12.

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—De acuerdo… ¿Y qué tal esta? —añadió el Omega pasando una película a su querido novio que había  venido hasta su casa solo para ayudarlo a pasar el celo. Adamas tomó la película en mano, por la portada, podría deducir que se trataba de una película de terror y pánico que era más que probable que le causará pesadillas y no lo dejaría dormir.

—Oh, bueno… —habló dudoso, pero si Belcebú quería verla ¿Cómo decirle que no? No le gustaba hacer enojar a Belcebú ni decepcionarlo, además ¿Cómo se vería él? Teniendo miedo de una simple película —. Sí te gusta ¿Por qué no verla ? —sonrió nerviosamente, no sabía si  ver "Maldito" sería apropiada para una noche romántica. Belcebú sonrió de manera tenue, sabía que Adamas  tenía miedo a esa película, lo supo en el momento en el que la vió, era claro que le asustaba. Pero bueno ¿Quién era él para afirmar su cobardía? Así que, como un novio normal, solo lo ignoró, se levantó del sofá, fue hasta la televisión, abrió la caja, sacó el disco y lo colocó en el DVD que tenía.

"Esta historia está basada en hechos reales, los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las víctimas".

"Maldito".

Adamas casi suelta un grito de pánico al escuchar el audio de la película, y de como las letras en la pantalla estaban de color rojo carmesí. Pero bueno, tan solo se puso cómodo, y se relajó, sin mencionar que, puso una sonrisa en cuanto Belcebú se acurrucó junto a él en el sillón. 

"Maldito ¿Cómo se atrevió a esto?" Fueron sus pensamientos, ya había acabado el día de clases, y aunque cualquier persona normal se iría, él no, decidió quedarse. Todo el día fue un fiasco. Desde que el maldito de Poseidón se le dió por "vengarse", todo iba de mal en peor. Sus compañeros de clase vieron ese bochornoso vídeo de él y su novio, y en vez de burlarse de él, se burlaban de Nikola ¿Por qué ellos no podían entender que su alfa tenía un pequeño problema que ambos estaban tratando de solucionar? ¿Por qué eran así de malos y crueles? Él jamás les hizo nada malo como para recibir ese trato. A decir verdad, desde que Nikola salió a trabajar en el hospital de su padre, no había vuelto a casa, tal vez por la vergüenza, Nikola también lo vería, vería ese vídeo, se sintió avergonzado y decidió ya no regresar a su lado.

Él golpeó su escritorio con ambos puños, no podía creer que cabiera tanta maldad en una persona como para hacerle esto.  Poseidón sin duda tenía serios problemas, y aunque trató de hacérselo saber a Hades, este no le creyó.

—¿Y ahora que? —una voz se escuchó en la puerta, era uno de sus ex compañeros de la preparatoria. Thomas volteó a verlo sin muchas ganas, en este momento, en este preciso momento daría lo que fuese por volver a ver a Nikola. Pero no, no lo había visto, y tampoco le respondía sus llamadas. Incluso se negó a ir a buscarlo a su salón. Si Nikola no quería que lo viera, lo respetaría y no iría trás él, esperaría a que él viniera a él —. Cielos… luces fatal… —Isaac entró a su salón —. Por lo que veo, solo quedamos tú, yo y el encargado de la limpieza en el edificio… —sonrió al estar enfrente de él —. ¿Qué? Ya no saludas a un viejo amigo… —colocó una mano en su hombro, Thomas de inmediato desvió la vista de él, no estaba de ánimos para Isaac  Newton y sus tonterías. En el pasado, tal vez se habría desmayado por tener este tipo de atención de su parte, pero ahora, tenía un novio y uno bastante bueno —. ¡Oh vamos! —alegó ante su indiferencia.

—¿Por qué estás aquí? —fue lo único que se limitó a decir, a decir verdad, no le importaba en lo más mínimo que carajos hacía este sujeto aún en el edificio y más en su salón. El alfa suspiró profundamente, al parecer, Thomas andaba de mal humor.

—Acabo de venir de la sala de maestros. Tarea… —añadió con una enorme sonrisa, a decir verdad, Thomas ya no se veía nada mal, y menos en ese vídeo, sabía perfectamente porque Nikola no había podido tocarlo, las expresiones de Thomas se le habían hecho más que placenteras, con decir, que eso había bastado para excitar a Nikola.

El arte de lo absurdo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora