Boss observaba a su mejor amigo cargar las maletas y provisiones en el auto. Hacia ya diez días que la convivencia en la casa se volvió insostenible.
Fluke y Ohm no se dirigían la palabra, pero el humor del pelinegro se hacía diez veces peor con el pasar del tiempo.
Fluke por su parte no dejaba nunca la oficina. No hablaba con nadie, no visitaba a Lucifer, y se sumergió en el trabajo como su única salida.
No decía nada, pero estando en la habitación del rubio, muchas veces lo escuchaba sollozar durante las noches.
-se estan matando poco a poco,- musitó Noeul, observando a su hermano. -no entiendo que fue lo que pasó. Creí que estaban bien.
Boss apartó el rostro sin decir nada, a sabiendas de que si Noeul le interrogada se quebraría como una maldita hoja.
El rubio exhaló, como si pudiera leerle la mente, antes de darle un palmadita en el hombro.
-Escúpelo,- le presionó en un tono monótono, -quizás podamos arreglarlo.
-No se de que— Noeul lo fulminó con la mirada, deteniéndole en el acto, haciendo que el pelinegro resoplara sonoramente, -de acuerdo, si me contó, pero no se en que ayudaría si yo tampoco entiendo lo que pasa.
-yo juzgaré eso,- insistió Noeul malhumorado. -tu solo cuéntame.
Boss puso los ojos en blanco. Aquello le traería problemas, Ohm detestaba que las personas se metieran en sus asuntos, en especial su hermano.
-Ohm se rehúsa a decirle que lo ama.- le explicó confundido, -aunque no se porque es un problema, ni tampoco porque le resulta tan difícil.
Noeul bajó la mirada, preocupado. Ahora lo entendía todo, y esto sería más complicado de lo que había previsto.
Boss movió la mano frente a su rostro, tratando de llamar su atención. Le había contado lo que sabía, era su turno de explicarle.
-Esto esta muy jodido,- comentó, -y ambos son increíblemente testarudos, no van a cambiar de opinión.
-¿Por qué?- insistió Boss, -se aman, eso es obvio, ¿Qué es lo que lo hace tan difícil?
Noeul miró a Ohm subirse a la camioneta y arrancar con rumbo a la cabaña. Pa creyó que quizás la distancia les haría bien.
-ninguno sabe lo que es ser feliz en una relación,- comentó el rubio, -no saben como confiar en el otro… y eso es algo con lo que ninguno de los dos le puede ayudar.
Fluke salió de la oficina, en cuanto la camioneta se hubo marchado, como si hubiese estado esperando detrás de la puerta para hacerlo.
Instintivamente, Noeul se arrimó contra Boss, dejando suficiente espacio para que el pequeño se sentara y apoyara su cabeza en su hombro.
-¿acaso estoy pidiendo demasiado?- musitó, apenas audible, aunque ambos chicos sabían que no debían responder.
Se quedaron en aquella posición, presos del silencio que reinaba en la sala de estar, hasta que una camioneta azul con vidrios tintados apareció frente a la casa.
-¿Estamos esperando a alguien?- quiso saber Boss, mirando a su novio, quien ahora sonreía con algo de malicia.
-No nosotros,- comentó divertido, -pero reconocería ese auto donde sea.
Vestido de un traje caqui de corte perfecto, y una camisa celeste que lucía suave al tacto, un atractivo hombre en sus treinta y pocos bajo del auto, con un maletín de negocios negro en la mano.
Noeul se levantó para abrir la puerta, causando que Boss se tensara. Fluke se acomodó en el asiento, mirando ambos con curiosidad, mientras el extraño se aproximaba.
-licenciado Talasopon,- sonrió Noeul, antes de que el muchacho se acercara y depositara un sonoro beso en su mejilla, -creí que tendríamos a tu padre visitándonos.
-tenía un caso importante cuando recibió la llamada de Arawat,- le contestó el chico moreno, con una sonrisa radiante. -además, tenía muchas ganas de verte.
Noeul soltó una carcajada cantarina, y le dio un abrazo al muchacho, levantándose de puntillas.
Fluke sintió como el cuerpo de Boss se sentaba, antes de que se levantara para acercarse al par, colocándose prácticamente entre ellos.
-Veo que algunas cosas nunca cambian,- sonrió el extraño, extendiendo su mano frente a Boss, -me agrada verte, Boss.
-Me gustaría decir lo mismo,- musitó el pelinegro, con los dientes apretados. Tomó al rubio por la cintura y lo atrajo hacia su cuerpo, -las cosas han cambiado un poco desde tu última visita.
-puedo verlo,- sonrió el abogado, aparentemente entretenido, -se ven muy bien juntos.
Boss asintió pero no relajó su postura. No le agradaba el abogado, eso era bastante obvio. Noeul sonrió divertido antes de estamparle un beso en la mejilla.
La atención del muchacho se desvió hasta el pequeño de ojos curiosos sentado en el sofá, y le sonrió con dulzura, causando que se sonrojara.
-ha pasado un tiempo desde que veo un rostro nuevo por aquí,- musitó haciendo ademanes de acercarse, hasta que Boss se adelantó cortándole el paso. -hola, pequeño.
Noeul aprovechó la oportunidad para zafarse del agarre de su novio y alcanzar al pequeño, tirando de una de sus manos.
-Thanakrit Talasopon,- continuó con una sonrisa, -el es Fluke, el hermano menor de Thanachar.
El mayor ensanchó su sonrisa, mientras tomaba la mano de Fluke entre las suyas.
-es un gusto conocerte al fin,- continuó, -mi padre está llevando tu caso.
Fluke asintió antes de esbozar una sonrisa pequeña en respuesta. Boss intentó acercarse nuevamente, pero fue Noeul quien le cortó el paso esta vez.
-creo que es mejor que nos retiremos,- insistió, tomando su mano, -Fluke y Thanakrit tienen mucho de que hablar.
-pero— intentó Boss, resistiéndose.
-Es su abogado, cariño,- le cortó Noeul de forma tosca, -deberíamos darles algo de privacidad.
Boss le siguió a regañadientes, viendo como el pequeño y su abogado se acomodaban en el salón.
-¿Qué se supone que estas haciendo?- le reclamó en cuanto entraron en la habitación.
-no se de que me hablas,- contestó con fingida inocencia, alcanzando una revista, antes de tirar sobre la cama, -no hice nada.
Boss cruzó los brazos sobre su pecho y se apoyó contra la puerta, no era la primera vez que se encontraba en medio de una disputa de los hermanos Ritprasert.
-no deberías hacerle esto a tu hermano,- le acusó, molesto, -el se fue hace solo un par de minutos, y tu lanzas a Fluke a los brazos de ese—
-el se hizo eso a sí mismo,- contestó Noeul enfurruñado, -no ha hecho más que jugar con los sentimientos de Fluke desde que llegó.
-creí que querrías que estén juntos,- continuó el pelinegro lleno de frustración, -se están matando el uno al otro, tu mismo lo dijiste.
Noeul bajó la revista y le miró a los ojos.
-Mi hermano debe entender que el que Fluke se vaya no es lo peor que puede pasar,- se justificó, -debe entender que Fluke tiene opciones, y que no seguirá esperándole.
Boss bajó la cabeza, entendiendo que el rubio no cedería sin importar lo que dijera.
Fuera de aquellas paredes, la historia era muy diferente. Fluke escuchaba atentamente al abogado hablar sobre lo que pasaría de ahora adelante.
-tu divorcio será más fácil ahora que Jassada esta en prisión,- le explicó, -uno de nuestros asociados presentó las evidencias y deberíamos ser capaces de registrar tu divorcio en unas cuantas semanas.
Fluke dejó salir un enorme suspiro inseguro de como sentirse en aquel momento.
Llevaba tanto tiempo preso en aquella relación que la idea de librarse de él le resultaba absurda.
Thanakrit alcanzó su mano, cubriéndola con la suya, sacándolo de su estupor.
-Todo estará bien,- murmuró, apretando ligeramente -puedes confiar en mí.
Fluke consideró apartarla, pero había algo en la sonrisa del abogado, que le hacía sentir sereno. Algo que no sentía desde que llegó al rancho.
-Gracias,- murmuró en respuesta, -aprecio mucho que lo han hecho.
-solo hago mi trabajo,- le aseguró, -Arawat y mi padre son viejos amigos, es a ellos a quien deberías agradecerle.
-quizás,- asintió con una sonrisa, -pero eres tu quien está aquí ahora.
Thanakrit sintió cierta calidez por aquellas palabras. No estaba seguro de lo que significaba, pero esta dispuesto a averiguarlo.
Las siguientes tres semanas, el moreno se pasaba por el rancho en cada oportunidad que tenía, buscando cualquier excusa para acercarse al pequeño.
Lejos de alejarse, Fluke parecía apreciar la presencia del abogado, irritado de sobremanera a Boss. Jamás le había caído bien Thanakrit, y eso no cambiaría pronto.
De todos aquellos encuentros, quizás el peor fue el día que ambos se encontraron en los establos.
Fluke alimentaba a Lucifer, y Thanakrit se coló en el lugar, con la excusa de querer montar.
-has vivido todo este tiempo aquí, y jamás has montado,- comentó el abogado, apoyado contra el corral de uno de los caballos, -eso es difícil de creer.
-lo sé,- sonrió el pequeño, -primero fue por un tema médico, y luego empecé a trabajar demasiado supongo.
Boss alimentaba a los caballos mientras les escuchaba. Lo detestaba. Detestaba la forma en la que intentaba engatusarle.
-¿te gustaría hacerlo?- Fluke le miró confundido, -¿te gustaría cabalgar… conmigo?
Fluke le miró con desconcierto, y luego a Boss, quien había detenido sus labores. Si lo hiciera, si se atreviera a hacerlo, el lo sabría.
Fluke miró a Thanakrit, quien le sonrió antes de ofrecerle su mano. Lo dudó durante un segundo, mientras que los ojos de Ohm vinieron a su mente.
¿Cómo le miraría si lo supiera?¿volvería si acaso Boss se lo contara? Se sintió tentado a hacerlo. Quería saber si pasaría.
Estiró la mano hasta casi rozar sus dedos, pero se detuvo. Lo recordó, la forma posesiva en la que le miraba… lo deseó, era el a quien quería.
-no…- murmuró en respuesta, dando un paso hacia atrás, -no creo que sea buena idea.
-no iremos muy lejos,- insistió, acercándose un poco más, -no tengas miedo.
Jugueteó con la idea una vez más. Podía verle con claridad, escuchar su voz… pero el no estaba, había decidido no estar.
-iremos,- respondió resignado, tomando la mano que le ofrecía, -no tengo miedo.
Thanakrit sonrió y lo llevó al corral del caballo que habían preparado para el. Boss le siguió con la mirada y fingió trabajar, vigilando cada uno de sus pasos.
Le ayudó a subir a la silla y tomó las riendas para sacarlo.
-creí que tu también montarías,- comentó el pequeño, sosteniendo con fuerza la silla de montar.
-quizás la próxima vez,- prometió el muchacho, caminando hacia el claro más cercano, -esto está bien por el momento.
Fluke levantó la mirada hacia la montaña en la cual sabía que se encontraba la cabaña. ¿Próxima vez? ¿Se atrevería a hacer algo como eso si Ohm estuviera en el rancho?
No debía pensar en él. No debería tomar el tiempo que pasaba con Thanakrit para pensar en cómo Ohm reaccionaría ante la situación.
-es mi última noche en el pueblo,- la voz del moreno se coló entre su cavilaciones, -sería grandioso si me acompañaras a cenar algo.
Fluke desvió la mirada, procesando lo que le acababa de pedir. No era tonto, podía ver las intenciones del abogado a kilómetros, pero lo había mantenido casual hasta el momento.
Ir a cenar con el significaría que la relación entre ellos se haría más íntima, más personal… lo que siempre quiso, con la persona incorrecta.
-creo que podemos dar la vuelta aquí,- mencionó Thanakrit al no escuchar respuesta de parte de él. -sí vamos un poco más lejos entraremos al camino a la cabaña.
El corazón de Fluke se aceleró. Sabía que había un camino más corto a la cabaña en caballo, pero no pensó que estarían tan lejos del rancho como para estar tan cerca.
-te ayudaré a bajar,- mencionó Thanakrit ante el silencio, -debes estar cansado.
Fluke asintió y se apoyó en el para bajar. Thanakrit lo sostuvo de cerca, antes de acomodar su ropa y su cabello, no se había equivocado. Se sentía atraído por la dulzura del pequeño.
Caminaron un rato, viendo al caballo pastar y apreciando el silencio, hasta que llegaron a un tronco donde se sentaron.
Hacía frío, dándole un motivo al abogado para mantenerse cerca del pequeño, pero algo parecía estar molestando a Fluke y el ni lograba dar con la razón.
-¿algo te está molestando?- eligió preguntar sin rodeos, -te he visto un poco tenso desde que salimos de casa.
Fluke lo miró todavía más desalentado. Por supuesto que eso es algo que Thanakrit notaría. Eran tan diferentes, y en lugar de ser algo que debía apreciar… lo extrañaba.
-¿es por él, cierto?- continuó el abogado, sin esperar más. Fluke sintió como sus mejillas ardían a causa de la vergüenza, -esta bien, no tienes que sentirte mal.
-¿Estás molesto?- intentó Fluke, a lo que el moreno negó con la cabeza, -se que debía decírtelo.
El pequeño sintió el escozor en sus ojos, antes de que la primera lágrima brotara, la cual Thanakrit atrapó entre sus dedos.
-no me gustaría verte llorar en mi último día,- musitó, -tienes una sonrisa que me gusta mucho.
-lo siento mucho.
-No te disculpes, yo sabía muy bien en que me estaba metiendo,- le dejó saber, -y si algún día te cansas de ese tonto, quien sabe.
Fluke dibujó una media sonrisa, y se apoyó en su hombro. Thanakrit era todo lo que deseaba, pero no era Ohm. No era su Ohm.
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Cumplir una Promesa
FanfictionOhm solo tenía una meta en la vida. Vivir con tranquilidad, y durante mucho tiempo pudo mantener su cometido, hasta que la tragedia tocó a su puerta acompañado de un muchacho flacucho de veinte años. Ahora, con una nueva responsabilidad a cuestas...