Siempre habíamos sido nosotros cuatro Shoko, Suguru, tú y yo. Hasta que todo comenzó a romperse. Nos fuimos distanciando entre traiciones y trabajo. Suguru se fue y Shoko tomó su camino como doctora de la escuela. Ahora solo estamos tú y yo con todo...
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Pensar demasiado las cosas era horrible. Te comía por dentro. Sentía angustia, miedo, dolor, tristeza... Lo peor de todo es que no he podido ver a Satoru desde ese día.
Cada vez que le veo, todos los recuerdos vienen a mi mente, jugandome una mala pasada. No puedo dejar de recordarle en ese estado, tirado en el suelo, sin vida.
No puedo mirarle, me es imposible. Simplemente tengo ganas de llorar todo el tiempo. Todo ha cambiado muchísimo, ya no somos los mismo.
Cada vez que Satoru intenta hablar conmigo, simplemente le ignoro. Me voy para no hablarle, porque no puedo hacerlo.
Lo peor de todo es que él no ha hecho nada malo y eso me mata por dentro. Porque sé como es, y sé que se está culpando por todo, al igual que yo.
Seguramente él también me había visto tirada en el suelo, prácticamente muerta. Y él ya me lo había dicho, no podría volver a verme así de nuevo. Pero las cosas no siempre salen como esperamos, sobre todo con la gente que queremos.
El hecho de pensar que casi pierdo a Satoru me había afectado mucho. No paro de soñar con ese momento y prácticamente no puedo dormir. Algunas otras noches sueño con Riko, corría hacia ella pero nunca podía salvarla.
Toda esta situación era irritante, pero no puedo evitarlo. No dejo de hecharme la culpa una y otra vez. Porque si hubiera aguantado un poco más, solo un poco, la habría salvado.
- Abril -me llamó Shoko.
La miré casi al instante, por alguna razón estaba algo sobresaltada.
- ¿Qué pasa?
- ¿Cómo te encuentras? -preguntó acariciando mi hombro.
- Soy un desastre -respondí.
- Satoru ya no sabe que más hacer, tienes que hablar con él.
- No puedo hacerlo, Shoko.
- Sí que puedes. Lo único que te pasa es que tienes miedo de que vuelva a suceder, pero no va a ser así.
- Eso no lo sabes -murmuré.
- Cuanto fui ha sanarte, Satoru te había movido para que no te pasara nada malo. Todo esto mientras peleaba con Toji.
- No dudo de su amor por mi, Shoko. Le quiero muchísimo.
- Pues demuéstralo, Abril -comentó tomándome por sorpresa-. Tienes que aprender a superar lo que pasa en tu vida, las personas no son eternas. Tienes que aprender a seguir hacia delante, porque nunca vas a saber a lo que te enfrentas.
Por alguna razón, mi cuerpo reaccionó soltando una arcada. Rápidamente me levanté y fui hasta el baño para vomitar lo que había comido. Llevo vomitado desde hace dos semanas, desde que todo esto sucedió.
