CINCO MINUTOS ANTES DE ENAMORARNOS ♡||FREENBECKY||♡

11. Sí, se acabó.

NOEY

—¿Me llamabas? —entré a la oficina de Irin.

—Eso fue hace una hora —reclamó—. Debiste haber llegado antes.

—Lo iba a hacer, pero tenías de visita a Heidi, se la pasa aquí metida —soné ironica, y algo molesta, cosa que quería ocultar pero se me daba mal.

—Oh, vaya, así es Ice contigo, estamos empate —provocó.

—A diferencia de Heidi, Ice no se me lanza como una... —no, Noey, tú no eres así. Respira, piensa en los peces.

Son unas criaturas raras, no sabes como pueden respirar bajo el agua, no entiendes como le hacen para sobrevivir tragando agua, piensa en los peces. Ellos son peligrosos pero lindos. Sólo... piensa en peces.

—¿Qué? Termínalo, Natnicha Vorrakittikun, si tienes las bragas bien puestas termina lo que ibas a decir —me retó.

Entrecerré los ojos, —Olvídalo. Mejor dime que quieres y para que me llamabas.

Se colocó de pie, —Que no se te olvide que soy tu jefa.

Me mofé, —Cuando quieres y conviene, pero cuando se trata de follarme no eres más que una...

—Cuidado con lo que dirás —me amenazó.

—Iba a decir sumisa, pero si pensaste en otra cosa es muy tu problema.

Tomó una respiración profunda, —¿Por qué esa conducta? ¿es por que Heidi habla conmigo?

—Ya, crees que estoy celosa —le di una sonrisa ladeada—. No, Irin, no estoy celosa. Para estarlo primero debe ser más que yo, y Heidi no me gana en ningún aspecto. Ni romántico, ni sexual, ni sentimental, y mucho menos físico.

Chasqueó la lengua con algo de chulería. Si algo tenía Irin es que no importaba el gesto que hiciera, siempre, pero siempre sería una mujer realmente hermosa y con un carisma por los cielos. Aumentándole que me gustaba como era, y lo testaruda que podía llegar a ser a veces.

—Eso es lo que crees tú —comentó con guasa—. No eres la gran cosa Noey, sácate eso de la cabeza.

—Perfecto. En realidad, sí quería hablar contigo —enterré mi labio inferior entre mis dientes—. Y va muy en serio.

Se sentó otra vez, —Adelante.

—Quiero terminar con esto.

—¿Esto?

—Sí, esto —nos apunté a ambas—. Lo que "Tenemos".

—¿Y que "tenemos" exactamente?

<<Piensa en los peces Noey>>.

<<O no, mejor piensa en los pollos. Ricas patas de pollo, esas que te devuelven la vida>>.

—Nada, no tenemos nada —tomé una bocana de aire—. Pero quería decirte que no vamos a tener más sexo —su ceño se frunció, y percibí algo más que solo confusión, estaba algo recelosa—. Se acabó.

—¿Por Ice? ¿en serio terminarás con todo esto por mi secretaria? joder, Noey —resolló—. No, no se acabó.

Miré hacia los lados, y luego volví a ella.