-Déjame acompañarte a la puerta -dijo Jeno cuando el auto alquilado se detuvo frente a la casa de Doyoung.
Ya habían ido a dejar a Yuta y Xiaojun al departamento que compartían en una casa reformada cerca del río. La casa de Doyoung era la siguiente parada.
-Si te dejo hacer eso, querrás quedarte a tomar una copa, y si te quedas para eso... -Doyoung sonrió con timidez.
Los ojos de Jeno se iluminaron con interés.
-¿Por qué no debería quedarme a tomar una copa?
-Harás que el chofer de este auto espere aquí durante mucho tiempo. No queremos hacerlo enojar. Estoy seguro de que esta noche le gustaría llegar temprano a casa.
Jeno se acercó más. El olor de su costosa loción para después del afeitado, llenó el espacio entre ellos. -Puedo llamar a otro.
Doyoung suspiró, apretándose más la bufanda alrededor de su cuello.
-Sabes que no puedes entrar, Jeno. No así. Ya no.
-No tuvimos una despedida apropiada. -Las palabras fueron bruscas y con tristeza, causando que Doyoung se tragara las propias.
-Así es como es la vida, ¿no? -No había podido despedirse de sus padres antes de que murieran. Frecuentemente los finales eran súbitos.
Despedirse era un regalo que no todos recibían-. No puedo ir en contra de mis instintos sobre este asunto. Si Youngho elige a otro, bueno... se tendrán que hacer arreglos para mis celos. ¿Quién sabe lo que depare el destino?
-Eres un tonto. Ese niño y su papá te tienen en la mira. ¿Pero el alfa? Ese es otra historia. Aunque todos sabemos quién realmente lleva la batuta.
-No discutamos. Estoy cansado.
Jeno presionó su pulgar en el hoyuelo de la barbilla de Doyoung.
-Un trago como amigos.
-No esta noche. Conozco esa mirada en tus ojos. La he visto durante años y siempre te di lo que querías, sí, lo que yo también quería, pero mañana no podría mirarme en el espejo si lo permitiera ahora.
-Eres muy seguro de ti mismo, ¿verdad? Tal vez sólo quiero una copa.
-Te quiero con locura, Jeno, pero mientes terriblemente. Otra noche compartiremos un trago, cuando no nos estemos sintiendo tan raro.
-Extrañaré lo que teníamos.
Doyoung sonrió y le tocó la mejilla, picándose los dedos con su barba.
-Yo también.
-¿Con quién vas a hablar acerca de esta noche?
Doyoung se encogió de hombros.
-Tengo teléfono. Tal vez llame a alguien. Tengo amigos.
-Xiaojun, Yuta y yo.
Doyoung jadeó simulando sentirse ofendido. -Tengo otros amigos. ¿Y quién dice que necesito hablar de esta noche? Fue lo que fue, él es quien es, y no hay más.
-Es un cachorro.
-Ya lo habías dicho y no cambia nada.-Doyoung abrió la puerta del auto y salió. Se inclinó y le sonrió a Jeno por última vez-. Que te vaya bien.
Caminando hacia la puerta, estudió su casa de manera objetiva. ¿Qué pensaría Youngho de ella? ¿Cuánto tiempo se le permitiría conservarla una vez que se emparejaran? Si es que lo hacían. El patio de enfrente estaba lo suficientemente arreglado, contrató a alguien para eso, pero la parte de atrás y los laterales, parecían un desastre intratable. Probablemente Youngho querría venderla. No podía culparlo.