⚘ Épilogue

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-¿Estás seguro de que fue prudente pedirle a Jeno que viniera?

Xiaojun picó a Doyoung en las costillas, señalando con la cabeza hacia donde Youngho y Jeno estaban con el agua hasta las rodillas en las olas rompiéndose, platicando sin parar sobre ciencia. Jeno había acordado tenerlo como asistente de investigación durante su segundo año en la universidad, y ahora estaban muy amistosos.

Doyoung se recargó en su silla de playa, estirando sus piernas pálidas y disfrutando del comienzo del calor veraniego. Habían ido a la casa de playa de los padres de Youngho, y planeaban quedarse allí por dos semanas. -Si no paran de discutir sobre cómo los orgasmos anales y la lordosis de los omegas están ligados a nuestro ADN de Lobo, y teorizar sobre eso, entonces puede que sí me arrepienta.

Xiaojun se rió mientras aplicaba aloe sobre los hombros de Yuta.

-Ambos tienen mucho en común -murmuró Yuta, irritable después de haberse quedado dormido bajo el sol durante la primera tarde de sus vacaciones, y ahora sufrir de quemaduras por ello-. Debes odiar cuando se ponen a discutir así.

Doyoung se encogió de hombros. En el fondo, estaba feliz de ver a su ex amante llevarse tan bien con su alfa. Yuta tenía razón de que tenían más en común de lo que pensaban. Aunque si le decía eso a Jeno, lo único que conseguiría sería un comentario vulgar de que ambos estuvieron dentro de su trasero.

Pero era mucho más profundo que eso.

Ambos hombres compartían una devoción hacia sus amigos y familia, lo que demostraba su fuerza de carácter y amorosos corazones. La mayoría de los días, no podían creer lo afortunado que había sido por encontrar a Jeno cuando lo necesitaba, y después haber sido encontrado por Youngho cuando no sabía que lo necesitaba.

No podría estar más feliz.

Miró hacia Donghyuck, el mejor amigo de Youngho, quien hacía un hoyo en la arena y fruncía el ceño hacia los veleros a la distancia. En cuanto a felicidad se trataba, Donghyuck era otra cosa. Se compadecía mucho de él y deseaba conocerlo mejor. A pesar de que Youngho insistía que Donghyuck era un bromista, hasta el momento había estado muy callado, pero cuando hablaba, era lo suficientemente entretenido. Aunque sus ojos se detenían demasiado tiempo en Jeno, y a Doyoung le preocupaba lo que pudiera suceder si Jeno se percataba. Pero hasta ahora, todos se llevaban de maravilla y no había habido ninguna pelea.

Bueno, aparte de Ruby, quien había peleado como un demonio para evitar ser agarrada y llevada a una pensión donde permanecería hasta que volvieran. Doyoung aún tenía un rasguño en su antebrazo y una mordida en la mano como resultado de eso, aunque Jeno le había puesto una inyección por ello y Youngho le aplicaba todas las noches la medicina que le recetó.

-¿Estás emocionado por volver a tus clases el próximo otoño? - preguntó Xiaojun.

-¿O te has vuelto flojo y demasiado mimado por las atenciones de Youngho? -dijo Yuta.

Doyoung se rió, hundiendo sus dedos en la arena. -Admito que terminé disfrutando de mi tiempo sabático más de lo que esperaba, pero sí, estoy ansiando dar clases. Mas no el que mis estudiantes me den problemas porque su compañero de clases es mi alfa.

Donghyuck resopló, obviamente escuchando, pero no aportando mucho a la conversación: -Sí, buena suerte con eso -murmuró.

-He querido preguntarte -dijo Yuta, apuntando a un lugar en su costado al que Xiaojun olvidó ponerle aloe-. ¿Cómo está Minseok?

-Muy bien. Y lo creas o no, todavía entra celo. No es lo mismo desde la operación, pero las hormonas que lo desencadenan, siguen funcionando. Ahora pueden relajarse durante ellos, sin preocuparse ya que no tiene útero para embarazarse.

-Es fantástico.

-Youngho dice que sus padres son más felices de lo que lo han sido en años, y le creo. Actúan como si estuvieran de luna de miel. -Doyoung deslizó su mano hacia abajo para rascar el vello debajo de su ombligo. Una parte de él aún anhelaba tener un hijo de Youngho, pero ya no le preocupaba que fuera a reprocharle el no ser capaz dárselo. La fascinante forma en que Youngho cuidaba de él en todos los sentidos, física, emocional y financieramente, anulaba por completo su miedo. Lo aniquilaba.

-¡Donghyuck! -llamó Youngho-. ¡Ven aquí! -Le hizo señas a su amigo para que fuera con él. Los rayos del sol se vertían en el pelo de Youngho, haciéndolo parecer como un ángel enviado por Dios Lobo.

Donghyuck se puso de pie y se dirigió al mar, salpicando a Jeno y Youngho. Doyoung sonrió mientras la risa de Youngho llegaba hasta él, directo a su corazón.

Se tragó su gratitud como una bola de alegría y luego se desparramó aún más en su silla de playa, dejando que el sol calentara su pecho y brazos descubiertos. Cerró los ojos, sintiéndose seguro alrededor de sus seres queridos. El sonido de las olas y la brisa fresca se apoderó de él con dulzura, adormeciéndolo en la felicidad, pero sobresaltándose cuando Youngho se derrumbó encima de él, húmedo y frío por el agua del océano.

-Despierta, cariño. Ven a nadar conmigo. El agua está riquísima. -Besó su boca-. Como tú.

Doyoung se rió, aferrándose a su felicidad, sin dejarla ir, y salpicando tras su futuro en el mar azul cerúleo.

FIN

zèle - johndo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora