Carta a lo que nunca fue

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Cada vez que miro a la luna, pienso en todas esas noches gastadas en ti, en llorarte a ti, en reírme de mí, en destruirme en todos los aspectos. No, mis brazos ya no te extrañan, ya no necesito tu sonrisa, ni tu voz... Pero cómo extraño esos tiempos tan sencillos, en que podía soportar todos los golpes por ti, en que me interponía entre ellos y tú porque no soportaba verte triste. Ya desgasté todas las palabras, ya no hay forma de traerte de vuelta, de retroceder el tiempo y cambiarlo todo, de nunca decirte lo que sentía, de elegirme a mí. Quizá ella estuviera aquí conmigo, quizá nunca lo hubiera conocido a él, quizá nunca las hubiera dejado llevarme a mi perdición, quizá nunca les hubiera permitido que nos hicieran esto. ¿Y sabes qué es lo peor? Que me hechizaste, me hiciste lo que soy hoy, me debilitaste y golpeaste ese carácter que tanto luché por formar; aventaste mi corazón por la ventana y me abrazaste. Sin embargo, cariño, hoy he vuelto a morir. Ya no me dueles, ya no me haces daño, ya no te necesito. Necesito otros brazos, otra voz, otra sonrisa, otras manos... pero que no use ésto para dañarme. Me aniquilaste, me hiciste trizas, pero me levanté otra vez, sonreí y le grité al mundo que era un maricón. Y hoy volvió a atacar, volvió a destruirme y hacerme su títere, ¿eso querías? ¿ya eres feliz? ¿ya puedes sonreír al verme morder el polvo?

Y es que estoy igual que cuando te quise: en el suelo, sonriendo como imbécil por un efecto placebo, destinada al nunca y aferrada al para siempre. Creo que nunca podré levantarme del todo, desde que te fuiste cada golpe es peor. Contigo soporté mil tormentas y ni me inmuté porque sabía que estabas ahí, sabía que estabas ahí para mí y que me apoyarías. Pero ya no. Y él... Y ella... Me ahogué otra vez. Y en lugar de levantarme, ¿qué crees que hago? Me resigno a simplemente quedarme hundida y morir lentamente. Otra vez a iniciar desde cero, ¡a ver qué me tumba esta vez!

Y, para concluir, no te extraño. Pero tengo una pequeña nostalgia de esa chispa que alguna vez fui (ojo: fui, no "fuimos"). Sin ellos estaré muerta del todo, caeré tan bajo que no sabré qué hacer... por eso me encantaría que volvieras, no para quererte como antes, si no para que me mientas y me hagas sentir igual que aquella mañana de Mayo.

Once Upon A Time...Where stories live. Discover now