Una joven ingenua y llena de curiosidad llamada ____ llega al infierno, enfrentándose a un nuevo inicio en su segunda vida. Con ojos brillantes y un corazón cerrado, se sumerge en un mundo desconocido para ella, deslumbrada por lo caótico del lugar...
Antes de llegar al trabajo compré un conjunto elegante en la tienda que me recomendó mi ahora jefa. Como no tengo dinero , cargué esto a la deuda que tengo en la compañía donde trabaja Jackie, definitivamente esa deuda aumentaría si no comenzaba a restarle un poco.
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El outfit que encontré era el más barato y más sencillo de allí , parecería una mujer de los años 30 o parecido , algo que no me terminaba de agradar. Pero ya que, necesitaba el trabajo. Quizá después pueda buscar una tienda donde haya ropa de los 2000's , empiezo a extrañar mis camisas de Chanel, mis bolsas de Louis Vuitton y toda la marca de Gucci.
Llegué a la tienda justo a tiempo , allí estaba Arabela, con un reloj de bolsillo en la mano. Al parecer estaba contándome el tiempo.
—Justo a tiempo— dijo con una sonrisa.
Le sonreí de vuelta y me acerqué a ella, estaba en la misma posición de ayer. Si no fuese por qué trae otro conjunto de ropa , diría que se quedó toda la noche allí.
—Al parecer seguiste mi recomendación de comprar un conjunto de ropa de la tienda que te dije— me comentó.
—¡Sí!, había mucha ropa bonita allí. Quizá después vaya a comprar más— le dije, por ahora me reservaría a usar ese vestido.
La mujer me miraba de pies a cabeza pero su mirada penetrante se detuvo en mi pelo, quizá no le gustaba que lo tuviese suelto, ¡demonios!, sabía que algo iba a hacer mal.
—¿S-Sucede algo señora Arabela?— le pregunté.
—Ayer no tenías el mechón pintando— me comentó.
Me pareció extraño su comentario a si que toqué mi mechón , no alcanzaba a ver si este tenía algo malo pero al alzar la mirada , la señora Arabela tenía un espejo frente a mi. Era verdad, tenía un mechón completamente dorado , parecía de oro y brillaba mucho. Nunca me percaté de este.
—yo... no se que decir— le dije, estaba muy confundida.
—No pasa nada querida, en este lugar suceden cosas que no podemos explicar. ¡Ahora!, te tengo algunas tareas— me dijo, cambiando el tema.
Escuchaba a la señora Arabela, pero no podía quitarme de la cabeza como es que de un día para el otro tenía un mechón completamente dorado. Estoy segura que tiene que ver con esa maldita visión que tuve ayer.
(...)
El trabajo no estuvo pesado , la señora Arabela me explicó otros detalles y que básicamente estaría en prueba , si lograba pasar el estatus de prueba ella dejaría de vigilarme. Era razonable , no iba a dejarme su tienda así como si nada.
Finalmente terminó mi turno, era hora de irme y por fin podría irme a casa.
—Tenga linda tarde , señorita ____— me dijo mi jefa.
