Ohm se levantó solo en el piso, envuelto en el edredón al que se habían movido luego de dejar el colchón hecho un desastre.
Estaba exhausto, Fluke era insaciable, y el no hacía más que complacerle cada vez. Luego de meses de no estar juntos, no creía que pudieran volver a separarse.
Lanzó un vistazo a donde debería estar su ropa y sólo encontró sus pantalones y calzoncillos. Pequeño ladrón.
El frío de la mañana le calaba los huesos, por lo que se vistió y se envolvió en el edredón antes de salir en busca del pequeño.
No le tomó demasiado tiempo encontrarle. Sentado en el muelle contemplando el amanecer.
Caminó descalzo para encontrarle y se sentó detrás de él, colocándole entre sus piernas, antes de envolverlo en el edredón.
Fluke de ajustó rápidamente contra su pecho, como si fuese consciente de la temperatura por primera vez.
-estás helado,- murmuró para él, depositando un suave beso en su cuello. -¿hace cuánto saliste de la cama?
-con los primeros rayos de sol,- contestó el pequeño, sin apartar la vista del cielo, -el amanecer aquí es maravilloso.
-hacías lo mismo en la cabaña,- recordó Ohm, asegurándose que estaba entrando en calor, -de saber que te gustaba tanto te hubiese traído aquí hace mucho.
Fluke se tensó, antes de soltar un suspiro profundo. Ohm dudó, inseguro de que hacer, quizás se arrepentía de lo que paso entre ellos.
-Lo lamento,- musitó Fluke, acariciando los antebrazos del pelinegro, -no debí presionarte de esa manera.
Ohm parpadeó confundido, antes de sonrojarse furtivamente.
-bueno,- sonrió, -no me importara que me presiones un poco mas en el futuro si terminaremos como ayer.
Fluke se volteó para mirarle sobre su hombro antes de golpear su muslo y estallar en risas.
-debí saber que tu mente perversa iría hasta allá,- chilló, tratando de calmarse. -no hablaba del sexo.
Ohm escondió su rostro en el cuello del pequeño antes de estallar en risas también. Sentía su rostro arder, mientras las manos de Fluke le masajeaban.
-hablo de lo que dijiste,- le explicó, recuperando su compostura, -no debí presionarte para decirme que me amas.
Ohm lo meditó durante un minuto, inseguro de que decir. Le resultaba difícil decir aquellas palabras, pero no significaba que no lo sintiera.
-cuando vivía con Jassada,- continuó ante el silencio del pelinegro, -me sentía presionado de muchas maneras, hacer cosas que no quería, decir cosas que no sentía, con tal de que no me lastimara.
Ohm no pudo evitar el nudo en el estómago que le provocaban esas palabras. Debió acabar con el maldito cuando tuvo la oportunidad.
Había ignorado durante mucho tiempo las marcas y quemaduras en la espalda del muchacho, sabía que la afición del pequeño de usas sus camisas se debía a lo incómodo que le hacía sentir mostrarlas, pero no se atrevía a decir nada.
-se lo que se siente que te pongan contra la espada y la pared, sin dejarte opciones,- continuó el pequeño ante su silencio, -no quiero hacerte sentir de esa forma jamás.
No tenía que mirarle para saber que había empezado a llorar. Ohm lo abrazó contra su pecho con fuerza, rozando su nariz con la piel de su cuello, mientras Fluke se abrazaba a sus brazos.
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Cumplir una Promesa
FanfictionOhm solo tenía una meta en la vida. Vivir con tranquilidad, y durante mucho tiempo pudo mantener su cometido, hasta que la tragedia tocó a su puerta acompañado de un muchacho flacucho de veinte años. Ahora, con una nueva responsabilidad a cuestas...