Invitación

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Mientras la música retumbaba en el club, uno de los miembros de Dedsec se encontró con las chicas que acompañaban mi noche. La conversación se tornó interesante cuando el miembro de Dedsec, en medio de la euforia de la fiesta, les explicó en términos generales la misión del grupo: desafiar el sistema, revelar la verdad y luchar contra la opresión.

Las chicas, sorprendidas y atraídas por la idea de desafiar al sistema, escucharon atentamente, haciéndoles la pelota. De hecho, ni siquiera sabían que yo pertenecía al mismo.

Mientras tanto, en otro rincón del club, la lesbiana del grupo y Jess, la lesbiana de Dedsec, empezaron a intercambiar miradas cómplices que sugerían una conexión más allá de la mera conversación política.

La conexión entre ellas creció a medida que la noche avanzaba, y la chispa entre Jess y la lesbiana del grupo se transformó en algo más apasionado.

En medio de la fiesta, observé cómo Rick disfrutaba de la atención de algunas chicas que se le acercaban. Aunque intenté mantenerme indiferente, no pude evitar sentir celos al verlo interactuar con ellas.

Decidí alejarme un poco y, disimuladamente, observé desde la distancia cómo Rick seguía conversando con las chicas. Intenté recordarme a mí misma que no éramos nada más que compañeros de Dedsec y que cada uno era libre de tener su vida. Sin embargo mi sensación de malestar persistía.

Aquella mujer empezaba a tocar a Rick de manera sugerente y los celos me mordían por dentro, viendo cómo Rick no ponía de sus medios para evitarlo.

Me deslicé junto a él en un acto espontáneo y le rocé los labios con los míos en un beso apasionado. En realidad, se convirtió en un beso de varios segundos, hasta que pude comprobar que la chica se había esfumado.

-¿Enserio? -sonrió.

-Lo siento -respondí-. Que te haya dicho que no, no significa que quiera que alguien ocupe mi puesto.

-¿No te parece un poco injusto? -preguntó manteniendo la sonrisa.

-Venga anda, te he hecho un favor -reí.

-Dos, en realidad. Espantarla y darme el beso.

En un rincón del garito, los miembros de Dedsec y las chicas con las que estábamos empezaron a entablar conversación. Las chicas, sorprendidas por la revelación de que éramos hackers, no pudieron evitar expresar su asombro.

-Así que sois unos "hacktivistas" -dijo una de ellas con admiración-. Es como en esas películas de acción.

Jess sonrió con orgullo. -Podríamos decir que somos un grupo bastante peculiar. Nuestra misión es joderle al sistema.

Otro miembro de Dedsec se unió a la conversación, explicando algunos de los proyectos en los que estaban involucrados. Mientras tanto, las chicas asentían con interés y cierta fascinación.

Una de las chicas del grupo de Martha y Sara se acercó a Rick con una sonrisa coqueta.

-Vaya, eres bastante mono. ¿Siempre te dedicas a salvar el mundo de esta forma tan atractiva?

Rick, sin perder la simpatía, respondió con una risa ligera.

-Bueno, intento hacer lo que puedo. Pero tú y tus amigas también parecéis muy capaces de causar estragos por aquí.

Rodé los ojos y Rick me miró sonriente. Se acercó a mi oído y me susurró: -¿No ves lo que te estás perdiendo?

A pesar de mis intentos por desentenderme, mi atención seguía centrada en Rick, quien disfrutaba de la compañía de las chicas. Martha, notando mi incomodidad, se acercó y me preguntó:

-¿Te molesta que le halaguen?

-No, para nada -respondí, intentando aparentar indiferencia.

-Sé que le gustas, Sara. Eso se nota, tía -dijo dándome ánimos sin pretenderlo-. Aunque entiendo que te encontrases ayer así, también te digo.

Martha me miró con complicidad y volvió a mezclarse con el grupo, dejándome con mis pensamientos. Mientras tanto, Rick se acercó a mí con una sonrisa traviesa.

-Parece que tienes admiradoras, ¿eh?

-¿De qué hablas? Vete a disfrutar de tu séquito de chicas.

-Sabes que solo me interesa una -dijo con mirada intensa, antes de alejarse nuevamente.

-No me creo nada -respondí mientras se alejaba.

Me abandonó nuevamente dejándome pensativa y ansiosa. Estaba hecha un lío. No sabía qué quería. Ni qué esperar.

-Es que quiere tu atención -añadió Martha volviendo a mi lado mientras se movía al ritmo de la música-. Te da y te quita constantemente como en una especie de juego.

-Me tiene harta -respondí con urgentes ganas de irme a llorar al baño-. Ahora vuelvo.

Me separé del enorme grupo y me dirigí al baño que estaba sorprendentemente poco alojado. Al entrar al baño, ya había alguien ofreciéndome droga, pero rechacé la oferta con firmeza. Decidí tomarme un momento a solas y, mientras estaba en uno de los cubículos, dejé que las lágrimas fluyeran. La música alta de la fiesta no lograba ahogar el ruido de mi angustia.

Decidí al fin salir del baño y me encontré con dos chicos que giraron sus cabezas para mirarme e incomodarme con sus comentarios. No estaba para más drama, estaba al límite y el vaso estaba casi rebosado.

Entonces vi como empezaban a encerrarme ambos, al mismo tiempo que intentaban volver a meterme dentro del cubículo. Tenía un miedo atroz y además no quería pelear, así que buscaba formas de escaparme pero no había manera.

Uno de ellos me agarró una teta y con un golpe certero cayó dándose un golpe en la cabeza y desmayándose. El otro colega suyo se enfureció al ver que le había arrebatado a su amigo. Me agarró y me tapó la boca con suma agresividad, metiéndome definitivamente en el cubículo. Intenté coger el taser, y lo conseguí. Estuve haciendo fuerza contra el y al fin pude zafarme de el una vez electrocutado. Salí de allí tan rápido como pude para que no sospecharan de mí y volví con Martha. No tardé en explicarle la situación y me respondió con una mirada consternada.

Era curioso observar como todo seguía aparentemente tan normal. Rick seguía a lo suyo con la copa en la mano. El resto socializando entre ellos. Y yo sintiéndome tan desgraciada. Cuando me di cuenta de esto decidí ponerle fin. ¿Por qué cojones iba a permitir seguir sintiéndome una víctima?

Agarré a Martha y bailé con ella. En realidad a partir de ahí la noche se hizo muchísimo más divertida. Incluso vino un chaval bastante atractivo a hablarme. Un tal Louis.

—Oye, sé que no nos conocemos, aún. Soy Louis, soy ingeniero de telecomunicaciones y en realidad llevo ya un tiempo en Dedsec. No voy a contarte mi vida aquí, no es momento —me dedicó una sonrisa y una mirada ebria.

—Soy Sara. En realidad yo llevo un tiempecito también en Dedsec aunque probablemente menos que tú.

—Venga, te invito a una copa —me ofreció, a lo cual acepté.

Punk's Not Dead | DedsecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora