06. promises.

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El sonido de la alarma que me puso Parker para que no se me hiciera tarde para su partido hizo que me quejara miles de veces antes de levantarme de la cama.

Voltee a mi lado donde estaba una mesita de noche y fruncí el ceño al ver un peluche y una nutella ahí. Me levante enseguida y tome una notita que estaba doblada con mi nombre.

"Fuiste la primera persona que se me vino a la cabeza cuando me gane el peluche, pecas. Espero te gusten los peluches, ¿eh? Y también la nutella que te debía ahí está. :) "

Por el apodo supe enseguida de quien me había traído esto. Sonreí inconscientemente al leer la nota y alce la vista para mirar al peluche, era un lindo conejito.

Alguien tocó la puerta y antes de que le diera el permiso para pasar, la abrió de repente. Era Parker quien asomó su cabeza y suspiró aliviada al verme ya despierta.

— ¿Aún no te duchas? — frunció el ceño.

Deje el peluche en la cama y sonreí divertida. — ¡Ya voooyyyy! — exclamé.

Ella negó con una sonrisa.

Ya arreglada y lista, baje las escaleras encontrándome con Katherine y la pequeña rubia a su lado.

— ¿Cómo amaneciste, linda? — preguntó la pelirroja con una sonrisa al verme.

— Genial. — le respondí con una sonrisa colocándome a lado de Parker. Fruncí el ceño al ver que no se movían. — ¿A quién esperamos? Cole va a ir directo para allá, ¿no?

— A Isaac. — me respondió Parker.

Fruncí el ceño aún más. — ¿Isaac irá? Pensé que no iría porque se tendría que levantar más temprano de lo habitual.

Katherine soltó una risita por lo bajo. — Bueno, pregunto si tú irías le dijimos que si y él también quiso ir.

— ¡No seas mentirosaaa! Quiero ir porque me gustaría ver ganar a mi prima Parker. — se unió otra voz.

Las tres volteamos enseguida, Isaac bajaba las escaleras con el ceño fruncido mirando a su tia.

— Claro, García, claro... — murmuré cuando él ya había llegado a nosotras. Me miró con una sonrisa leve, y muy disimuladamente me miro de arriba hacia abajo.

Le di un golpe en el hombro con el ceño fruncido a lo que él se quejó por lo bajo.

— ¡Perfecto! Hora de irnos. — aviso la pelirroja saliendo de casa. Al parecer, es la que iba a manejar.

Iba caminando hacia la camioneta con Isaac a mi lado.

— ¿Puedo? — señaló mis hombros con su dedo dando entender que si podía colocar su brazo por encima de mis hombros.

Si.

No.

¡Pero si quieres!

¡¿Y?!

Hice como si me lo pensé y ladee la cabeza. — Solo te dejo porque me regresaste mi nutella y me diste un peluche. Solo por eso.

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄 | 𝖨𝗌𝖺𝖺𝖼 𝖦𝖺𝗋𝖼𝗂𝖺. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora