•Capítulo 9•

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Karol Sevilla

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- Muy bien... - quite la vista de sus labios, para volver a mirar sus hermosos ojos - donde tengo que firmar?

Volvió a mostrar sus perlas blancas que tiene como dientes y se separó de mi, dirigiéndose hasta el escritorio. Sacudí mi cabeza ligeramente, volviendo a la realidad. Me incline para tomar el contrato que, sin darme cuenta, por la furia que traía cargada, lo había dejado caer en el suelo. Lo apoye encima de la mesa y tome uno de las plumas de mi padre que se encontraban disponibles en un porta lápices de metal reluciente. Sin más que decir firme con mi nombre y se lo entregue. Sin protestar, sin reclamar, sin discutir, sin nada. Quería guardar la poca dignidad que traía y no era conveniente discutir ahora.

- Como se siente no tener todo lo que quieres? - dijo, en un tono burlón -

- Bien. No creas que por este contrato insignificante voy a sentirme mal - sonreí, victoriosa, ocultando la furia incontrolable que me comía por dentro - ahora si me disculpas, tengo que volver a mi oficina.

- Eso me temo que será imposible - se acercó a mi - tienes una sesión de fotos en 15 minutos - coloca su mano derecha en mi mentón, obligándome a levantar la y verlo a los ojos - pero no te desesperes, vas a tener tu descanso y tus clases privadas conmigo - formando un puchero con sus labios, viéndome como si fuera una niña perdida. Bufón e indignante a mi parecer - ahora ve y alistate que tengo que llevarte al estudio.

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Estábamos en el estudio, viendo como algunas de las modelos de mi padre posaban para diferentes tipos de fragancias. Estaba llegando la primavera y querían sacar una nueva línea fresca y primaveral, usando de fondo tonos verdes, rosas, azul y otros colores no tan visibles como el naranja y el rojo. Había flores, pétalos esparcidos por todo el estudio. También hojas naranjas tirando a marrón. Todo perfecto diría yo. De fondo se escuchaba la música que ponía pos producción, para que no esté tan silencioso el ambiente y las modelos puedan desembolverse con la música. Al fin y al cabo eso se trata de modelar, de manifestar un sentimiento a través de la ropa, el rostro y el fondo.

- Ve a cambiarte, yo voy a estar hablando con producción para que no tarden con tus fotos.

Vi como se alejaba de mi a paso lento. Voltee hacia atrás, para poder ver a las modelos y ya estaban apunto de terminar con ellas. Se acercó Will, mi vestuarista. El se encargaba de mí ropa, confeccionandola a mi gusto y moldeandola a mi imagen. Era un profesional en su trabajo. Muchas veces quiso trabajar con artistas reconocidos (más que yo), pero siempre le sucedía lo mismo. Nadie lo trataba como yo. Nadie le importaba sus horarios de comida, su familia, si estaba enfermo o lesionado. Prácticamente no lo trataban como a un ser humano. Es por eso que dice que yo soy su única modelo en toda su vida. Es por eso que no trabaja con nadie, más que conmigo.

- Karol, mi reina. Ya tienes que ir a cambiarte - dijo Will, sacándome mi saco - tu ropa esta colgado en tu camerino y prendí la calefacción para que no te mueras de frío.

- Gracias Will.

Deposite un beso en su mejilla y rápidamente corrí hasta mi camerino. Gracias a Dios había prendiod la calefacción. Nunca me había dado cuenta de lo frío que hace en la empresa. Debería de decirle a mi padre que considerará poner calefacción en todos lados para hacerle más fácil a las modelos y a producción. Pobres, seguramente estuvieron toda la hora temblando de frío. Me imagino que después de esto tomen algo caliente.

Te Quiero Lejos De Mi ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora