❐ treize

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-¿Cómo se conocieron? -preguntó Youngho en lo que le pareció horas más tarde, después de que Xiaojun anunciara que la cena se serviría en cinco minutos.

-¿Quién? ¿Todos nosotros? -preguntó Xiaojun por encima de su hombro.

-Sí, todos ustedes.

-Bueno, Yuta y yo nos conocimos primero -dijo Doyoung, sonriendo suavemente y quitando el hielo de su pie. Bajó la pierna al suelo y sin levantarse, lanzó la bolsa de hielo hacia la encimera, casi golpeando a Xiaojun con esta.

Un peludo animal plateado escurridizo llamó la atención de Youngho, y él volvió la cabeza para ver a Ruby entrar con un brillo oscuro en sus ojos verdes. Se mantuvo cerca de la pared por un rato, y luego fue hacia Xiaojun con un maullido lastimero.

-Convenenciera -murmuró Doyoung y entornó los ojos. Xiaojun le dio a la gata un pedazo de carne que rebanó del pato que había preparado hacía unas horas-. Sí, Yuta y yo nos conocimos en el campus -continuó-. Él estaba ayudándole a un profesor de maestría en derecho, quien era un omega que inesperadamente había entrado en celo y necesitaba tomar una licencia repentina. La única persona dispuesta a intervenir fue Yuta. Nos encontramos cuando en la cafetería, quisimos agarrar la última bola de masa hervida de manzana. Él la quería y yo también, así que la compartimos.

-Eso es casi un encuentro digno de una de esas dulces novelas románticas que Xiaojun siempre está leyendo -murmuró Jeno.

-El romance es el lenguaje de la felicidad -dijo Xiaojun, abriendo el horno para checar a la gigantesca ave allí dentro. Ruby había subido por su cuerpo y ahora estaba posada sobre su hombro, con sus uñas clavándose en este, mirando en el horno junto con él, quien no pronunció ni una palabra de incomodidad-. Deberías experimentarlo alguna vez.

Jeno resopló.

-Aunque Jeno está en lo correcto -dijo Doyoung-. ¿Por qué no te enamoraste locamente de mí en ese instante, Yuta? Ahora me siento ofendido.

-Ya estaba con Xiaojun-dijo Yuta-. Si no, no hay duda de que habría caído a tus pies de omega y sido completamente inútil cuando tu celo llegara. Una pareja ideal.

Doyoung rió y le dio un guiño a Youngho. -Luego me invitó a cenar al siempre pésimo pero delicioso, Cinco manzanas.

-Chicos semidesnudos bailando y enchiladas, son siempre una agradable combinación -dijo Yuta, con una blanca sonrisa brillante en sus labios.

-Xiaojun nos alcanzó allí, y se comportó encantadoramente, como siempre. Hemos sido amigos desde entonces.

-Después llegó Jeno -agregó Xiaojun, usando unos guantes masivos para sacar el pato asado del horno-. Creo que también conoció a Doyoung en el campus.

-El campus parece ser el nexo de todas mis relaciones más importantes -dijo Doyoung, dándole una provocativa mirada a Youngho.

Un silencio incómodo descendió por un terrible segundo, mas luego Xiaojun se apresuró a servir los platos con comida que olía delicioso.

-Xiaojun, esto se ve increíble -dijo Youngho-. ¿Eres chef?

-Xiaojun es filósofo, artista, y chef -dijo Doyoung, sonriéndole a Youngho mientras Jeno cortaba el pato asado y Yuta pasaba el plato del fragante relleno.

-Sí, Xiaojun es muy talentoso -dijo Yuta con gusto-. Youngho, espero que no estés en contra de pedir comida a domicilio. Tu omega aquí presente, es un terrible cocinero.

-Ay, no empieces -dijo Doyoung.


-Es peor en la cocina de lo que es limpiando la casa -dijo Jeno, cortando el ave con ayuda del trinchete.

Su padre y él mismo hacían cortes más lindos, pero Youngho no iba a decirle nada negativo a Jeno. Probablemente ya todos pensaban que estaba resentido con él por haber sido el alfa que atendía los celos de Doyoung. Y lo estaba, pero no iba a permitir que eso rigiera el resto de su vida con Doyoung. Claramente Jeno no iba a marcharse, por lo que bien podría hacer las paces con él.

-Me gusta cocinar. -Youngho tomó de Xiaojun el tazón con el relleno y añadió una porción de este a su plato. El aroma de romero y salvia flotó, haciéndolo salivar-. Aunque no puedo decir que soy tan hábil como Xiaojun, creo que seré capaz de mantenernos alimentados.

Las cejas de Doyoung se alzaron con interés.

-¿Eh?

-Como le dije a Doyoung el otro día, mi padre no tiene sirvientes de tiempo completo en la casa. Papá dice que es demasiada gente en su espacio. A ellos les gusta su privacidad. Mi padre sólo los contrata para fiestas y cenas especiales. De lo contrario, nos ocupamos de nosotros mismos.

-¿Entonces tu papá es un buen cocinero? -preguntó Yuta.

-No, mi padre es el que hace la mayoría de nuestras comidas. Mi papá está enfermo constantemente y... -Se preguntó por primera vez si la debilidad de su papá sería una mala imagen para él-. Mi papá no cocina.

-¿Por eso en su lugar tu padre aprendió a hacerlo? -preguntó Jeno.

Youngho frunció el ceño. Odiaba la implicación de que el encargarse del hogar, era el trabajo de los omegas. Ciertamente, los alfas eran por lo general el principal sostén y los omegas quienes atendían la casa, pero los que no, a menudo trabajaban fuera del hogar en algo que fuera seguro. Además, incluso los omegas adinerados hacían más que simplemente ser amos de casa. Eran personas. Tenían sus propios intereses.

Como Doyoung, por ejemplo. Dejando de lado a sus poemas, estaba claro que no era el estereotipo de omega que los alfas esperaban, y Youngho sabía de buena fuente, sus propios padres, que los omegas venían en todas las índoles de humanos, al igual que los alfas. Su papá siempre había argumentado que era terrible el despojar a los omegas de todo, menos de los deberes domésticos. Su padre nunca se lo había exigido a su pareja, y Youngho tampoco se lo exigiría a su omega. Si Doyoung quería volver a la enseñanza después de que se hubieran emparejado, entonces se aseguraría de que esa fuera una opción para él. Se aseguraría de que consiguiera lo que quisiera.

-No exactamente. Mi padre ama cocinar y a papá le encanta comer lo que él hace. Tiene sentido que se apeguen a lo que más les gusta.

Doyoung le sonrió y el corazón de Youngho se le estrujó con fuerza. Quería volver a ver esa sonrisa de satisfacción tan pronto como fuera posible.

-¿Entonces tu padre te enseña? -Xiaojun les pasó una cesta con pan, mientras Jeno terminaba de apilar una enorme porción de rodajas medio rotas de pato.

-Sí. Siempre que papá está enfermo... -se calló Youngho de nuevo, pero Doyoung lo vio a los ojos y le sonrió cálidamente, animándolo a continuar-. Cuando papá está enfermo, lo cual por desgracia es cada vez más frecuente, mi padre me llama para que le ayude, y he aprendido un montón. Cuando él se va por negocios, cocino para mi papá y yo. -Se encogió de hombros-. Preparo una gran cantidad porque es más fácil guardar las sobras.

-Mi papá solía hacer un guiso de cangrejo divino -dijo Doyoung-. Era mi favorito. -Su plato estaba lleno con la salsa de arándano que preparó Xiaojun, el relleno, una gran porción de pato que Jeno había colocado allí directamente, ejotes y varios rollos.

Youngho aceptó el plato con las rebanadas de pato, puso varias piezas gruesas en el suyo, y se lo entregó a Yuta.

-Si me das la receta, Doyoung, te lo prepararé -dijo, comprimiéndosele el estómago. Esperaba que aceptara su oferta como un gesto de cortejo y como una promesa de lo que podía suceder si firmaban un contrato entre ellos.

-¿Lo prepararías? -La sonrisa de Doyoung aplastó toda la belleza del mundo en una dolorosa bola gloriosa dentro del pecho de Youngho, que iba a romperse de alegría si no tenía cuidado.

-Por supuesto.

-Te lo habría preparado si lo hubiera sabido antes -dijo Xiaojun, con una nota de contrariedad en su voz, y sus oscuras cejas decaídas.

Doyoung ignoró la sugerencia sin apartar los ojos de Doyoung, haciendo que la hermosa bola en su pecho, brillara y creciera. -Eres un cocinero maravilloso, Xiaojun. Demasiado bueno para guisos.

-¿Estás diciendo que las habilidades y gustos de tu alfa, son de plebeyo? -preguntó Jeno con un tono alegre.

-Eso parece -dijo Doyoung, sonriendo y haciéndole guiños a Youngho.

Youngho le devolvió la sonrisa, y mientras sus mejillas y cuello se sonrojaban, la bola en su pecho explotó en brillo, aullando de alegría. Apartó los ojos de Doyoung antes de hacer algo estúpido como empujar la silla hacia atrás, ir a zancadas hacia él y besar su boca sonriente.

Distrayéndose a sí mismo, tomó un bocado del pato y el relleno. Los sabores se fundieron a la perfección. -Esto es delicioso -le dijo a Xiaojun-. ¿Me enseñarías a prepararlo?

-Por supuesto. Estaría feliz de hacerlo -dijo Xiaojun con gusto.

Yuta tomó un sorbo de vino y dijo: -Por qué no vienes a nuestra casa una noche de la próxima semana, y así Xiaojun puede mostrarte algunas cosas. Doyoung también podría venir. Y Jeno -dijo, extendiendo por último la invitación a Jeno, como si no quisiera ofenderlo por no incluirlo.

Jeno negó con la cabeza. -¿Por qué Youngho querría pasar tiempo con nosotros, cuando podría estar con alfas de su misma edad? Obviamente con Doyoung es otro asunto. Pero es como lo que comentábamos la otra noche: no somos de su interés. No es como si fuéramos sus amigos.

Yuta frunció el ceño mientras lo veía, y Doyoung se inclinó hacia delante con la ira brillando en sus ojos, pero Youngho se metió: -Está bien. Estoy seguro de que puedo aprender siguiendo las recetas si a Xiaojun no le importa compartirlas.

Hubo una conversación silenciosa entre Xiaojun y Yuta, que Youngho se negó a reconocer volviendo a su plato. La comida ya no sabía tan

zèle - johndo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora