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—¡Mami!— gritó Jungwon con una sonrisa mientras veía a Sunoo entrar a su nueva habitación.

—¡Cielito!— sonrió Sunoo acercándose hacia jungwon, quien estaba jugando con los regalos que habían sido dejados en su habitación.

—¡Muchas gracias por mis regalitos!. ¡Papi Sunghoon dijo que fuiste tu quien lo hizo!— chilló jungwon mostrando sus tiernos hoyuelos, para luego llenar las mejillas de Sunoo con tiernos besitos, llenos de cariñito.

Una mirada llena de amor por parte de Sunoo fue hacia jungwon, quien jugaba plácidamente con sus juguetes. Sunoo se sentía cansado, adolorido y con la cabeza hecha un desastre, pero con tan solo ver esa tierna image, su día mejoraba por completo. Realmente se había encariñado con Jungwon y lo quería como si fuese un hijito o un hermanito para el. No sabía que sería de él y no hubiera conocido a su alfita y su precioso bebé.

Sunghoon tocó la puerta delicadamente, llamando la atención de Sunoo y Jungwon, quienes voltearon enseguida a su dirección con una pequeña sonrisa.

—¿Puedo unirme a ustedes?— preguntó Sunghoon con un dulce sonrisa, mientras veía a ambos asentir rápidamente.

—Si pero para eso vas a tener que regalarnos muchos abracitos— dijo Jungwon como una condición, mientras escuchaba a Sunghoon decir que lo haría sin ningún problema.

De pronto Sunoo sintió como era cargado por Sunghoon, quien lo había sentando en sus piernas, para luego hacer lo mismo con jungwon, quien estaba sentado del otro lado. Los fuertes brazos de Sunghoon acurraron ambos en us pecho mientras les daba un cálido abrazo y susurraba cuanto los amaba.

Era un momento que se quedaría grabado en la memoria de los tres para siempre. Sin saber, que sería uno de los últimos que tendrían en un largo tiempo.

Después de que Jungwon se quedara dormido en los brazos de Sunghoon, este decidió llevarlo a su cama para que pudiese dormir mejor, mientras Sunoo lo esperaba en el cuarto que ambos tenían.

—Cariño, ya estoy aquí— murmuró Sunghoon con sueño, mientras se posicionaba encina de Sunoo sin llegar a aplastarlo.

—¿Como te sientes?— preguntó Sunoo pasando su mano por el cabello de Sunghoon acariciando este constantemente, sintiendo a su alfa suspirar ante aquello, pues amaba los mimos que le daba su omega.

—Es complicado y realmente no quiero hablar de eso— murmuró com voz baja Sunghoon, para luego sentir las caricias de Sunoo en su espalda.

—Se que debes de sentirte realmente mal, pero por favor  no hagas caso a lo que las personas digan, somos destinados y nos amamos verdaderamente. No hay ningún problema con eso.— sonrió Sunoo mientras dejaba un pequeño pico en los labios de menor, llevando sus manos hacia las mejillas contrarias para acariciarla con amor y ternura.

—Tu olor, es delicioso— mencionó Sunghoon, mientras enterraba su nariz en el cuello de Sunoo, poniendo nervioso al omega, pues aún no tenía pensando decirle que estaba embarazado.

—Tal vez es porque estoy feliz— río Sunoo mientras abrazaba a su alfita y dejaba un besito en su mejilla.

—¿Se puede saber a que se debe tu felicidad?— preguntó Sunghoon aún teniendo su rostro hundido en el cuello de su omega. Esto le estaba generando tanta paz que podría quedarse dormido en cuestión de minutos.

—Es porque estoy contigo y porque al fin Jungwon está en casa con nosotros— Sunoo se sentía mal por mentirle a su alfita, aunque no era del todo una mentira, si se sentía feliz por eso, pero no quería que su olor delatara el hecho de que está en cinta.

Mi pequeño alfita (sungsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora