8.

96 12 6
                                    

—Haber, déjame ver si entendí… ¿Tus padres se enteraron de la fiesta de Halloween y te echaron de casa? —exclamó Belcebú aún sin poderlo creer. Después de que se topó con esa terrible y horripilante escena de Lucifer tocando los pies de Qin, le preguntó que Carajos estaba haciendo aquí, en su casa. Lucifer sentado en el sofá se encogió de hombros, a decir verdad, no tenía mucho que decir —. ¡¿Y decidiste venir a vivir conmigo?! —gruñó, como si no fuese poco, tenía que soportar a Qin en su casa porqué la renta había aumentado y ahora Lucifer venía aquí. El más alto asintió, a decir verdad, sus padres si que se enojaron bastante con él, ya que bueno, la casa quedó hecha un desastre, vómito por aquí y allá y más cosas. Botellas de vidrio rotas, parejas en las habitaciones recién levantándose.

—Sí, así es Beel… —sonrió el alfa, Belcebú de verdad era el más calmado y tranquilo de sus amigos, así que, pensó en el como primera opción, además, era un Omega, quien sabe y tal vez con algo de suerte, podría estar con  él para pasar su celo —. Pero por lo que veo, alguien más me ganó la idea… —exclamó refiriéndose a Qin —. Pero no importa, como siempre digo "más es mejor" —sonrió. Belcebú estaba que echaban humo por los oídos, no podía creer que Lucifer le hiciera esto. Claramente el alfa notó su enojo —. Escucha, solo será temporal, en lo que encuentro un lugar donde vivir,  ó para mejor, que mis padres me perdonen por haber arruinado su habitación… —justificó. El Omega suspiró con pesadez, a decir verdad, tenía demasiado sueño como para seguir peleando con Lucifer.

—De acuerdo, te puedes quedar, pero en la sala. Qin ya está pagando una habitación en esta casa…— y después de decir aquello, dió media vuelta y salió de la sala. Qin se encogió de hombros, al parecer tendrían a un sujeto muy bien fornido durmiendo en su casa. El Omega se levantó del sofá y también se fue.

—Entonces… ¿Cómo estás, Poseidón? —cuestionó Thomas al volver a tener al rubio gruñón de nuevo enfrente de él. Aunque pensó que se lo había quitado de encima y jamás lo volvería a ver, se equivocó, Poseidón regresó con él la mañana siguiente. Y esta vez, parecía más enojado de lo habitual. El Omega mal encarado suspiró con pesadez, se cruzó de brazos y vió fijamente a Thomas.

—Molesto… he llamado a todos mis novios, y aunque todos me han dicho que si, algo dentro de mí no quiere hacerlo. No hasta que ese bastardo asqueroso venga aquí y me lo haga… —ahí estaba, Poseidón y sus serios problemas de Posesión —. No he tenido sexo en más de dos semanas, de verdad, tengo una enorme necesidad… quiero hacerlo con alguien, quien sea, no me importa. Pero aunque tenga y pueda hacerlo, no me atrevo… —añadió a regañadientes, Thomas solo podía rogar en silencio a qué esto acabase de una vez por todas —. Él es un idiota. No tiene ni gracia, ni belleza. Y estoy seguro de que también es pobre… —añadió bastante molesto —. Pero aún así, no puedo aceptar su rechazo. Quiero que me tome, y me cause placer ó lo que sea, pero quiero decir que ese imbécil estuvo en mi cama y me pertenece… —confesó de mala gana.

Siendo honestos, quien iba a necesitar un psicólogo después de esto, sería Thomas. El Omega jugaba con sus dedos, tener esta charla con Poseidón lo asustaba pero al mismo tiempo lo aburría. Era claro que Poseidón era un narcisista, egoísta, posesivo, celoso, con problemas de ira y también un ninfómano; aunque claro, no se lo iba a decir, por miedo se quedaría callado..

—Ya veo Poseidón. Pero, las personas no somos objetos… —confesó —. No puedes ver a alguien y decir que es "mío" no, no… así no funciona la vida. En la antigüedad tal vez sí, pero los tiempos han cambiado, ya no hay esclavitud. Sin mencionar que, no puedes encapricharte con todo sujeto que te dice "no", deberías ser paciente, más no enojarte. ¿Ó acaso si un sujeto viniera a tí y te quisiera a la fuerza; estarías de acuerdo? —lo vió fijamente. Poseidón se quedó pensativo.

El arte de lo absurdo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora