ROSE ;; Keria x Gumayusi

❧ IV. 3

Al llegar al dormitorio de Minseok, este notó que las luces de la habitación compartida con Hyeonjun estaban apagadas. Su compañero de cuarto aún no había regresado, lo cual no era inusual ya que el rubio solía pasar muchas noches con Wooje. Sin embargo, esta noche, después de presenciar el espeluznante descubrimiento en la fiesta, la idea de dormir solo le generaba un temor incontrolable. Se encontró parado frente a la puerta, luchando contra el miedo que se apoderaba de él.

Miró a Minhyung, quien permanecía a su lado, con una expresión que denotaba preocupación y comprensión. Antes de entrar, Minseok respiró profundamente, tratando de encontrar la fuerza necesaria para enfrentar la soledad en su habitación.

—Minhyung, ¿crees que...? 

Minhyung lo interrumpió, captando la ansiedad en la mirada del menor. 

—¿Quieres que te acompañe?

Minseok asintió, agradecido de que el mayor estuviera allí para apoyarlo en ese momento. Ambos entraron en la habitación, y Minseok observó con cautela la oscuridad que se cernía sobre las camas. 

—No parece que Hyeonjun vaya a regresar hoy. Probablemente esté con Wooje... —Comentó, tratando de romper la tensión en el aire.

Minhyung, notando la incomodidad en la voz del otro, le dirigió una mirada comprensiva.

—No te preocupes, Minseok. Puedo quedarme contigo esta noche si eso te hace sentir mejor. No creo que a Hyeonjun le importe.

El menor asintió una vez más. A pesar del ambiente tenso entre ellos debido a la confesión que Minseok acababa de hacer, la tragedia en la fiesta parecía haber superado momentáneamente ese asunto. Minseok se dirigió hacia el baño para cambiarse antes de dormir, y el mayor esperó pacientemente en la habitación.

Cuando regresó, se encontró con el más alto mirando pensativamente por la ventana. La realidad del asesinato en la fiesta aún pesaba sobre ambos pero, por un momento, Minseok sintió un pequeño respiro al tener a Minhyung a su lado.

—Gracias, Minhyung. De verdad no sabría qué hacer si estuviera solo esta noche. —Admitió mientras se unía al otro junto a la ventana.

El mayor le ofreció una suave sonrisa, tratando de transmitir calma en medio de la tormenta emocional que ambos enfrentaban.

—Estamos aquí para apoyarnos mutuamente, Minseok. No estás solo. Por cierto, sobre lo que mencionaste antes en la fiesta... —Comenzó a decir, pero se detuvo al notar que el menor lo miraba con una expresión ansiosa.

—¡Lo siento muchísimo, Minhyung! No debería haber dicho eso. Debería haber pensado mejor antes de...

Antes de que Minseok pudiera terminar, los labios de Minhyung se posaron con sutileza sobre los suyos, deteniendo cualquier palabra de disculpa que estuviera a punto de salir. El beso tomó al menor por sorpresa pero aún así sus labios respondieron instintivamente al contacto suave pero apasionado del mayor. Inicialmente, la confusión y el asombro se reflejaron en los ojos de Minseok, pero pronto se dejó llevar por la sensación única que invadía su cuerpo. Las manos de Minhyung se deslizaron desde el rostro del menor hasta su cuello, intensificando el contacto entre ambos.

Minseok se sintió abrumado por una mezcla de emociones. La realidad de estar compartiendo un beso con Minhyung, su amigo que ahora sabía que era el objeto de sus sentimientos más profundos, le provocó un torbellino de sensaciones y pensamientos. Su corazón latía descontrolado, y la dulce ansiedad que había sentido al confesar sus sentimientos parecía disiparse en la calidez del momento.

Los labios de Minhyung eran suaves y cálidos, y la ternura con la que lo besaba envolvía al otro en una sensación embriagadora. La conexión entre ambos parecía trascender las palabras no dichas y las complicaciones del momento. El beso era la respuesta a un sentimiento compartido, una complicidad que había estado presente incluso antes de que las palabras se pronunciaran.