XVII

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El día siguiente fue muy ocupado para Rachel, así como para Enzo. Las actuaciones cada vez mejoraban más sin embargo el frío de la montaña había aumentado, hacia mucho viento y creían qué lo mejor era retirarse ese día y revisar el clima de la montaña el día siguiente.

Rachel, Bayona y Belén lo discutieron por mucho tiempo, pues aunque los tres sabían que era lo mejor, ninguno de los tres quería en verdad irse ese día y atrasar todo un poco más. Finalmente decidieron grabar solo unas pocas escenas en las que el viento fuera necesario.

—Vamos chicos, el día hoy las grabaciones terminan temprano.—anunció Bayona y todos asintieron, con algo de frío aún con sus gigantes chamarras encima.—El clima de la montaña parece imposible hoy y las cámaras no pueden enfocarse con ese viento. Mañana seguiremos, vayan subiendo al teleférico antes de que el viento sea más fuerte.

Todos se despidieron rápidamente, sabían que con ese viento el teleférico estaría moviéndose bruscamente y tenían miedo, y es que claro, después de interpretar una película como esta, con esa historia, algo de miedo a todos les quedaba.

—Nos vemos en un rato—se despidió Enzo, en un abrazo rápido. Rachel asintió. Y después se regreso a ella—¿Vienes con nosotros o te iras con Belén?

—Me iré con Belén.—le sonrió—Bayona esta vuelto loco por no haber podido grabar hoy todas las escenas qué quería

—Lo sé.—chasqueo la lengua—Me avisas cuando lleguen al hotel, para estar seguro de que llegaron bien

—Sí—rio levemente—Igual tú, el teleférico ahora debe estar algo inquieto

Enzo asintió, las ganas de besarla todo el tiempo seguían ahí, pero ni siquiera habían tenido chance de estar solos un momento.

—¡Rachel!—gritó uno de los camarógrafos y le hizo señas de que se acercara. La mencionada miró a Enzo, cómo si se disculpara y se alejó de él, en dirección al camarógrafo.

—¿Qué pasó?

—Bayona quiere unas tomas rápidas de toda esa nieve con el viento así, piensa que es algo que puede servir entre tomas.

—Okay, suena bien.—Rachel se posicionó a un lado de la cámara, para verificar como es que iban a grabar esas tomas.—Mira, toma una aquí,—señaló unos pasos a la derecha—para que se vea como si estuviera en medio de todo, y después toma un par recorriendo la cámara de izquierda a derecha y viceversa, que se vea el pico de aquella montaña y el viento lo más que se pueda.

Cuarenta minutos después, los camarógrafos estaban guardando las cámaras y todo el equipo audiovisual. Eso era lo complicado de grabar en otra locación en la qué no puedes resguardar las cosas.

Rachel había recibido un mensaje de Enzo avisandole qué todos habían llegado bien y ella solo le dijo que seguían en la montaña. En cuánto llegó al hotel, le aviso que habían llegado bien y se metió a bañar después de eso.

Tenía una hora y media para arreglarse, le preguntó si era un restaurante informal y la respuesta había sido un "algo", por lo que ahora tenía que buscar algo que fuera casual pero no tanto como unos jeans. Estuvo buscando en su closet unos diez minutos hasta que encontró un vestido negro. Claro, el negro nunca fallaba.

La manera en la qué se vistió, maquilló y peino fue bastante rápida, porque estaba muy apurada.

—Voy a ir a cenar.—anunció, cuando estaba lista. Belén la miró y sonrió de manera dulce, le asintió, sin preguntar con quién porque ya lo sabía.—¿Me veo bien?, ¿no es demasiado el vestido?

—No, te ves guapísima—confirmó.—Que la pases bien.

Rachel asintió y su celular vibró, lo revisó solo para verificar que el mensaje fuera de Enzo, y lo era, anunciando qué ya estaba abajo.

Rachel RodríguezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora