo.

Este hombre está como quiere.

- Te puedo ayudar? - se enderesa, demostrando la diferencia de nuestras alturas. Nunca me detuve a pensar en eso. Era vastante alto. Se acercó a mi, caminando con pasos seguros y firmes. Si, sin dudas él es bastante alto. Mi cabeza solo llega hasta su pecho bajo. Parezco una niña frente a él - Ey!, te pregunte algo - eleva la voz, haciendo que salte en el mismo lugar y vuelva a la realidad.

Ahora este que se cree elevándome la voz? Pero ya me va a conocer.

- Me bajas ese tonito Pasquarelli! - lo apunto con mi dedo, amenazando lo - que no soy tu novia o alguna de tus putas baratas - se ríe, mostrando sus hermosos dientes. Simplemente no puedo si usa esas armas contra mi - dije algo gracioso? - me cruzo de brazos, tratando de no tocarlo. Si lo hago, perdería el control de mi cuerpo -

- No, nada señorita Sevilla - posa sus manos en mi cintura y me pega a él, haciendo que ponga mis manos en su pecho - es solo que... me parece adorable el simple hecho de tus celos.

- Mis celos? - arqueo una ceja -

- Si, hacia mi novia. La cual, yo ya le había comentado que nuestra relación es totalmente profesional - esconde su cara en mi cuello, sintiendo su aliento cálido chocar contra mi cuello. Mi piel se eriza y el muy imbecil se da cuenta - y sobre mis putas mi quería Karol, no las tengo. Para que tener a otras mujeres, si se que tarde o temprano caerás a mi - empieza a dejar besos castos en mi cuello - pidiéndome que te haga mía - desabrocha los primeros tres botones de mi camisa, dejando el espacio perfecto para bajar con sus besos hasta mi clavícula. Hijo de su perra madre. Lo está haciendo a propósito. Está queriendo calentarme y lo peor de todo es que le está funcionando. En este momento despresio a mis hormonas de adolescente - que pasa Karol, no queres que te haga mía? - deja de besar mi cuello y rosa sus labios con los míos. Hijo de puta! - solo tenes que decirlo - ala mierda todo este estúpido juego, quiero besarlo. No puedo seguir con esta tortura. Entrelazo mis brazos al rededor de su cuello y con mis pies hago puntitas, para llegar mejor a sus labios y besarlo. Fue un beso lento y suave. Quería disfrutar de su sabor a limón tan fresco y adictivo. Sus manos bajaron hasta mi trasero, subiendome hasta rodear mis piernas al rededor de su cintura. Camino hasta el escritorio y me sento en este. Tuve que separarme de él, ya no podía respirar. Ambos nos separamos, juntando nuestras frentes, sintiendo como de apoco el aire volvía a nosotros - así que gane - abro mis ojos y veo esa sonrisita suya de "soy mejor". No lo voy a negar, me encanta esa sonrisa de superioridad que el tiene, pero es fastidiosa a veces. Reí a lo bajo y lo empuje, alejando lo un poco de mi para poder bajarme del escritorio y acomodar mi ropa.

- Ay Pascuarelli! - poso una de mis manos en su hombro y lo palmeo. Él me mira confundido, mientras que yo sigo riendo por su inocencia - que yo sepa, aún no te eh dicho que entres en mi - ahora vamos a ver quien calienta a quien Ruggerito - aún no me has visto completamente desnuda - lo tomó de la mano y lo obligó a sentarse en el sofá - si, me viste en ropa interior. Y eso que?. Todos aquí me han visto en ropa interior - acomodo mi falda para sentarme arriba de el. Específicamente, arriba de su amiguito - pero no te gustaría que este completamente denuda? - empiezo a dejar besos castos en su cuello, sintiendo un ligero gruñido de su parte - a tu merced - susurro y muerdo el lóbulo de su oreja - saltando y gimiendo tu nombre - empezó a mover mis caderas encima de su amiguito - mientras te pido en un gemido... - entrelazo mis brazos al rededor de su cuello. Me acerco a su oreja y susurro en él, fingiendo un gemido de placer como cereza del pastel para calentarlo por completo - más... más Rugge... ahhh.. siii.

Siento su bulto como empieza a crecer y a querer salir con fuerza de su pantalón. Ruggerito, jugaste con la peor persona de tu vida. Si querías calentura, calentura te voy a dar. Seguí moviendo mis caderas, hasta que siento sus gruñidos un poco más fuertes. Intente saltar para castigarlo aún más, pero este me detuvo en seco. Me tomo de la cintura y en un movimiento rápido ya se encontraba arriba de mi. Como mierda hizo? No lo se. Pero si quiero ver lo que va a suceder. Su mirada era intensa. Sus pupilas dilatadas. Sus brazos parecían aún más fuerte de lo normal. Su respiración agitada. Pobrecito. Estaba alzado. Peor que un conejo.

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Los amo, Ceresita 🍒❤

Te Quiero Lejos De Mi ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora