5

1.3K 148 117
                                    

Esteban llega al trabajo más ansioso que nunca.

Sabe que Blas está rondando por ahí, quizá esté con Felipe para que le enseñe a hacer lo básico, o algo así. Esteban solía decirle a Pipe que le compre cosas, ya que él puede salir del hotel en su turno; no le decía a Andy porque él pensaba que lo despidirían. No lo culpa.

Quizá ahora debería cambiar de botones y pedirle esos favores a Blas.

Los trabajadores no entran por la puerta principal del hotel, lo cual considera muy positivo siendo que los botones están ahí parados. Por lo que si ve a Blas, no tendrá mucho tiempo para pensar en sus movimientos.

Kuku atraviesa la entrada donde otros trabajadores fuman, siempre son los de la cocina. Se ve enfrentado al largo pasillo que da a los vestidores, al baño de servicio y a la cocina. Esteban nunca pisa los vestidores porque prefiere venir preparado desde casa, así ahorra tiempo. Se encamina a recepción cuando un devastado Juani se cruza en su camino.

—Che, Juani—Esteban se pone frente a él rapidamente porque pareciera que pasara de largo—. Tengo algo que contarte.

Juani, de forma inusual, no se detiene ante la connotación de "chisme".

—Tengo que hablar con el dueño. Chau.

Esteban recuerda la llamada que le hizo Enzo.

Probablemente Juan estaba triste porque Fran se río con otro. Juani es así de dramático.

Mientras el más chico pasó de él, Esteban tiene miedo de acercarse más a la recepción. Prefiere quedarse parado hasta que Malena se vaya y se cruce con él en el pasillo.

—¡Esteban!

El nombrado escucha la voz desde la bendita recepción. No quiere cruzar esa esquina porque no sabe lo que se puede encontrar, aparte de a Pipe, obvio.

Esteban suspira antes de dar un paso más. Choca con un cuerpo. Más alto y delgado.

Odia las putas esquinas, curvas, lo que sean, con su vida.

Siente como su camisa se pega a su pecho. No mira hacia arriba porque ya sabe a quién se encontrara. Mirando hacia abajo ve una medialuna en el suelo, y el café que tiene impregnado encima también.

Toma un largo suspiro y abre los ojos (aunque no notó cuando los cerró).

—Blas, qué gusto, ¿no?

El chico con ojitos de bambi no sabe cómo reaccionar.

Pipe rápidamente interviene entre ambos hombres, no como si fuera a pasar algo, sólo porque sintió la vergüenza de su nuevo compañero.

—Y bueno—Alargó la "o" lo suficiente para que las 2 personas a su alrededor olvidaran lo sucedido— ¿Ya conocés al nuevo botones? Blas. Es todo un cuento este tipo.

Pipe bromea, sin embargo, Esteban y Blas parecieran estar en una burbuja donde él ni siquiera existe.

—¿Vos no podés pasar un día sin tirar algo?—Kuku trata de no sonar irritado.

—Yo...—Blas comienza a titubear. No puede desviar la vista de su medialuna a medio comer—Pérdoname, no era...obviamente no era...perdón.

El chico de rulos se saca una servilleta, aparentenente usada, del bolsillo y se acerca a Esteban con la intención de limpiar su camisa.

—Al menos no era café caliente—Pipe dice, ignorado en absoluto, se aleja un paso y deja de intervenir entre ellos.

Kuku se siente culpable por hablarle así. Debe lucir como un empresario cuarentón frustrado con la vida.

ʜᴏᴛᴇʟ ʀᴏᴍᴇʀᴏ ᵇˡᵃˢ ˣ ᵉˢᵗᵉᵇᵃⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora