ROSE ;; Keria x Gumayusi

❧ IV. 9

Minseok regresó a la zona de la fiesta con la mente llena de pensamientos turbios, tratando de procesar la revelación del profesor. La música vibrante y la algarabía de la fiesta continuaban a su alrededor, pero su mente estaba ocupada por las palabras de Sanghyeok. Aún así, decidió mantener todo lo que había descubierto para sí mismo.

Se reunió con Minhyung, quien lo sorprendió abrazándolo por atrás.

—¿Dónde te habías metido? Pensé que te había perdido entre la multitud —dijo, su aliento cálido e impregnado con el olor a alcohol rozando la nuca del menor.

—Lo siento, solo necesitaba un momento para tomar aire. ¿Te divertiste mientras tanto? —Se apresuró a responder, intentando mantener la normalidad en su voz pese a su turbulencia interna.

Minhyung asintió, apretando ligeramente el abrazo antes de soltarlo.

—Sí, pero prefiero divertirme contigo. ¿Quieres hacer algo diferente? ¿Bailamos un poco más o preferirías ir por algo de comer?

—Bailar suena bien, Minhyung. No quiero perderme la diversión de la fiesta.

Minhyung rió y le tomó la mano, llevándolo de vuelta a la pista de baile. Durante un tiempo, ambos se sumergieron en la alegría del momento, moviéndose al ritmo de la música junto con los demás estudiantes. La risa de Minseok se volvía más genuina a medida que dejaba de lado las inquietudes.

En un momento de pausa entre canciones, el mayor le susurró al oído.

—Voy a ir por algo rápido al campamento. ¿Necesitas algo?

Minseok titubeó por un instante, pero finalmente negó con la cabeza.

—No, está bien. No tardes mucho.

Minhyung le dio un último beso en los labios y se alejó hacia la zona de las carpas. Minseok, quedándose solo por un momento, sintió la inquietud revoloteando en su interior. Observó la multitud, intentando distraerse, pero una sensación de vulnerabilidad lo invadió.

El tiempo pareció estirarse mientras esperaba la vuelta del mayor. Las luces parpadeantes, la música y las risas continuaban a su alrededor, pero la sombra de la advertencia del profesor lo mantenía en vilo. Después de un largo rato, el mayor regresó, pero algo en su expresión había cambiado. Llevaba consigo una mochila que no parecía tener antes, y su sonrisa, aunque presente, parecía sutilmente diferente.

—¿Qué es eso? —preguntó Minseok, señalando la mochila.

—¿Qué te parece si damos un paseo por la orilla del río? La vista debe ser hermosa esta noche. —Contestó, evadiendo la pregunta del otro.

Minseok, sintiendo una extraña mezcla de emoción y aprensión, dudó por un momento.

—¿Un paseo? Pero la fiesta aún está en pleno.

Minhyung asintió, apretando la mochila con fuerza.

—Lo sé, pero pensé que podríamos disfrutar de un momento más tranquilo juntos. Además, necesito tomar algo de aire fresco. ¿Te animas?

Minseok, si bien con reservas, aceptó. Minhyung le ofreció su mano y juntos se dirigieron hacia la orilla del río, alejándose del bullicio de la fiesta. Mientras caminaban, la música se fue desvaneciendo, dejando espacio para los sonidos suaves de la naturaleza nocturna.

La orilla del río estaba iluminada por la luz de la luna, creando un ambiente sereno y mágico. Minseok se dejó llevar por la belleza del paisaje, pero la inquietud persistente aún se aferraba a él. Miró de reojo al mayor, intentando leer algo en su expresión, pero su rostro seguía siendo enigmático.