006; Celos, parte II

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Ben, educadamente, le saludó, pero la respuesta de Enzo fue fría y distante.

-Hola, profesor Vogrincic. ¿Cómo ha estado? -dijo Ben, intentando disimular su sorpresa ante la reacción de Enzo.

-Señorita Zoellick, siento interrumpir tu conversación con Ben, pero aún nos quedan 30 minutos de tutoría y debemos regresar a lo que estábamos haciendo -dijo, su voz fría y distante.

Enzo apenas respondió al saludo y, en cambio, su mirada se posó en mí. Me sentí incómoda bajo su mirada intensa, pero rápidamente me despedí de Ben.

-____-oigo que me llaman, era Ben-, ¿Nos veremos mañana, cierto?

Cierro los ojos con fuerza, al abrirlos, me encuentro con una mirada fastidiada por parte de Enzo. Oigo su suspiro pesado.

-Si, nos vemos mañana.

En silencio, seguí a Enzo fuera del salón, preguntándome qué había ocurrido para que su actitud cambiara de esa manera, aunque era obvio. A medida que caminábamos de regreso a su oficina, la tensión en el aire era palpable.

Al llegar, Enzo cerró la puerta detrás de nosotros y se sentó en su silla, sin decir palabra. Me miró fijamente, como si buscara algo en mi expresión.

Me senté frente a su escritorio, pero mi mente estaba llena de cuestionamientos. Finalmente, Enzo rompió el silencio y se dirigió a mí con cierta vacilación en su voz.

-Tenía una sorpresa para ti, pero te has tardado en el baño y además te detuviste a hablar con alguien, así que has perdido todo privilegio de un premio el día de hoy. -dijo en un tono en el que estoy segura jamás me había hablado.

Fruncí el ceño, confundida por sus palabras. No entendía por qué se estaba poniendo tan celoso y controlador. Decidí abordar el problema directamente.

-Enzo, no entiendo por qué estás tan molesto. No tienes que estar celoso, Ben es solo un amigo -le dije, intentando calmar las aguas.

Enzo me ignoró por completo y, en cambio, me advirtio;

-Ah, y si no terminas tu ensayo, tendrás que agregarle 100 palabras más y me veré obligado a calificarlo.

Su actitud me enfureció, no podía creer que estuviera castigándome de esa manera.

-Deja de jugar conmigo, Enzo. No deberías estar enojado por algo tan insignificante -le reproché, sintiendo cómo la rabia se apoderaba de mí.

Enzo me ignoró una vez más y, frustrada, me levanté de mi asiento, decidida a salir de su oficina. Antes de que pudiera siquiera alcanzar la puerta, Enzo se levantó de su silla y tomó mi brazo, impidiendo mi escape.

-¿A dónde crees que vas? -preguntó, su voz firme y demandante.

Miré a Enzo, mis ojos llenos de ira y confusión. No podía creer que estuviera actuando de esta manera. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Enzo me dijo algo que me dejó completamente atónita y sonrojada:

-"Cada vez que estás con alguien más, me hierve la sangre. Así que no me pidas que sea amable, no soy amable. Odio que me hagan sentir amenazado."

Sin embargo, antes de que pudiera procesar sus palabras, Enzo se acercó a mi rostro con la intención de besarme. Instintivamente, lo rechacé, aún enfadada por su comportamiento.

¿Amenazado? ¿Se sintió amenazado por Ben?

Intenté darme la vuelta pero Enzo hizo fuerza y me tomó entre sus brazos, apoyando mis piernas sobre su cintura y haciendo presión con sus manos en mi cadera. No tenía más opción que mirarlo directamente a los ojos.

-No te enojes, ___. Te contaré la sorpresa que tenía para ti -dijo Enzo, ahora con una voz suave.

No pude evitar sentir una mezcla de emociones mientras me encontraba en esa íntima posición. Aunque seguía enojada, también sentía cosquillas de tenerlo tan cerca, y eso me hacía enfurecer más.

-Quiero que tengamos una cita.

Al oírlo, en mi mente se estalló una bomba de emociones , pero rápidamente señalé la diferencia de edad entre nosotros, temiendo que no estaríamos cómodos en ningún lugar.

-Enzo, no sé si eso sería apropiado. La diferencia de edad es notoria y podríamos sentirnos incómodos en cualquier lugar -le advertí, tratando de mantener la cordura.

-¿Sabes qué? Podríamos ir a mi casa y pasar un rato agradable juntos.

- ¡Oh, claro! ¿Me estás intentando secuestrar o qué? -bromeé, tratando de aliviar la tensión entre nosotros.

-riendo-No, no te preocupes. Solo quiero pasar tiempo contigo en un lugar más relajado.

-Pero, debes entender que la diferencia de edad entre nosotros es bastante notoria. No sé si estaríamos cómodos en cualquier lugar.

-Pero no tienes por qué preocuparte. Podemos ir a mi casa y si en algún momento no te sientes cómoda, te llevaré de vuelta a casa para que llegues sana y salva.

-Eso suena tentador, pero aún tengo dudas. No quiero que esto se vuelva complicado o incómodo para ninguno de los dos.

Instintivamente, pasé mis brazos alrededor de su cuello, sintiendo una extraña conexión con él en ese momento.

Enzo me aseguró que si no me sentía cómoda, él me llevaría de vuelta a casa para que llegara sana y salva. Acepté su propuesta de cita y él me pidió perdón por su escena de celos anterior. Lo miré con comprensión y me acerqué para besarle inesperadamente.

Enzo correspondió al beso y, en medio del shock, cayó sentándose en su silla. Sus manos acariciaban mi cuerpo, intensificando aún más el contacto entre nosotros.

Cuando finalmente nos separamos, una alarma en mi teléfono sonó, indicindicando que eran las seis de la tarde. Me di cuenta de que debía volver a casa para encontrarme con Maya, mi mejor amiga.

-Debo irme, Enzo. Ya es tarde y tengo planes.

-¿Planes?

-Sí, tengo que encontrarme con Maya, mi mejor amiga.

- Claro, no quiero interferir-alejó su rostro lentamente del mío-, Entonces, ¿Qué tal si nos vemos mañana a las siete, ¿de acuerdo?

-Claro...-sonreí, emocionada por la llegada del sábado.-Tienes suerte, mi mamá llegará el lunes de su viaje.

-Puedo ir por ti, te perderás si vas por tu cuenta.

-¿En dónde vives, en Narnia?-ambos reímos.

-Dejame ser un caballero e ir por ti, ¿Si?

-Está bien, pero veamonos unas cuadras más adelante de mi casa, no quiero que Maya sospeche.-de a poco, fui bajando mis manos de su cuello hasta su pecho, sintiendo como este respiraba agitado.

-¿Quieres que te lleve a casa ahora, ___?

-Mejor no. Sería arriesgado que alguien nos viera juntos.

-Cierto.

Salí de su oficina con las piernas aún temblando por la intensidad del momento compartido. A medida que caminaba por los pasillos de la escuela, mi mente estaba llena de emociones encontradas. No podía evitar sentirme atraída por Enzo, a pesar de la diferencia de edad y las complicaciones que podría traer consigo. Era como si lo prohibido fuera lo más divertido.

Solo rogaba porque el viernes en la noche llegara lo más rápido posible.

Older (Teacher's Pet, versión Enzo Vogrincic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora