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—Sunoo, ¿estás bien?— preguntó dulcemente Heeseung, tocando la puerta de la habitación de Sunoo. Hace unas horas habían llegado a París, por lo que ahora se encontraban descansado, pero Sunoo, el no quería salir de la habitación.

Heeseung estaba preocupado, pues este no comió durante casi todo el vuelo. Eso no era bueno para su salud y menos para el pequeño bebé que tría dentro de el.

Nuevamente no recibió respuesta por parte de Sunoo, así que solo soltó un suspiro, mientras veía el plato que traía entre sjs manos con la comida favorita de Sunoo. Se sintió mal por su mejor amigo, pues sabía cuanto amaba a Sunghoon. Quiso pensar que tal vez había sido mentira de él ex alfa de Sunoo, porque no creía que fuera tan idiota como para decir algo como eso, pero aún así tenía sus dudas.

—Sunoo ya basta, se que te sientes triste y que estás pasando por un mal momento, pero aún así, no dejes de alimentarte, recuerdas que llevas dentro a un bebé que necesita de ti.— fue lo último que dijo antes de irse hacia la cocina para dejar la comida de Sunoo allí, pues seguro bajaría a comer algo.

Escuchó el timbre del teléfono de Sunoo, así que cogió este entre sus manos para contestar la llamada, pues seguramente era por trabajo o alguna noticia importante.

—¡Ej amigo mío!— sonrió el alfa contestando el teléfono, pues había visto que era su viejo amigo quien llamaba.

—¡Hee, tanto tiempo sin oírtu voz!— sonrió el omega mientras ponía el altavoz para que su alfa también escuchara.

—¿Que tal todo?, ¿como está Nicholas?, ¿y tu embarazo? Sunoo me contó todo, felicidades — la emoción de Heeseung se notaba en voz. Nicholas, Ej el y Sun, habían sido amigos desde hace muchísimos años, todos se habían conocido en Corea cuando eran jóvenes, pero estos se tuvieron que mudar a la empresa de Sunoo en París luego de unos años.

—Hemos estado bien y nuestro bebé también, incluso ya faltan unos 2 meses para poder tenerlo entre mis brazos, estoy tan emocionado.— chilló el omega, mientras abrazaba a su esposo con mucho cariño.

—Es una buena noticia oír aquello, ¡tendré un sobrino!— chilló Hee mientras escuchaba las carcajadas d ela pareja.—¡Nicholas hermano!— gritó Heeseung, con emoción escuchando a la pareja carcajear nuevamente.

—¿Cómo está Sunoo?, no he escuchado su voz y tu tienes su teléfono— dijo Nicholas con curiosidad mientras se acomodaba en su asiento.

—Es un asunto complicado, no me corresponde decirles, lo único que diré es que desde hace horas no sale de su habitación, casi no ha provado algo de comer en todo el día.— comentó con tristeza el alfa, mientras se notaba la preocupación en su voz.

—¿Espera y Sunghoon?, ¿es porque Sunghoon no pudo venir?— preguntó Ej con preocupación, mientras se levantaba de su asiento.

—Es algo muy complicado, Sunoo tiene que ser quien les cuente. Lo siento pero tengo que irme.

—Iremos ahora mismo para allá, yo llevaré unos de mis pasteles, se que son los favoritos de Sunoo, así que eso podría animarlo— sonrió Ej mientras se levantaba como podía con ayuda de su alfa.

—Bien, los estaré esperando, conduzcan con cuidado— dijo Heeseung colgando la llamada, para subir al cuarto de Sunoo, pues tanto silencio lo estaba preocupado.

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Sunoo se encontraba abrazando su mismo cuerpo. Estaba tirando en el piso, mientras su mirada estaba perdida en algún punto de la habitación. Sus lágrimas no dejaban de bajar con intensidad de sus mejillas, sus pensamientos eran todo un desastre, no sabía como controlarse y aunque quisiera parar de llorar, no podía.

Mi pequeño alfita (sungsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora