22. ¿Si te beso me vas a golpear?

2.3K 234 2
                                    

NOEY.

—¿Es tu casa? —pregunté, con la vista pegada a una casa normal, era bonita por fuera y tenía un muy lindo jardín.

—Sí, esta es mi casa.

—Que linda es, bueno, ya tuve el placer de conocerla, siempre me decías que te dejara a calles de aquí. No entiendo porqué...

—Lo entenderás ahora. Y también entenderás porque creo que no deberías mezclarte conmigo. Y yo entendería que salgas corriendo —dijo con algo de aflicción en su tono de voz.

Reí algo ansiosa, —No sé que sea, pero deseo conocerlo —hice un ademán con mis manos.

Tomó aire, y asintió. Caminó por delante de mí, y me guió hasta la puerta. Estaba nerviosa, en serio, jugaba con sus manos y tomaba respiraciones muy largas, parecía querer hasta detenerme y no enseñarme nada; cuando estuvimos en su puerta, se detuvo a mirarme.

—¿Es algo muy malo? porque sabría entender si no quieres mostrármelo, Ice —tomé sus manos entre las mías—. En serio, te entiendo y quiero que sepas que no estás obligada a nada conmigo, te ayude porque me nació hacerlo, no esperando algo a cambio.

—Es que no me estás obligando y no me siento obligada; esto te lo mostraré porque siento que ya es hora de que lo sepas; y es que de igual forma te vas a enterar, quiero que sea por mí.

La miré, —Entiendo. Muéstrame.

Tragó en seco. Abrió la puerta, y entró primero que yo. No mentiré, estaba algo intrigada, por eso mismo, no perdí más tiempo y entré detrás de ella. Su casa por dentro era mucho más grande que por fuera, decoraciones no ostentosas -obviamente- y colores neutros. Entrecerré los ojos cuando iba caminando y sin querer, pisé un juguete.

–¿Estás lista?

—Pues sí.

—Bien. ¡Billy! —llamó. Yo me quedé con el ceño fruncido. Eso fue hasta que escuché unos pasos bajar corriendo de las escaleras. Miré hacia esta, y mi mandíbula instantáneamente se desencajó—. ¿Cómo estás, cariño?

—Muy bien, mami. Mira —le enseñó esa pequeña mano—. Estuve pintando con Mhee, ella me enseña muchas cosas.

Rasqué mi nuca. No era más de un niño de cinco o seis años. Tenía el cabello azabache, unos ojitos muy lindos, eran como los de Ice pero con un toque de diferencia. Era pequeño. Un niño... era un niño, ella tenía un niño.

Abrí y cerré los labios, un toque de rareza se infiltró en mi cuerpo. ¿Qué hacía ahora? ¿Salir corriendo? no, Noey, ¿Cómo harías eso? no, eso es de cobardes y tú cobarde no eres.

Rasqué mis sienes. No sabía como reaccionar, jamás esperé o siquiera me imaginé esto. Ice cargando a un pequeño entre sus brazos, sonriéndole, un niño que era muy parecido a ella. Un mini Ice.

—¿Y? —esperó mi respuesta, pero es que sencillamente no habían palabras en mi boca, rasqué mi cabeza—. Sé que no es normal... no espero tu aprobación, ni mucho menos que lo aceptes, sé que no lo ves normal.

—No, no, no —agité mis manos. El pequeñó se me quedó mirando, me sentía levemente acosada por él—. No es eso, simplemente, me tomó por sopresa. Me impacté, no me lo esperaba.

—Sí, lo sé —bajó al pequeño al piso—. Soy muy joven, pero todo tiene una historia y un porqué.

—¿Y él... cuántos años tiene?

—Tiene cinco años —respondió.

¿Cinco? pero si a esa edad yo ni "papá" sabía decir y me comía los mocos.

CINCO MINUTOS ANTES DE ENAMORARNOS ♡||FREENBECKY||♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora