18. Si me cae mal que se note.

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FREEN.

—No me jodas, Sarocha. ¿En serio así viniste? —Noey se cruzó de brazos.

—Dejen de criticarme, es mi ropa, es mi estilo. Es más, te dejaré todo el día con la chica esa.

—¡No, ya me calló!

—Sí, eso creí. Oye, ¿y dónde está?

En cuanto llegué a la fiesta, pude descifrar a muchas personas de la empresa, pero otras sencillamente eran desconocidas para mí. Inflé mis mejillas y miré a los lados. El lugar era un enorme salón, gente muy bien vestidas, largos vestidos, otras no tanto, otras estaban en unos pantalones desgastados y una camiseta común y corriente.

Pero todos la estaban pasando bien. Habían diversos camareros entregando bebidas a diferentes partes del salón. Heng y su esposa todavía no llegaban. Había que esperar que la fiesta adelantara algo más, pero lo que sí sé es que sus socios sí estaban aquí y si ellos estaban aquí, la chica también.

—¿Cómo dijo que se llamaba? ¿Suluai? —miré mal a Neoy.

—Sulax, mujer, que Suluai ni que ocho cuartos —la golpee con el codo.

—Perdón, no me tienes que golpear. ¿Será guapa? ya sabes, de esas que te puedes ligar sin ningún problema —me guiñó un ojo con picardía.

—No lo sé, Noey. Y no me interesa.

—No entiendo como solo puedes tener ojo para una sola mujer, es frustrante.

—No tengo ojos para nadie, me importo yo y solamente yo. ¿Y tú no estabas intentando conquistar a Ice? que por cierto, ¿dónde está? no la he visto.

—Su madre tuvo problemas y tuvo que quedarse a cuidarla, pero me pide perdón. No importa, de todas maneras la entiendo y no la presionaré.

Fruncí el ceño, —¿Dónde está Noey? creo que la perdí.

—Estúpida —reí—. En serio quiero algo serio con ella, pero no me impide ver a otras, por Dios, en este salón hay muchas mujeres lindas.

—Tú no cambias, Natnicha Vorrakittikun.

No pasó mucho tiempo en el salón, para que toda la atención se fuera hacia la puerta, en serio creía que había llegado, pero no, se vio que llegó cuando todas las miradas fueron directo a aquella chica.

Noey miró atenta, yo miraba sin demostrar todo mi interés, porque sinceramente, yo sólo esperaba a una mujer, y quería que nadie más la viera pero que al mismo tiempo todo el mundo notara lo hermosa que era; una pieza que era admirable pero intocable.

Eso era Rebecca Armstrong. La unica chica a la cual yo miraría en toda la noche.

—Dios mío, es una joya —exclamó Noey.

Miré hacia la puerta. Era guapa, era una chica la cual tenía su cabello suelto cayéndole por los lados, era castaña, algo alta pero sus tacones la hacían lucir más alta. Un vestido el cual le llegaba por los muslos, apretado arriba y suelto abajo, en un perfecto color negro. Su piel no era bronceada, sus ojos rasgados, sus labios finos, una chica que desde lejos se siente de todo, menos simpática.

—Ni tanto —mencioné sin interés—. ¿Por qué no llega Heng?

—No lo sé, pero yo seré la primera en hablarle a esa mujer, pero tú me vas a acompañar.

—¿Qué? Noey... —me tomó de la mano antes de que pudiera reaccionar—. Noey, no, espera...

—¡Buenas noches! —saludó No con entusiasmo a la chica.

CINCO MINUTOS ANTES DE ENAMORARNOS ♡||FREENBECKY||♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora