Once Upon A Time...

Congelado...

*Cabe admitir que no me gusta 1D en lo absoluto, pero esta es la única canción que me gusta* 

Suspiro y caigo en mi silla, con mi libro a mi lado. Acaricio las páginas, beso las palabras del título mientras las susurro con un apasionante júbilo. Observo el techo por un momento, el techo se convierte en un cielo nocturno, preciosas nebulosas se asoman ante mis ojos, las estrellas chocan con mis pupilas y una lágrima cae como meteorito sobre mi mejilla. Y el cosmos crea una historia, la historia de cómo en tan solo un año mi alma se volvió una habitación oscura, oscura como los agujeros negros, que absorben toda esperanza y toda vida a su alrededor. Las figuras que las estrellas formaban eran sus rostros, los de ellos... cuando los conocí... 

Se sentó a mi lado y me pasó un pedazo de papel mal cortado: "Hola", decía inscrito. Y a partir de ahí, una amistad extraña pero asombrosa floreció de entre las espinas que los demás habían forjado. "¿Qué quieres? No te pasaré la tarea". Contesté. Y así, la conversación se fue alargando, los papeles se llenaron... usamos varias hojas durante las clases. 

Sonreí y un pedazo de hielo atrapó mis pies y los envolvió... me estaba congelando. 

Luego llegó el otro. ¿Cómo nos conocimos? Bueno, se sentó a mi lado. Ese solo movimiento lo convirtió en mi primer mejor amigo de toda la escuela. Su simpatía me pareció adorable. Las espinas se volvían rosales. 

La escarcha había alcanzado mi torso y empecé a sudar copos de nieve. El frío del cosmos acababa conmigo lentamente... y las estrellas seguían contando su relato. 

Y llegó él. Ugh, tan bellamente espantosa es la historia. Me senté junto a él y platicamos, nos conocimos. Nos unimos. Forjamos una amistad que nadie creyó que pudiese existir, rompimos tabúes que nadie aceptaba, nos volvimos grandes amigos. Pero nada más. Yo buscaba algo más, tenía esperanza de que lo lograría... 

Y no fue así. 

Mi corazón batallaba para latir, el frío combatía la sangre. Mi mente ya estaba totalmente congelada. Mis ojos eran azules de todos lados, las pestañas caían como cometas igual que mis párpados. Estaba muriendo lentamente. 

Me di cuenta de que su corazón ya estaba ocupado, y lo respeté. Incluso compartí sus alegrías, sus tristezas... fui ese consejo que nunca siguió. No tenía nada que aconsejarle. 

No tenía esperanza, me golpeó la realidad. Me di por vencida, caí en su propio juego. Y me levanté. 

Oh, pobre alma cuyo corazón se convertía en escarcha. 

Usé el estira y afloja, pero aflojé de más. Me empecé a molestar con él, le culpaba por enamorar a quienes no debía... Estaba rozando la locura. Llegué a un punto en el que lloré, caí de rodillas y lloré... ¡Era una estúpida! 

Mi corazón se detuvo. 

Y sonreí. Aún podía seguir adelante, buscar a otras personas... buscar otros caminos. Y cuando por fin obtuve respuesta... 

Morí congelada. 

me fui en busca de unos labios muertos. 

Un cosmos. 

Un "él".