❐ sept

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-¿Estás bien? ¿Te lastimó?

La voz de Xiaojun cortó el ambiente en la cocina como un cuchillo.

Entrando resuelto, con su pelo casi negro recogido con un palillo, y su suéter beige que le llegaba hasta sus muslos ajustados con un pantalón también beige.

-Déjame verte. -Yuta llegó por detrás de su pareja que era más joven que él, llevando puesta una impecable camisa a rayas con las mangas enrolladas, y su cabello y barba blanca bien recortados.

-He aquí, mis fuertes, guapos y heroicos betas al rescate -dijo Doyoung, riendo y regresando a su tarea de untar mantequilla sobre las dos piezas de pan perfectamente tostado, que había preparado para sí mismo-. No me digan que tengo que darles de cenar como pago por este servicio. Se me acabó el pan.

-Yo diría que no -dijo Yuta, cruzándose de brazos-. Xiaojun cocinará. Todavía no me he repuesto del llamado sándwich que me preparaste la última vez.

-El queso estaba ligeramente enmohecido -murmuró Doyoung, sentándose en la mesa atiborrada con su correo, para comerse sus panes-. Podrías haberle raspado lo verde y habría estado bien.

-Él dice que habría estado bien -se burló Xiaojun, empujándolo para ir a su refrigerador-. Tú revísalo, Yuta, mientras yo checó qué hay para preparar una verdadera cena.

-Estoy bien. Lo prometo.

Sin embargo, Yuta lo hizo pararse y lo inspeccionó como si fuera un mueble que estaba considerando comprar, buscando mellas o raspaduras en el acabado.

-Está completo -le dijo Yuta a Xiaojun-. ¿Qué tal la cena?

-Hay pescado congelado que puedo descongelar, y unos camotes que no están tan feos. Harían una extraña combinación pero es mejor que los pepinillos y la sopa de pollo que comimos aquí el mes pasado.

Yuta suspiró, volviendo a palpar a Doyoung y luego se sentó a su lado.

-Habríamos pasado por víveres de camino aquí, si no hubiéramos estado tan preocupados por ti.

-Te dije por teléfono que estaba bien -dijo Doyoung con calma, ofreciéndole la mitad de su pan tostado a Yuta, la cual aceptó y después examinó en busca de hongos antes de darle una mordida.

-¿Qué es lo que pensará tu alfa de la terrible limpieza de tu casa?-preguntó Yuta, mirando a su alrededor a las encimeras cubiertas de migajas y las bolsas de basura en la puerta, que llevaban al menos una semana allí ya que Doyoung había olvidado sacarlas a la acera.

-De acuerdo con Rory, aparentemente está nadando en dinero. Si se ofende, puede darse el lujo de contratar a alguien para hacerla.

Doyoung no quiso sonar tan indiferente sobre la posibilidad de que su alfa encontrara algo desagradable en él. Se había esforzado por no dejar que Youngho lo notara cuando había estado de pie afuera de su ventana, iluminado por la luz del sol como un glorioso ángel de la antigüedad, pero no sentía la necesidad primaria de complacer a su alfa. Sólo se manifestaba de manera diferente, en una necesidad por proporcionarle placer.

Y por desgracia, una casa limpia era placentero para muchos hombres.

-Siempre estás demasiado perdido en tus pensamientos como para preocuparte por cosas como sacar la basura -dijo Xiaojun, dejando el pescado bajo el chorro del agua fría-. Aunque apreciará tu poesía. No hay duda de eso.

-Dios Lobo, espero que no.

Yuta miró por encima de la cabeza de Doyoung, hacia Xiaojun. Doyoung no volteó para saber que también Xiaojun estaba dándole una mirada de desaprobación.

zèle - johndo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora