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—¡Estamos en Corea, estamos en Corea, estamos en Corea!— a lo lejos, se podía escuchar a Sung-Hee cantando las mismas tres palabras "Estamos en Corea", aquellas hicieron que Sunoo sintiera miedo, el no quería llegar y tener que encontrase con Sunghoon, era lo que menos quería. De pronto el auto se detuvo, sacando a Sunoo de todos aquellos pensamiento que estaba carcomiendo su mente lentamente, sin más Sunoo procedió a bajar del auto sintiendo el frío de la brisa chocar contra el.

—Puede dejar las maletas dentro— le señaló Sunoo a uno de sus empleados, este asintió mientras tomaba las maletas para bajarlas del auto y cargarlas hacia dentro del hogar del señor Kim.

—¡Mami mira!— gritó Sung-Hee, mientras se transformaba en un lobito color blanco.

Sunoo se sorprendió, pues era la primera vez que veía a su hija hacer eso. Inmediatamente recordó aquella vez que había visto a Sunghoon transformarse en uno. Por supuesto, ¿que esperaba?, ella era la hija de Sunghoon, era obvio que había grandes posibilidades de que se transformara en aquello.

—Ten cuidado cariño, podrías lastimarte— advirtió Sunoo viendo a su hija correr por toda la casa, se notaba que ella estaba feliz y claro, lo entendía, ella tenía mucho tiempo pidiéndole ver a Heeseung, el que según ella era su "padre".

—Sung, ten cuidado podrías enterrarte una astilla— volvió a advertir Sunoo, mientras trataba de atraparla, pues lo que menos quería era que ella saliera lastimada.

El omega escuchó a su hija soltar un aullido lastimero, así que supuso que había pasado lo que el le había advertido. Se acercó hacia su nena lo más rápido posible mientras tomaba su cuerpo entre sus brazos y la llevaba hacia dentro de su hogar.

—¿Duele mucho?— preguntó Sunoo mientras veía a su hija transformarse en humana nuevamente. Esta asintió con lágrimas en sus ojos, dejando que Sunoo la abrazara y dejara besitos en su frente.

—Por esto te dije que tuvieras cuidado, por favor prométeme que harás caso cuando te lo pida— suplicó Sunoo mientras limpiaba las lágrimas de su cachorra, quien asintió en respuesta ante las palabras de su mami.

—Lo prometo— sollozó la infante mientras se aferraba a los brazos de Sunoo, quien cogió la astilla y la sacó de su pié de un rápido tirón.

—Lamento haberla sacado así, pero si tardaba a hacerlo dolería mucho más cariño— dijo Sunoo acariciando el cabello de su hija, quien tenía los ojitos llenos de lágrimas.

"Ser padre duele demasiado" pensó Sunoo, mientras buscaba algunas cosas para limpiar la herida de su pedacito de cielo.

—¿Cuando veremos a los abuelos?— preguntó la infante mientras sorbía su nariz, la cual estaba rojita al igual que sus mejillas, era una imagen tierna, a decir verdad ella era muy linda, igual que Sunghoon, no había duda de ello.

—Tal vez mañana, hoy necesitamos descansar, fue un viaje largo y quiero dormir acurrucado con mi cachorra— sonrió el omega mientras veía a su hija asentir rápidamente ante la idea de ser toda la noche abrazada por Sunoo.

—¿Podemos ver una película de princesa antes de ir a dormir?— preguntó con ojitos de cachorrito, mientras veía a su mami sonreír y asentir en respuesta.

—Iré a hacer las palomitas— dijo Sunoo levantándose del sofá con un poco de pereza, pues estaba cansado, pero el haría a su hija feliz pase lo que pase, no importaba que estuviera cansado.

—Yo quiero ir contigo— pidió su hijita extendiendo sus brazos hacia el, quien la cargó sin ninguna queja y dejó un sonoro beso en la mejilla de su hija. Ella solo reía ante aquello, mientras pasaba sus brazos por el cuello de Sunoo y se aferraba a este como si de un Koala se tratase.

Mi pequeño alfita (sungsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora