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—¡Hoy por fin podremos ver a Jungwon!— mencionó Sunoo, mientras acomodaba sus ropas y tomaba algunos regalos que le traía a su pequeñito de tiernos hoyuelos.

—¡Estoy igual de emocionado que tu!— le dejó un pico en sus labios, para luego tomar su mano empezar a caminar hasta la salida de su apartamento.

—Sunoo, gracias por cuidar de jungwon y de mi. No sabes cuanto valoro todo lo que hiciste por nosotros.—mencionó Sunghoon con sus mejillitas rojas, mientras escuchaba una linda risita escapar de su omega.

—No tienes que agradecer alfita, haría todo lo que fuera por ustedes. Ambos son mi familia— dijo Sunoo mientras sus ojitos brillaban con intensidad al ver a Sunghoon y se ponía su cabecita en su pecho dándole su menor un cómodo y cálido abrazo.

Ambos soltaron sus manos, gracias a que tuvieron que subirse al auto, para conducir hacia el hospital. Una inmensa ansiedad se apoderaba de los dos, mientras sentían que el camino se hacía cada vez más largo. Lo único que rodaba por la mente de la pareja era "Jungwon". Los dos se encontraban nerviosos y no sabían como disimularlo, porque, aún así, si bien los doctores habían dicho que estaba fuera de peligro, la recuperación también era complicada y un tanto larga. Lastimosamente cualquier cosa podría suceder si no tienen el suficiente cuidado con aquel precioso niño de hoyuelos.

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—¿Como te sientes cielito?— preguntó Sunoo con una sonrisa, mientras tomaba la delgada manito de jungwon, quien se veía algo cansado, adolorido y muy pálido. Un estado realmente preocupante.

—Mami me duele mucho mi pecho— murmuró en voz baja en infante, tratando de no llorar para que Sunoo no se preocupara por nada.

—¿Cariño estás bien?— preguntó Sunghoon al notar que jungwon estaba apunto de romper en llanto.

—N-no, e-es n-nada— murmuró entre hipidos sin esperar que las lágrimas empezararían a bajar por sus mejillas por si solas, delantando el hecho de que estaba adolorido.

—Mi bebé, has sido muy fuerte y también valiente en estos últimos meses, estoy muy orgulloso de ti ¿si?, puedo entender que sientas mucho dolor, pero te prometo que esto solo será temporal, no durará mucho tiempo, por favor resiste un poco más—dijo Sunoo, para luego dejar un besito en su mejilla, mientras su pequeño niño asentía ante sus palabras.

—Iré por un medicamento para el dolor wonie— sonrió Sunghoon mientras dejaba un besitos en la mejilla de su pequeña familia, para luego irse del lugar, en busca de algo que sirviera para aliviar el fuerte dolor que sentía jungwon en el pecho.

—Mami, muchísimas gracias— murmuró jungwon con una sonrisa, mientras sorbía su naricita.

—Prometo que cuando salgas de aquí haremos todo lo que tu quieras y seremos la familia que siempre has deseado, prometo no irme de tu lado, jamás— dijo Sunoo con mucho cariño, mientras sentía como las manitas de jungwon se posaban en sus mejillas para borrar todo el rastro de lágrimas que había en sus ojos.

—¿Lo prometes por la garrita?— preguntó Jungwon mientras le estiraba su dedo meñique a su omega favorito.

—Por la garrita cielo— sonrió Sunoo mientras envolvía delicadamente a jungwon entre sus brazos para no hacer que se lastime.

Sunghoon estuvo apunto de entrar a la habitación de hospital, pero escuchar la conversación entre Sunoo y Jungwon, hizo anhelara aún más, tener una vida a su lado. Sunoo era su omega, su familia y su esposo, claro, si la Dios Luna lo permitía. Lástima que el destino tenía otros planes...

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Habían sido tres semanas largas en las cuales no habían dado de alta a Jungwon, dado a que se presentaron algunos problemas con su salud, pues su estaba estaba un poco delicado, debido que a era apenas un pequeño de 5 años edad. Pero hoy por fin, sería el día en el cual volvería a casa junto a su familia.

Mi pequeño alfita (sungsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora