Belén no se presento el día siguiente a las grabaciones. Rachel le explico a Bayona lo que pasaba y duraron hablando dos horas sobre eso, antes de exigirse comenzar con las grabaciones.
Todos los actores estaban extrañados y preguntaban a los maquillistas, camarógrafos y al equipo técnico que si sabían el porqué no había ido Belén, a quién todos apreciaban.
Nadie lo sabía. Los únicos que hablaban de eso, a solas, eran J.A. y Rachel.
Enzo sabía que había pasado algo extraño, por lo que había visto la noche anterior pero no sabía con exactitud qué. Rachel parecía algo aturdida por el asunto y no quería frustrarla al preguntar por eso.—Buenos días, chiquita—la saludó en cuánto la vio sola, fumando. Parecía angustiada pero aún así sonrió al escucharlo.
—Buenos días, Vogrincic.—le dio un pequeño beso en la mejilla y después siguió fumando.—Sé que he estado un poco distante hoy, perdón, es solo que el tema de Belén me tiene un poco preocupada.
—Lo sé, no te preocupes—le sonrió dulcemente y le acarició la mejilla—No sé cual es el tema de Belén pero para que no haya venido a grabar, sé que es algo serio. No te voy a presionar a que me cuentes pero si necesitas contárselo a alguien, puedes contarmelo a mi.
—Sí, gracias—suspiró y lo tomó de la mano, admirando lo bien que se veían con los anillos en sus largos dedos.—Mañana que sepa más sobre lo de Belén, te cuento
Enzo le sonrió y asintió, sin decir nada más. Estaban tranquilos así, tomados de la mano y sin hablar, con un silencio cómodo, sintiendo el frío viento golpear sus rostros.
—Creo que ya vamos a empezar a grabar. Hoy tenemos mucho trabajo qué hacer por lo de ayer, y sin Belén, bueno, es mucho más trabajo para mí.—explicó Rachel mientras caminaba con rapidez, escuchando los pasos de Enzo por detrás. De repente, la castaña paró en seco y giró a mirar al pelinegro—Ayer me la pase muy bien. Gracias.
Las grabaciones siguieron todo el día, en más tomas de las que tomaban en las escenas normalmente. Sin la idea, perspectiva y trabajo de Belén parecía faltarle algo, aunque quizá solo eran Bayona y Rachel qué se sentían qué les faltaba alguien en su equipo.
La castaña no tuvo tiempo libre entre escenas, y apenas comió algo en la hora de comida. Revisaba las escenas grabadas -y repetidas- para decidir cuales irían al corte final mientras se encontraba tarareando la canción de Luis Miguel qué habían puesto los chicos, y giró un momento para verlos reír, bailando y aplaudiendo, incluso Enzo estaba en la bolita.
—Fran es un excelente actor, eh—dijo Bayona, observando al mencionado bailar y reír—Parece una persona completamente diferente frente a la cámara.
—Sí—rió levemente—Endurece sus facciones de inmediato y las tomas qué le hacemos fumando lo hacen ver mucho más duro
—Kuku es también muy buen actor. De hecho, todos lo son.—Bayona la miró y sonrió—Estoy muy orgulloso de todos ellos, y de tí, estas dirigiendo aún más y mejor.
—Muchas gracias—le sonrió de vuelta—Yo también estoy orgullosa de ti, J.A. siempre haz sido una persona digna de admiración y cuando veo lo mucho que te entregas en tus proyectos, te admiro más.
—Rachel, sí sabes que eres como una hija qué nunca tuve, ¿no?—ambos sonrieron y Rachel asintió.—Creo que estamos algo sensibles por el tema de Belén pero, sólo quería decírtelo. Te amo demasiado, Rachel y sé que no soy tu papá pero me haces sentir que lo soy muchas veces.
—Es que sí te veo como un padre para mí, Juan Antonio Bayona—sonrieron con diversión—y se que tengo un padre pero en realidad yo creo que tengo dos. Sabes que te seguiría de aquí al final del mundo si me lo pides, no hay nadie en quién crea más que en ti o en mi mamá.
Se quedaron hablando un poco más respecto a eso. Bayona estaba en una situación qué lo hacía ponerse sensible, por un lado, el tema de Belén a quién los dos le tenían un gran amor, y por otro lado estaba Raúl, el verdadero padre de Rachel qué después de siete años la buscaba y la quería devuelta con él, con la excusa perfecta de un proyecto en el qué a Rachel le encantaría trabajar. Bayona sentía que le querían quitar a su hija de su lado pero no podía hacer nada, porque era su papá quién se la quería quitar. Sabía que Rachel lo quería mucho pero aún así temía qué ella se olvidara de él en cuánto abrazara a su padre.
El día termino para todos y daban el aviso de que mañana sería el último día de grabación en la montaña.
—Hola—se acercó Rachel a Enzo, quién se comía una manzana
—Hola,—le sonrió y luego extendió su brazo, ofreciéndole manzana—¿quieres?
—No, estoy bien. Gracias
—Casi no hablamos en todo el día pero vi que casi no comiste—la reprimió.—Yo estoy a dieta pero tú no.
—Ya lo sé—rio—Es solo que estoy algo estresada y no me da hambre.
—¿Quieres que nos veamos por la noche?. Podemos ir a platicar o a caminar o hacer nada.
—Sí quisiera, Enzo, de verdad que me relajaria mucho estar contigo hoy, pero tengo que hablar con Belén y no se cuanto nos vaya a llevar eso. Perdóname.
Enzo asintió. Lo entendía. Le dolía un poco no poder verla a solas y besarla aunque sea una vez ese día pero al mismo tiempo lo entendía. Había visto a Belén y sabía que era algo grave para que se viera la situación así.
—No tengo que perdonarte nada, Rachel. No esta mal que te preocupes por Belén, y yo sé que después de eso, vamos a poder vernos.
—Gracias.—lo abrazó después de mirar rápidamente a los alrededores, y verificar que ninguno de los chicos estaba viendo.—Me avisas cuando llegues.
—Sí—tomó su mochila.—De verdad me avisas si pasa algo, o si me necesitas.—Rachel asintió—Nos vemos, chiquita.
—Hasta mañana, Enzo.
El regreso al hotel entre Bayona y Rachel fue callado. Ambos estaban cansados pero al mismo tiempo solo querían llegar y hablar con Belén.
Belén es española, igual que J.A., y aunque su familia estaba en el mismo país, la distancia era importante.
—Hola—saludó Rachel con la mano y una sonrisa en el rostro ante la mujer que ya bien conocía, que miraba a través del iPad de Bayona.—¿Cómo estás?
No sabían que decirle pero el rostro de Belén no expresaba mucha tristeza o dolor.
—Hola Rachel, Bayona—los saludó de regreso.
La conversación fue larga, duraron horas hablando del tema pero los tres sentían qué podían respirar ahora. La videollamada termino a las casi dos de la madrugada y ninguno de los tres aguantaba más el sueño.
—Puedes quedarte aquí, J.A.—dijo cuando lo vio ponerse de pie, con los ojos medio cerrados—Quédate en la cama de Belén.
—La verdad que sí me estoy cayendo del sueño.
Bayona se recostó en la cama y apenas se tapó con las sábanas y acomodó las almohadas, quedó profundamente dormido.
Rachel duro un poco más despierta. Bayona roncaba ligeramente y ella estaba acostumbrada a nada de ruido porque Belén ni se movía durante la noche.
Suspiró y veinte minutos después, de estar pensando en su padre, en lo que tenía que hacer y lo que haría, se quedó dormida.
ESTÁS LEYENDO
Rachel Rodríguez
FanfictionTodos conocen al director de cine J.A. Bayona, pero el equipo con el que trabaja a veces se queda en las sombras. Rachel Rodriguez es una productora mexicana con la que Bayona ha trabajado por años, y en el nuevo proyecto del director, "la sociedad...