15.5

2 1 0
                                    


Ash
-Merek-

Mis ojos miran a Dal asustada y su mano tiembla, por lo que me acerco a ella poniendo mis manos en su rostro causando que se enfoque en mí.

-¿Estás bien? ¿Quieres irte?

-Estoy bien—susurra tardando unos segundos en verme a los ojos.

-¿Te llevo a casa?

-No... no, sigamos aquí un esto más. Necesito... un trago.

-¿Segura?

-Mhm.

Acomodo su cabello y me alejo volviendo a mi asiento al mismo tiempo que ella. Gina nos mira en un silencio y Noah tiene una cara de que no puede creer nada de lo que está pasando.

-Perdóname, Dal. No tenía idea de que ustedes dos...

-Descuida, no sabías—dice.

-¿Cómo pude pensar que era mi amigo? Agh... ese cabrón. Lo había visto una vez antes de conocerlo en el gym, pero pensaba que era tu amigo, así que creí que no pasaría nada, al contrario, nos divertiríamos más... aysh...

Miro por la ventana y me doy cuenta de que Merek no se ha ido, solo se recarga en una esquina. Necesito hablar con él en privado.

-Vuelvo en un momento—le susurro a Park.

-¿A dónde vas?

-Se me ha quedado algo en el asiento trasero—miento.

Ella asiente y salgo por la puerta encontrándome con Merek, y camino hasta una pared.

-¿Puedes dejar a Park en paz?

-¿Por qué lo haría?

-Porque no le interesas. Me tiene a mí ahora.

-No es mucho lo que tiene.

-Solo deja a Dal tranquila, si es que no quieres tener problemas.

-¿Qué? ¿Llamarás a la policía?—se ríe.

-¿Sabes qué? Tal vez lo haga. Tal vez que te esposen por un rato sea lo necesario para dejar de actuar como idiota.

Él hace una burla y se acerca a mí.

-No sabes de lo que yo soy capaz de hacer—susurra.

-¿Es una amenaza?

-No, para nada... pero Dal será mía pase lo que pase. No sabes nada de mí—se asoma por la ventana y vuelve—mejor regresa con tu novia mientras sigan estando juntos—me da unas palmadas en la espalda.

Sonríe por última vez y se va caminando por la calle.

Al entrar al bar nuevamente me alegro al notar que se está empezando a reír un poco otra vez, y que se siente mejor. Decido mejor sentarme ahora a su lado y al llegar pongo mi brazo a su alrededor.

-woah, ¿a dónde tan cariñoso?—pregunta mi novia.

-Nada, solo... quería abrazarte—le doy un beso en la cabeza.

-Nada de afectos en esta mesa, por favor—reclama mi hermano—¿y dónde está lo que dijiste que ibas a buscar?

-Ah... no lo encontré—miento.

-Yo supongo que como hoy es cumpleaños de... Noah Lee—dice Gina—sería bueno que mañana fuera día de descanso, ¿no le parece?

-No.

-Mm—toma otro trago—lo intenté.

-Es cierto, mañana es día de trabajo. Deberíamos ir a casa ahora, es bastante tarde.

-Noah, diviértete un poco—alzo la mano—es tu cumpleaños.

-Pero mañana no lo será, y tenemos muchas cosas pendientes por hacer.

-Agh...—rodeo los ojos.

-Deberías irte, Lee—Park me mira mientras lo dice con una dulce voz.

-¿Puedo acompañarte a tu casa al menos?

Dal asiente con una ligera sonrisa. Pago la cuenta de todos y nos despedimos para otro día.

Noah se lleva mi auto y Gina se lleva el de Dal, mientras que ella y yo decidimos ir a caminar por un rato más.

-¿Segura de que te encuentras bien?

-Debo admitir que en verdad me he asustado, pero me siento mejor ahora—me toma de la mano.

-¿Y si te quedas conmigo hasta que todo calme? Ese tal Merek sabe la dirección de tu apartamento, ¿no? Puede ser muy peligroso.

-Te diría que no me haría nada, pero después de este día siento que no lo conozco en absoluto. Pensé que sabía que tipo de persona era, siempre fue amable, nunca me hizo daño de ninguna forma, hasta hace poco... pero... no es necesario, de hecho mañana por la tarde tengo que ir a ver algunas casas.

-¿Planeas mudarte?

-Sí, y Gina se quedaría en mi apartamento. ¿Quieres acompañarme a ver las casas? Tu opinión cuenta mucho.

-No puedo... Noah me mandó mi agenda y mañana tengo una reunión con la familia de Luxor.

-Ah... ya veo. Será para otra ocasión entonces.

-No nos podremos ver mañana, me preocupa ese chico. ¿Es seguro ahí en tu trabajo?

-Estaré al pendiente de todo, descuida. Si ocurre algo, como te dije hace rato, te hablaré.

-Bien...—Dal se detiene de caminar—¿ocurre algo?

-Nada en especial—rodea sus brazos contra mí.

-Te ves linda hoy.

-Agh, no bromees. Apesto el día de hoy, mis ojos están todos rojos por llorar.

-Pero aún así te ves bonita.

-Hmm.

-En verdad—me río—siempre te ves bonita. Hasta cuando estás borracha caminando en medio de la calle a punto de que te atropellen—bromeo.

-¡Ash!—se ríe también.

-Me encanta tu risa. Debo hacerte reír más seguido.

Nos quedamos callados y me acerco para besar a Dal en los labios. Mis manos se acomodan mejor en su cintura e incluso bajo un poco más, causando que ambos nos riéramos entre besos.

-Te amo, Ash.

-Yo también te amo, Park.

Notas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora