Siempre habíamos sido nosotros cuatro Shoko, Suguru, tú y yo. Hasta que todo comenzó a romperse. Nos fuimos distanciando entre traiciones y trabajo. Suguru se fue y Shoko tomó su camino como doctora de la escuela. Ahora solo estamos tú y yo con todo...
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Los tres estábamos intentado buscar a Suguru. Yo estaba con Satoru mientras que Shoko estaba en otro lado. Todo iba bien hasta que Satoru recibió una llamada de Shoko diciendo que Suguru estaba en Shinjuku. Fuimos a Shinjuku en busca de Suguru ya que Shoko no lo había detenido. Mi alrededor se detuvo en cuanto lo vi.
- ¡Explícate, Suguru! -le gritó Satoru haciendo qu se detuviera.
- Ya os lo contó Shoko, ¿no? No es nada más y nada menos que eso.
- ¿Por eso vas a matar a todos lo no hechiceros incluyendo a tus padres? -le pregunté con rabia.
- Solo por ser mis padres no van a ser especiales, ¿o sí? -respondió-. Además, ellos ya no eran mi única familia.
- No te estamos preguntando eso -destacó mi novio con recelo-. ¿No habías dicho que no ibas a matar sin sentido?
- Tiene sentido y una causa también. Una gran causa justa, a decir verdad.
- ¡Claro que no! -grité-. ¡Ninguna causa es justa si se trata de matar por matar!
- ¡¿Matar a los no hechiceros para crear un mundo de solo hechiceros?! ¡Claro que no es posible! -gritó el de pelo blanco con desesperación-. ¡Digo que no tiene sentido sacrificarse por algo que al final será imposible!
- Que arrogantes... -murmuró Suguru.
- ¡¿Qué?!
- Tú si podrías hacerlo, ¿no, Satoru? ¿Quieres convencer a los demás de que no son capaces de hacer algo que tú si podrías? -le preguntó para después darse la vuelta mirándonos por primera vez-. ¿Eres el más poderoso porque eres Gojo Satoru? ¿O eres Gojo Satoru porque eres el más poderoso? -después me miró a mi-. ¿Y tú eres reconocida por ser novia de Gojo Satoru? ¿O no eres nadie por ser Abril Nishimura?
Mis ojos se pusieron llorosos al escuchar sus palabras. Parece como si se hubiese olvidado de estos años de amistad y ahora nos tuviese odio. Como si no supiese todo lo que me he esforzado para poder llegar al lugar en el que estoy.
- ¿Qué demonios quieres decir? -preguntó Satoru bastante enfadado.
- Si yo pudiera ser alguien como tú, ¿no crees que sé sería factible llevar a cabo este ideal absurdo? Ya decidí lo que haría con mi vida. Ahora solo me queda esforzarme al máximo para lograrlo.
- ¡Suguru! -grité al ver como se daba la vuelta.
Suguru se dio la vuelta sin siquiera mirarnos y Satoru levantó las manos para intentar detenerlo. Yo simplemente miraba como se iba mientras que las lágrimas salían de mis ojos. No podía evitarlo, no quería perder a Suguru. Pero tampoco podía decirle que se quedase, porque no sería capaz, no soy lo suficientemente fuerte para hacerlo.
