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Dal
-Una pelea, un golpe y un cumpleaños de Harry Potter-

Regresamos de Estados Unidos y volvemos a nuestra vida normal. Liam nos recoge en el aeropuerto y me lleva a casa, me despido de Lee con un beso en la mejilla y entro a mi apartamento que se encuentra todo sucio y desordenado.

Cajas, bolsas, zapatos en el suelo. Todo el lugar es un desorden total.

-¡¿Gina?! ¿Qué es todo esto?

-¡Ah! ¡Volviste! Creí que te quedarías dos días, no uno. Regresaste muy rápido.

-Han pasado cuatro días.

-¿Qué? Ay... pues... mira, a ti te encanta recoger el desorden ¿no? Es mi regalo de bienvenida, para que te diviertas. Hay mucha diversión por todo aquí.

-Gina.

-Bien, voy. Voy a limpiar todo esto, mamá.

-Gracias... ¿quieres que ordene comida? Muero de hambre.

-Pide comida china, el combo cinco.

-¿No comemos eso siempre?

-¿Y? A mí me encanta.

-Okey, pediré comida china. Deja me doy un baño también mientras llegan. Me siento toda sudada.

Guardo mis cosas de la maleta y me encuentro una camisa de "I LOVE NEW YORK" dentro de una bolsa. Oh, Ash...

Rodeo los ojos, la guardo en un cajón, ordeno comida y me doy una ducha. Unos minutos después Gina y yo comemos en la mesa mientras le cuento mi viaje.

-¿Cómo te fue? Pasaron en las noticias lo que dijeron del video, les salió bien.

-Según Ash dice Noah que ha tenido buenas reseñas.

-Ni me hables de ese idiota ahora... agh. Se la pasa, Gina has esto, Gina has lo otro, Gina, Gina, Gina. Ah, no, en realidad me habla por mi apellido, pero es lo mismo. ¡Me tiene harta! ¿Y por qué fueron cuatro días? Yo recuerdo que estaba planeado dos solamente.

-Sí... pero... Lee compró unos días más para... ya sabes... pasar tiempo juntos—bajo mi voz mientras miro mi comida.

-¿Pasar tiempo juntos? ¿Acaso ustedes dos...? Dal, Dal... ¿Qué?

Aclaro mi garganta y luego levanto un poco mi mirada sin decir una palabra.

-¿Es en serio?

Asiento en silencio mientras Gina se lleva las manos a la boca de la sorpresa.

-Puta madre—se ríe—jamás creí que... ustedes dos. Wow, yo... wow.

-No vayas a decir nada.

-¿Acaso me crees capaz de ir corriendo en la calle gritando "¡Mi amiga perdió la virginidad después de treinta años!"?

-La verdad sí te creo capaz.

-Es cierto, si me tomo dos botellas... ¿pero dime? ¿Cómo estuvo? ¿Cómo te sentiste? Se siente bien, ¿no? Es genial. ¿Era como lo esperabas? ¿Tu novio es bueno en la cama? Siempre los vi a ustedes dos como dos pares de vírgenes... bueno, a él no tanto, pero tú...

-Ah... estuvo bien... me sentí cómoda... fue... mucho m-mejor de lo que esperaba y... am... sí—me pongo roja.

-Necesito una fotografía de este momento. Esto es... oro puro. ¡No puedo creer que mi pajarito ha perdido su florecita! ¿Por qué creces tan rápido? Me vas a hacer soltar lágrimas arriba del pollo con piña.

-Agh, Gina. Así suena asqueroso.

-Jamás creí que llegaría este momento. Estoy orgullosa de ti.

-No es para tanto.

Notas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora