17.5

1 0 0
                                    


Ash
-¿Quieres casarte conmigo?

Al regresar a mi habitación termino de abrocharme la camisa y veo la caja con el anillo que he comprado hace unas horas.

Me siento nervioso, no me siento listo. Han pasado tantas cosas que ni siquiera puedo concentrarme en esto. Siendo honesto, sigo aterrado de que Derek aparezca e intente hacer algo, pero prometo que voy a cuidar a Dal. Además... si acepta—que enserio espero que lo haga—todo cambiará y podremos vivir juntos... tener una familia... estar bien.

¿Pero qué es lo que debo decir? "¿Te casarías conmigo?" Es un clásico, pero y si lo hago un poco diferente... "¿Puedes ser mi esposa?" Agh, eso suena horrible.... "¿Puedo ser tu esposo?" Ah, eso suena mejor. Aysh, no sé. Necesito pensarlo seriamente.

Y en cuanto a Merek... si ese idiota vuelve a aparecer debo de empezar a tomar otras medidas.

-Disculpe, señor.

Liam entra de repente que hace que me asuste y suelte el anillo, tirándolo al suelo. Lo recojo de inmediato esperando a que él no lo vea, sin embargo me da una mirada de cuerpo completo.

-¿Qué... s-sucede?—me recargo en el mueble.

Él se queda callado, como si estuviera pensando en algo. A veces me da más miedo Liam que mi propia madre.

-Solo venía por la ropa sucia.

-Ah, pasa, pasa...—guardo el anillo.

Liam recoge la canasta con la ropa sucia y antes de irse se detiene volteándome a ver.

-Suerte... señor.

-¿Cómo...? Ah...—me rasco la cabeza—gracias.

-¿Puedo decirle algo?

-Mhm.

-Trabajo aquí desde que era niño, y créame que ha sido un honor poder verlo crecer. Ahora es todo un adulto y... me alegro de saber que ha crecido en buenas manos.

-Gracias...

Liam cruza por la puerta cargando la canasta hasta que lo detengo.

-Espera... puedes.. ¿puedes no decirle a mamá? Todavía no le he dicho al respecto y estoy esperando a que regrese de su viaje.

-Por supuesto. No diré ni una palabra.

-Gracias...

Liam y yo tenemos esa pequeña conexión. Claro, no hablamos mucho, pero lo admiro como persona y siempre me ha ayudado con tantas cosas que no le puedo agradecer lo suficiente.

Tengo que planear lo que le diré a mi mamá también. Creo que si hago una nota como la que le estoy haciendo a Dal, puedo memorizarla y decírselo en persona.

Notas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora