A los dias siguientes, intenté esquivar al profesor Enzo a toda costa. No podía dejar de dar vueltas en mi mente lo que había ocurrido. Me sentía confundida y asustada por la intensidad de mis sentimientos hacia él. Quería evitar cualquier situación que pudiera llevarnos a repetir aquel momento de tensión.
Incluso hoy, que me tocaba su clase, me fui al baño en el receso sólo para no asistir. Al volver, para biología, Maya me preguntó que había sucedido y lo único que se me ocurrió fue decirle que me había llegado el periodo. Sin embargo, Maya me contó que el profesor Enzo le había dicho que si sabía de mi, que le avisara. Me negué totalmente y me dolió no poder contarle el porqué me alejaba de él, después de todo ella es mi mejor amiga.
Pero mi tranquilidad se desmoronó en medio de la última clase antes del receso, la puerta del salón se abrió de golpe, y mi corazón dio un vuelco al ver entrar al profesor Vogrincic. Todos los ojos se posaron sobre él mientras saludaba con una sonrisa enigmática. Mi pulso se aceleró, y un nudo se formó en mi estómago. Vogrincic dirigió su mirada hacia mí, y un escalofrío recorrió mi espalda.
-Profesor Jackson, ¿puedo hablar un momento con la señorita Zoellick? Es sobre el ensayo que preparamos durante nuestra tutoría.-dijo Enzo en voz alta, su tono lleno de confianza me hizo enfurecer. Sabía que lo estaba evitando y sabía que si me sacaba en medio de clases no podría negarme y esconderme.
El profesor Jackson, sorprendido por la petición, asintió con curiosidad mientras me miraba.
-Claro, Enzo. ____, puedes ir.- Sentí la mirada de mis compañeros clavada en mí mientras me levantaba de mi asiento, con dificultad para controlar el latido acelerado de mi corazón.
Maya me dio un leve empujón para sacarme de mis pensamientos y me dirigí hacia la puerta, con las piernas temblorosas. Enzo me esperaba junto a ella, y sin pronunciar una palabra, caminamos juntos por los pasillos, envueltos en un silencio incómodo. La tensión era palpable, y cada paso que dábamos aumentaba mi ansiedad.
Finalmente, llegamos a su oficina, y nos quedamos en silencio unos segundos, como si ambos estuviéramos buscando las palabras adecuadas para abordar la situación. Enzo rompió el silencio, su voz cargada de seriedad y preocupación.
-Tenemos que hablar. -dijo él, con su mirada clavada en la mía.
Tragué saliva, buscando las palabras correctas para expresar mis sentimientos y temores.
-¿No es obvio que no quiero estar con usted?-intenté enfrentarlo-¿No fue obvio que lo haya estado evitando?-respondí, mi voz temblorosa pero decidida-, ¿Qué pasará si nos descubren? ¿Qué pasará si la Profesora Rose entra y nos escucha? ¿Qué pasará con-
Justo cuando estaba a punto de continuar, El profesor Vogrincic se acercó rápidamente hacia mí, impidiendo que siguiera hablando. Nuestros labios se unieron en un beso inesperado. Mi cuerpo se estremeció ante su contacto, y mi mente se nubló mientras me dejaba llevar por la intensidad con la que sostenía mi cuerpo. Por un instante, el mundo a nuestro alrededor desapareció, y al parecer solo éramos nosotros dos.
Siento como rodeó mi cintura con sus manos, atrayéndome más hacia él mientras nuestros labios se movían en perfecta sincronía. El beso era una mezcla de deseo y anhelo, y mis piernas temblaban mientras correspondía a sus caricias y suavidad.
Después de un tiempo que pareció eterno, nos separamos, quedando respirando agitados y mirándonos fijamente. El silencio llenó la habitación, solo interrumpido por nuestra respiración entrecortada.
-Esto es peligroso. No puedo negarlo-una de sus manos se separa de mi cintura y sube tocando todo mi torso hasta acomodarse en medio de mi mejilla-, Si estás dispuesta a asumir el riesgo, a enfrentar lo que pueda venir, estoy dispuesto a seguir adelante con esto, pero necesito oírlo. Necesito que me lo digas.-nunca lo había escuchado así, sonaba vulnerable. Cómo si mi respuesta le fuera a afectar de una u otra forma.
Me quedé en silencio por un instante, pensando en las palabras que salían de su boca, y las emociones que me embargaban. Sabía que estábamos adentrándonos en un terreno desconocido, pero había algo en él que me atraía de una manera irresistible, algo que no podía ignorar.
Con un suspiro tembloroso, asentí con determinación, pero aún con los nervios por reventar.
-Hay que intentarlo.
Justo en ese momento, sonó la campana del receso, rompiendo el ambiente que nos envolvía. Tenía que regresar con el profesor Jackson y enfrentar las miradas curiosas y los cuestionamientos de mis compañeros, sobre todo de Maya.
Caminamos en silencio de regreso hacia el salón de clases, él con su mano sobre mi hombro, y justo antes de entrar, siento que se detiene un poco más atrás de la puerta del salón.
-Presentaré tu ensayo a otros grados como ejemplo de escritura. Me fascinó y creo que lograrás hacer lo mismo con los demás.-aquella sonrisa me hacía sentir las cotidianas mariposas en el estómago, más un escalofrío en la espalda.
-¿Enserio? Muchas gracias... Siempre quise compartir alguno de mis escritos, pero me daba vueltas en la cabeza y jamás lo hice.
-¿Osea que hay más?-Asentí-, Trae lo que tengas mañana para la tutoría, quisiera leerlo.
-Lo haré...
Entré al salón de clases, encontrando a Jackson mirándome con curiosidad mientras los demás estudiantes seguían con sus conversaciones. Me senté en mi lugar, tratando de aparentar normalidad, aunque mi mente estaba llena de pensamientos sobre Enzo y lo que acababa de suceder.
Maya, acercándose a mi escritorio, me preguntó con voz baja:
-¿Qué quería el profesor Vogrincic?
Tragué saliva nerviosamente, buscando las palabras adecuadas, sin revelar demasiado.
-Solo quería discutir algunos detalles sobre el ensayo de ayer -respondí, tratando de sonar convincente.
Maya me miró fijamente, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos, pero finalmente asintió y volvió a su escritorio.
El resto de la clase transcurrió con normalidad, pero mi mente estaba en otro lugar. No podía evitar recordar el beso con el profesor Enzo, la forma en que sus labios se movieron contra los míos, el calor de su cuerpo cerca del mío. Se sentía muy cálido, pero ahora estaba metida en un lío mucho más grande que el océano...
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Older (Teacher's Pet, versión Enzo Vogrincic)
FanfictionSi la tentación es difícil de contener, entonces hay que ceder.