CAPÍTULO 9 - ESA NOCHE (I)

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Me tiró en su cama, agarró mis manos y las subió por encima de mi cabeza. Tomó sus esposas, las pasó por el cabecero de la cama y me las puso para que no pudiese moverme.

—Ahora voy a jugar contigo, muñeca —dijo sonriendo, provocándome escalofríos por lo que iba a pasar.

Se desnudó por completo ante mi atenta mirada. Observaba cuidadosamente todo su cuerpo para no perderme detalle. La excitación hacía que su miembro estuviese hinchado y lubricado y que sus músculos se contrajesen.

Se acercó de nuevo a mí y comenzó a besarme de manera brusca, mordiendo mis labios y bajando por mi cuello, dejando besos húmedos y mordiscos fuertes.

Comenzó a bajar, recorriendo todo mi cuerpo y dejando besos a su paso, agarrando mi nalga con una mano y mi pecho con otra, haciendo que yo me humedeciese más de lo que ya estaba.

Soltó mi pecho y sostuvo su virilidad con la mano, pasándola de arriba hacia abajo entre mis labios inferiores, provocándome jadeos y gemidos suaves, a la vez que empezaba a mover mis caderas de arriba hacia abajo. Alineó su miembro con mi entrada y comenzó a jugar con sus dedos en mi clítoris, haciendo que necesitase sentirlo dentro de mí.

—Por favor, Wriothesley —dije con un hilo de voz.

—¿Por favor qué? —dijo sonriendo ampliamente. —No tengas prisa, tenemos toda la noche, T/N.

Siguió jugando un poco más y quitó su miembro de ahí. Me quitó las esposas y me llevó al filo de la cama. Se agachó y subió mis piernas a sus hombros, dejando su cara de nuevo a la altura de mi feminidad. Comenzó otra vez a lamerla y besarla, haciendo que mi excitación subiese a un nivel que no creía que fuese real. Comenzó también a masajear dentro de mí con sus dedos, haciéndome llegar al borde del orgasmo... Pero de repente, antes de llegar a mi clímax se detuvo.

—Hmmm... ¿por qué paras? —gemí. —Estaba a punto...

—Por eso paré, nena —sonrió entre mis piernas. —Yo también quiero mi orgasmo... —hizo un falso puchero mientras se ponía de pie.

En un momento, agarró mis caderas y me dio la vuelta, dejándome con las caderas arriba y mi torso pegado a la cama, encontrándome expuesta ante él. De reojo vi cómo se lamió los labios y su pene se ponía aún más recto, si eso era posible.

—Espero que estés preparada... Avísame si te duele y seré más cuidadoso —dijo, y sin esperar respuesta, alineó su miembro con mi entrada y me penetró de repente.

Gemí al sentirlo dentro; se sentía caliente y grande dentro de mí. No pude evitar cerrar los ojos ante semejante placer y mordí las sábanas. Comenzó un vaivén profundo y rápido, haciendo que ambos jadeásemos y gruñésemos ante aquel deleite. Me agarró el pelo con una mano mientras me embestía fuertemente y me azotó. Paró, y, sin salir de mí, me dio la vuelta y me dejó encima de él, haciendo que notase todavía más su pene dentro de mí por la postura.

Comencé a moverme de arriba hacia abajo y con movimientos circulares encima de él, provocando más placer en ambos. Él volvió a tomarme por el pelo con una mano y a agarrarme el culo y azotarme de nuevo con la otra, sacando más gemidos de mí.

Poco a poco fui subiendo el ritmo de mis sentones, haciendo que él cerrase los ojos y gimiese suavemente debido al placer que sentía.

—Joder... como sigas así voy a terminar... —gimió de nuevo, y noté cómo se hinchaba más dentro de mí.
—Igual eso es lo que quiero... —sonreí pícara, ya que yo estaba también a punto de llegar.

Colocó la mano que tenía en mi pelo en mi pecho, haciendo que tuviese mi torso recto encima de él, y la otra mano la llevó hasta mi clítoris, comenzando a masajearlo. Gracias a esto, mis movimientos eran más erráticos y mis piernas comenzaron a tener espasmos involuntarios. Mis gemidos eran cada vez más fuertes, dejando saber que mi orgasmo estaba próximo. A ese placer se sumaba el sentirlo a él dentro, llegando a mi punto dulce desde dentro. En poco tiempo, noté un cosquilleo en mi vientre bajo, y, gimiendo fuerte, comencé a notar cómo llegaba mi orgasmo, haciendo que toda mi feminidad palpitase y chorrease encima de él, que gimió también vaciándose dentro de mí. Me eché encima de él, con la respiración agitada para recuperarme un poco.

—Joder... No me había sentido tan bien nunca —dijo acariciándome el pelo suavemente. —Me encantaría repetir esto cada noche...

—Yo tampoco me había sentido así de bien nunca, Wriothesley... Me encantaría quedarme para siempre aquí —dije, levantando la cabeza para mirarlo a la cara y darle un beso rápido en los labios.

—¿Quieres que nos demos una ducha antes de irnos a dormir? —me preguntó.

—Sí, me parece genial —dije levantándome y tomando su mano.

Continuará...














Otro capítulo cortito, pero espero que os guste. En pocos días subiré otro ❤️

El Duque  -  Wriothesley x lectora  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora