Era el pen último día de la semana, y parecía que se hacía eterno. Ya habían pasado dos semanas desde aquel encuentro con el profesor Enzo. No voy a mentir, las tutorías ya no eran solo leer y escribir, se habían vuelto un viaje de sensaciones y experiencias que solo pensé que tendría de más adulta.
Me encontraba sentada enfrente de él, como de costumbre, pero ahora solo estaba escribiendo. Está tutoría sería en realidad para practicar mis habilidades en literatura, no podía ser que solo nos viéramos para tener encuentros íntimos.
Enzo parecía tener una verdadera preocupación por mi y mi futuro académico, ya que cada vez que no me niego a estudiar, el me da una charla sobre los deberes y la responsabilidad, y que si al final hago todo bien, recibiré un premio.
"¿Qué clase de premio?"
"El que tú quieras."
La tensión en el aire era palpable mientras Enzo y yo estábamos sentados en su, hasta ahora, lugar sagrado donde llevábamos a cabo nuestras tutorías diarias. Su oficina. El único lugar en él dice que puede tenerme en silencio.
-¿Cómo vas?-dijo, sin quitar su mirada de los papeles en sus manos.
-Bien, creo-dije, cruzandome de brazos en el escritorio-, Agh, creo que no podré terminarlo, me falta inspiración.-Al instante su mirada se alejó de los papeles y me miró, yo sigo con la vista sobre lo que llevo en mi cuaderno, sin mirarlo, porque sé cuánto le molesta que no lo miren en medio de una duda, ya me lo ha dejado claro. Así como me di cuenta que en el poco tiempo que tenía de conocerlo, ya sabía perfectamente como atraer su atención.
-Imposible-siento como deja los papeles sobre el escritorio, teniendo toda su atención en mi-, ¿Qué crees que te detiene?
-No lo sé, tengo ganas de ir al baño.-dije, sin interés y sin mirarlo.
-Ve, y cuando vuelvas, tendrás una parte de tu premio-dijo, con voz suave, lo miré y me sonrojé-, pero debes terminar eso hoy mismo, ¿Me oyes?
Asentí, contenta.
-Lo haré. No me tardo.
Salí de la oficina sonriendo y camino al baño. Casi saltando, llegué e hice mis necesidades. Me lavé las manos y estaba lista para volver y obtener mi premio, pero antes de ello, me quedé varada observando en uno de los salones. Ahí estaba Ben, un chico que anteriormente me gustaba, pero desde la llegada del profesor Vogrincic todo cambio y era un alivio verlo y no sentir absolutamente nada. Sin embargo, eso no fue lo que llamó mi atención, si no el lienzo frente a él.
Había una pintura muy bonita y muy difícil de ignorar.
Siento como la mirada de Ben se aleja desde su pintura hacia mi, me puse nerviosa así que solo sonreí.
-¿Hola?-dijo el, entré a la habitación tambaleante.
-Ho-hola... Disculpa, no pude evitar quedarme viendo tu pintura. Es preciosa.
Ben me sonrió mientras se limpiaba las manos con su delantal.
-Eres ____, ¿Cierto?
-Si... No sabía que tenías un talento como el arte-me acerqué a él y al lienzo.
-¿Ah no?
-Oh, bueno, ya sabes... Siempre se te ha visto jugando basquetbol con los demás en los recesos. Había oído que habías dejado el equipo y todo eso, ahora entiendo. Tu talento es increíble.-dije, elogiando su pintura.
-Gracias, al menos tú lo ves así-, lo miré confundida-, A mi padre no le gustó la idea de dejar el basquetbol para estudiar artes.
-Pero, ¿Eras feliz cuando jugabas basquetbol?
-En realidad...-se tomó un segundo para ver su obra, luego me miró-, no. No era feliz.
-¿Y que tal ahora?
-Me gusta pintar. Desde que tengo memoria siempre ha Sido algo que me ha movido la mente. Entré al equipo de deportes solo por qué mi papá me lo dijo. A mi mamá le gusta mi arte, eso logra consolarme.
-No es la única-vuelve a mirarme-, Tan solo ve lo que has hecho, es increíble. Incluso podrías dar tutorías de artes para ganar dinero tu mismo. ¿Te digo un secreto?, en primero y segundo año hay varios chicos con problemas en la clase de artes, podrías ofrecerles tutorías o poner un anuncio en el pizarrón. Estoy segura de que la profesora Jane te ayudaría y te prestaría el salón de artes durante las tardes.
-Wow, ¿Enserio? Muchas gracias... ¿Cómo sabes que hay chicos con problemas en esos grados?
Enzo me lo contó, pero obviamente no voy a decirle que el profesor Vogrincic me lo dijo.
-Digamos que tengo una buena comunicación con algunos profesores...-demasiado buena-, creeme, deberías intentarlo.
-Lo haré, gracias ___. Pero sería más fácil tener a alguien que me ayudara, mis amigos están ocupados en las prácticas de basquetbol y mis padres trabajan.
-Yo podría ayudarte-me ofrecí-, no sería molestia. Podríamos ir mañana después de clases con la profesora Jane a imprimir un folleto y colgarlo en el pizarrón de la entrada.
-¿Lo harías? Te lo agradecería mucho... Ahora que estoy en esto del arte, no siento que mis amigos sean los mismos que antes. Tal vez sólo Mark, a quien conozco desde hace años...
-No te preocupes por eso, preocúpate por lo que te gusta hacer. Y si es esto, no dudo en que tendrás un futuro como un pintor famoso.
-Y tú cómo una escritora famosa-me sonrojé en cuanto lo dijo, ¿Cómo sabía que me gustaba escribir-, Ah, el profesor Vogrincic puso uno de tus poemas durante una de las clases en las que faltaste. Eres muy buena.
-Gracias... Supongo que nos veremos mañana, ¿No?
Ben asiente y no puedo sentirme más satisfecha. Me apenaba su situación y me hacía feliz ayudarlo. Estaba segura que si hacia tutorías de dibujo ganaría dinero extra y podría comenzar a ahorrar para una buena universidad.
Continuamos hablando con Ben, emocionados por la posibilidad de trabajar juntos en las tutorías de arte. Su entusiasmo por el arte era contagioso. Sin embargo, nuestros planes se vieron interrumpidos cuando la puerta del salón se abrió bruscamente.
Mi corazón dio un vuelco al ver al profesor Enzo entrar en la habitación. Su expresión era seria y su mirada se dirigió de inmediato hacia Ben.
Al instante noté que aquella mirada furiosa era debido a una sola cosa; celos.
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Older (Teacher's Pet, versión Enzo Vogrincic)
FanfictionSi la tentación es difícil de contener, entonces hay que ceder.